mardi, février 19, 2008

Diez i nueve de febrero de mildoscientos vint i dos: Tomate medieval

Supongo que me empecé a preocupar por mi salud mental cuando llegaba a casa después de un montón de horas de archivo y no tenía mejor cosa que hacer que ponerme a clasificar los suculentos testamentos, o cuando cada vez que voy al archivo y me gasto más dinero que la vez anterior en fotocopias, me parece que ha sido un gran día (por cierto, que hoy he superado todos los records, jeje y eso que he llevado el portátil para hacer fichas de algunos testamentos que no necesito transcribir). Pero creo que me hice a la idea de que estaba definitivamente perdida cuando, leyendo un artículo sobre la vida en Huesca en tiempos de los Reyes Católicos, me enteré de que a una de mis testadoras la habían condenado por judaizante y pensé "menudo escándalo, qué fuerte". Llegados a este punto, creo que estoy más inmersa en la vida social oscense bajomedieval que en la de ahora mismo y encima he abducido a Lothiriel, que por ahí está buscando artículos por la red.

Y es que Huesca en la segunda mitad del XV tenía de todo: peste, judíos que fueron expulsados, inquisición, pugnas eclesiásticas por controlar el capital de la zona, intrigas, coaliciones de nobles y hasta dos familias rivales enfrentadas al más puro estilo de Montescos y Capuletos (los Gurrea y los Urriés) pero, digamos... algo más estratégico. En lugar de matarse entre ellos, más bien jugaban al ajedrez. Esto es, antes de matar al rey, se iban comiendo los peones, los alfiles... que llevado a la práctica venía a ser plantarse en un pueblo, propiedad del contrincante y cargarse a un par de subordinados. A esto se sumaban broncas callejeras la mar de truculentas, como cuando el Urriés y sus secuaces fueron a buscar a Gurrea y los suyos donde se supone que estaban reunidos y al no encontrarlos, fueron a montar bronca en la puerta de la catedral. Parece que lograron reducir a los Gurrea en un callejón, donde gritaban "¡a muerte! ¡a muerte!", cuando fueron detenidos por las autoridades oscenses, que buena paciencia tenían. Por cierto, nosotras somos partidarias de los Urriés, una vez que se mete una a esto, se tiene que posicionar.

Total, que voy a por testamentos y acabo leyéndome las cartas públicas, presa del morbo rosa. De todas formas, los testamentos no tienen tampoco desperdicio. A estas alturas creo que ya estoy informada de todos los lazos sociales del momento, los evidentes y los "no tan evidentes", porque Lothi está conmigo en que Violant de Santángel (la judía) era muy infiel a su esposo con su concuñado. No era la única, ahí está también el que dice que deja sus bienes a su esposa si esta es honrada. Este testamento está inconcluso. El tío volvió a testar varios días después y no vuelve a mencionar a la citada esposa. A mí me da que alguno de los testigos le debió de soplar que muy honrada no era.

En fin... entre la baja laboral que he conseguido gracias a una afonía importante y las vacaciones que me he cogido después, la verdad es que he podido meterme mucho más en el trabajo y es que es apasionante y variado. Porque lo mismo estoy visitando iglesias que archivos, leyendo artículos sobre vida social, que transcribiendo testamentos, leyendo libros sobre la historia de la construcción de las principales dependencias eclesiásticas y sociales o revisando libros de cuentas. ¿Quién da más? ¿Alguien gusta de hacerse unas transcripciones? Presentamos al señor Juan La Fuente. Notario y hombre de armas:


Recomendando un cafecito con leche. Y para escuchar, una del rey Teobaldo, "Li rois de Navarre": "Deus est ensi conme li pellicanz" (el título no tiene precio, pero la canción es preciosa)

lundi, février 11, 2008

Onze de febbraio de mildoscientos veinte i dos: "Sit tibi terra levis"

Hay abierta en el museo de Navarra una exposición acerca de la muerte. A diferencia de la que estuve viendo hace meses en el Baluarte, en este caso se nota que los que la han organizado no lo hacen por aparentar que gastan bien el dinero de los contribuyentes, sino por mostrar, además de parte del inmenso patrimonio que se encuentra en las excavaciones, una forma diferente de aprender Historia. A fin de cuentas, de restos de cosas están los museos llenos. Resulta mucho más interesante poder ver el encuadre que tienen determinados objetos dentro de un contexto. Este tipo de exposiciones temáticas resultan especialmente interesantes porque aportan perspectiva sobre la Historia.

