Me he puesto estos días una orden de alejamiento del PC, que ya tocaba. Así que tengo muchos blogs que leer y muchos post que escribir, pero los racionaré para que no os suicidéis en masa.
Respecto a los blogs que leo, uno de los más interesantes es el de Menelvantar. La capulla de ella escribe mucho y bien y suele tocar temas de todo tipo, pero siempre interesantes. Uno de los post que escribió hace poco fue sobre lo que aprecia a sus amistades. En los comentarios a ese blog, Celebrinlas (también poseedora de un blog muy bueno) y Menelvantar se refirieron a la breve duración de la mayoría de las amistades y al motivo de esto.
De alguna manera, tengo la perspectiva decimonónica de que las cosas no se acaban nunca. Las amistades son para siempre, los amores son para siempre y las familias son para siempre. Y se vive feliz con eso, de verdad. No es que no de por sentado que las tres cosas se acaban y muy a menudo (de hecho yo he finiquitado muchos de todo ello), es simplemente que no me gusta pensar en el final de las cosas y me encanta hacer previsiones como si las cosas no terminaran.
A veces pienso que si las amistades (de los amores y la familia ya hablaré otro año, tal vez) terminan es por tres motivos: el más habitual es pensar que las amistades no se cuidan. Otro, es que la gente cambia y muda de intereses, y eso nos aleja de las personas y a ellas de nosotros. A mi modo de ver el más importante, es que a menudo no elegimos amistades correctas, o más bien que nos encanta pensar que la gente es amiga nuestra por proximidad y simpatía, aunque nunca hayan sido amigos de verdad. Para terminar de aderezar el guiso, cuando tenemos amigos, no podemos evitar exigir cosas de esta amistad.... Supongo que conforme vas madurando (entiéndase esto como: "cuando ya te han dado unas cuantas patadas") aprendes a esperar menos de la gente y de paso a dar más. La experiencia (cuentos de la "abuela cebolleta") me ha demostrado que la gente que eran mis "amigas de toda la vida" no fueron más que un puñado de extrañas hacia las que no puedo evitar sentir rencor. No hacia todas, por cierto, alguna se salva y le sigo teniendo mucho aprecio. Hacia las otras o no me une nada, o tengo un cierto rencor (algunas son insoportables, de verdad... ¿cómo pude salir con ellas tantos años?). Al mismo tiempo, siempre pensé que la gente "de fuera", los que no son del grupo, eran gente de la que no tenías por qué esperar nada. No eran mis amigos "de toda la vida", no tienen ningún compromiso hacia mí.
Pues hete aquí que llegó una época en mi vida en la que estuve realmente mal. ¿Y qué hicieron mis amigas de toda la vida? Pues muy sencillo... como "extrañas" que eran hacia mí, lo que hicieron fue distanciarse "provisionalmente". El motivo es evidente: no supieron cómo actuar. Se sentían incómodas y se alejaron de mí. Y luego me acusaban de ser yo la que no llamaba. Claro que no llamaba... ¡no tenía ganas!. Mientras, hubo gente de esa que "no me debía nada" que efectivamente, no me debían nada... pero me dieron mucho. Y gracias a esas personas confío enormemente en la amistad. Y he descubierto que las amigas que tenía antes no eran amigas para mí, y los amigos que tengo ahora sí lo son. No digo que vayan a serlo para siempre, pero ¿por qué no? Si siempre nos basamos en la experiencia para hacer previsiones de futuro... no tengo experiencia sobre estas amistades, porque no las he tenido antes y no las he perdido aún (y que por muchos años duren).
Esa es mi triste reflexión. Aprovecho para daros las gracias, petardos. Por aguantarme, por dejarme aguantaros, por hacer tantas cosas juntos, por estar ahí y no echarme en cara cuando yo no estoy. Por no exigirme nada y dejar que no os exija nada a vosotros, pero también por darme tanto y dejarme que os de algo... de vez en cuando (una siempre ha sido de tradición reservada, aisnfl...).