Por otra parte, si algo no entiendo del Museo de Navarra, es que realicen tan poca variación en su exposición permanente. Llevan anclados en lo mismo que hace treinta años. Siguen enseñando al público como gran joya del museo, un retrato de Goya bastante normalito. Las cosas como son... no tenemos Picassos ni Van Goghs para mostrar en el museo. Ni siquiera Goyas más interesantes. Pero coñe, en Navarra se trabaja mucho en arqueología (siempre la misma gente y con una importante costumbre de abusar del enchufismo... pero eso es otro tema) y material arqueológico hay de sobra. Deberían darle más vida. Pero bueno... al menos de vez en cuando hacen exposiciones temáticas tan interesantes como esta y se salvan un poco.

La exposición trata sobre los ritos en torno a la Muerte desde la Prehistoria hasta la Baja Edad Media. Eso sí, todo sea dicho, no sé si porque lo vimos en visita guiada (otro día haremos visita libre) o porque realmente es así, me dio la impresión de que se extendían mucho más en la parte prehistórica y en la romana y que la medieval quedaba un poco escasa. Quizá es deformación profesional, todo sea dicho. Quizá también por deformación profesional me sentí un poco molesta con algunas de las afirmaciones de la guía. Tengo que reconocer, que a diferencia de otros guías que me resultan incultos y petardos licenciados en turismo (aunque cuando tuve que rechazar un trabajo de guía en vista de lo escaso que pagan, dejé de molestarme por el detalle de que trabajaran en museos y edificios históricos varios), en este caso la mujer había estudiado Historia y se la veía más docta en el tema. Reconocía su ignorancia en tal o cual aspecto, lo que se agradece mucho. Y, tema importante, había hablado con los arqueólogos que habían realizado las excavaciones, para informarse sobre la función de unos y otros elementos. En resumidas cuentas, era una guía excepcional, en comparación con lo que se mueve por ahí.

Sin embargo, hubo un par de cosas que me resultaron molestas. En primer lugar, me resulta completamente estúpida la manía de no hacer estudios multidisciplinares. De nada sirve conocer tal forma de enterramiento y distinguir los diferentes ajuares
si no se investiga qué se pensaba de la muerte en ese momento. Un cadáver enterrado con un óbolo en la boca no tiene el mismo sentido en el siglo III que en el XIII y el hecho de que este señor fuera enterrado con una moneda para pagar a Caronte no quiere decir que no haya realizado testamento y haya encargado un aniversario perpetuo por su alma en la catedral. En algo con tantas lagunas como la Historia, ninguna ciencia o técnica es suficiente para comprender un determinado comportamiento. Hace falta tirar de todos los estudios posibles.

Lo otro que me chirrió de forma terrible fue cuando la guía explicó la primera vitrina diciendo que "al principio, se dejaban los cadáveres tirados, después, como ya empezaron a pensar que había vida después de la muerte, se pusieron a realizar más ritos" ¿¿¿Cómo??? ¿En dónde ponía que habían abandonado el cadáver por ahí porque no sabían que podía tener otra vida? Rellenar huecos con suposiciones es peligroso aunque todos lo utilizamos más de la cuenta, sin embargo, aquí creo que la mujer patinó de mala manera. Si algo caracteriza al ser humano es su actitud frente a la muerte, y de hecho, de algunas culturas sólo conocemos sus ritos en torno a la muerte. El Hombre, desde que empieza a pensar -y por tanto, a ser considerado como tal- ha intentado encontrarle un sentido. Las evidencias son muchas; no sólo las obtenemos a través de los enterramientos, sino también a través de culturas que han sobrevivido hasta tiempo bastante reciente y que han sido estudiadas por antropólogos. No hay cultura que no tenga su propia interpretación de la muerte: espíritus, otra vida, reencarnación... En resumidas cuentas, no creo que nunca haya sido un cadáver abandonado "porque no se piensa que vaya a poder tener otra vida". Además, para más datos, el cadáver en cuestión se encontró enterrado con una pequeña cuchilla de sílex. ¿Para que necesitaría objeto alguno un despojo?.

En fin... por lo demás... lo dicho. La exposición es estupenda, así que si os pasáis por Pamplona os recomiendo que le echéis un vistazo. Quien quiera más información, aquí tiene el enlace.

Por lo demás, recomiendo un vaso de leche calentita con miel, que es por la mañana y entra de maravilla para templar la voz. Claro, que yo la he perdido del todo... lo que me condena a estar de baja (qué drama, no puedo dormir ni comer). Para escuchar... "Photographic", de Depeche Mode.