De recomendación hoy dejo una pequeña (por breve, no por buena) delikatessen para paladares selectos: "A los Baños", un anónimo del "Cancionero de Palacio". Y ya que estamos, con la voz de Montserrat Figueras, por favor, no acepten imitaciones.
5 commentaires:
Hija, yo me paso el día hablando (en el blog) de mis amigos y conocidos. Sobre todo de mis ex-amigos. Tengo todo tipo de teorías sobre los abruptos finales a los que llevo las relaciones. A veces me pongo a contar, y resulta que de la gente que me importó en su momento, sólo sigo manteniendo contacto con...no sé, dos o tres.
La teoría más coherente, hasta la fecha es la siguiente:
Sé que soy una amiga infame, pero aún algunos me soportan.
Es muy fácil coger cariño a la gente, porque de primeras sólo vas a ver lo bonito. En mi caso, de primeras soy sociable, divertida y...rara. Luego descubren que no, que soy una chiflada autocompasiva. Pero aún hay algunos que me sorportan.
El resto no son más que conocidos o gente con la que ir de copas. Nada más. No merece la pena pensar más en ellos. Ni aguantarles las neuras, subirles la moral, hablar de dior sabe que, o hacerles cenas que no aprecian (por nombrar algunas de las cualidades que sí que tengo XDDD).
Claro que eso se dice muy fácil...En fin.
¿Por dónde iba?
Al margen de que el tiempo pone a la gente en su sitio, la verdad es que yo también creo que las cosas deberían ser para siempre.
El amor, la amistad, la familia. Soy Victoriana, según decretaste tú misma, así que esas cosas son importantes en mi vida. Lamentablemente, parece ser que estoy equivocada.
Te encontre :P, jejejeje, ya ya, que no contabas ciertas cosas...
Que yo sepa, los amigos de verdad son los que están ahí cuando las cosas se complican y estas en un mal momento, los que luchan y tratan de sacarte adelante, aunque no sepan que hacer, que muchas veces viene muy bien, aunque sea para que les cuentes amarguras. El resto son los figurantes de la vida, la gente con la que se sale uno de marcha, o se hacen otras cosas, pero de la que es muy probable que no puedas esperar nada mas que eso, una juerga...
Lo complicado viene a veces en distinguirlos, vamos de normal se sabe perfectamente, pero siempre hay personas que decepcionan, a las que se les termina perdiendo el respeto, por no decir cosas mas gordas.
Por lo demas las cosas duran lo que tienen que durar, es complicado saber si han llegado a un final definitivo, pero esta claro que la entrada de factores externos, en mi caso en concreto en forma femenina, suele provocar que la amistad se enfrie, mejor no hablamos de ese tipo de amigos que se echan novia y pasa olimpicamente del resto, eso si que es ser lo peor. Una vez llegado a este punto, la amistad se suele enfriar mucho, pero lo normal es que algo quede, luego les da por invitarte a su boda... pero esa es otra historia.
Mmm... Me dices por el Messenger que "Si no crees que una pareja te va a durar siempre ¿para qué empezar algo con ella sabiendo la "hostia posterior"? no compensa", y que se trata de una forma práctica de vivir.
Concedido, en este caso. Pero esto no es siempre "lo práctico". En muchos ámbitos de la vida, "lo práctico" es precisamente comenzar algo teniendo presente que puede desaparecer pronto, y preparándote para esa eventualidad. Dejar puertas abiertas, etc.
Pero, efectivamente, "lo práctico" en cuestiones donde entra el amor por medio es "poco práctico": lo normal es entregarse extraordinariamente, como diría un Chesterton cualquiera :)
En todo caso, muy buen post. Le daré vueltas estos días.
K
Èl nació siete veces...
K
EL CONCEJO DE LOS BARBILUENGOS ESTÁ REUNIDO
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