Nada que no nos esperáramos nadie. El mapa de España hoy ha amanecido de un azul rancio y pestilente. Diría que no me importa demasiado puesto que son elecciones locales. Diría que no me importa más allá de la conmiseración con la gente que conozco, a la que tras una terrible gestión por parte del PSOE ahora le va a tocar soportar la del PP. O la de gente que lleva soportando al PP años y años y le quedan más por delante. Pero no se queda ahí, no. Desgraciadamente, a todos nos queda claro que el triunfo del PP en estas elecciones denota la intención de voto del personal para las próximas. Que no nos pase nada. Si el PSOE nos ha dejado sin un duro, el PP va a privatizar hasta los baños públicos y va a acentuar más, si cabe, las diferencias entre estratos sociales. Pero por lo visto la gente opina, piensa, ha creído las patrañas izquierdistas que el PP lleva recitando años: "vamos a defender el trabajo, los derechos de las personas y esto y aquello". Sólo les faltaba salir a la calle con la hoz y el martillo.
Sin embargo, no todo tiene por qué ser malo y estas elecciones denotan una serie de cambios bastante interesantes. En primer lugar, en el territorio nacional, en lo referente al fracaso del PSOE. Se habla de que la gente ha retirado su apoyo al PSOE y ha entregado su confianza al PP, pero no creo que las cosas sean tan blancas ni tan negras. Me gustaría cuantas personas confiaban ciegamente en Zapatero y ahora esperan que Rajoy salve sus vidas. Creo que se evidencia más una decepción considerable en las personas que votaron al PSOE en favor del voto útil, que ahora han retirado su apoyo y lo han entregado a partidos minoritarios pero con presencia, como son IU y UPyD. Considero que esto último es, sin lugar a dudas, bueno (pese a la tremenda tirria que les tengo a estos últimos). A fin de cuentas, quiere decir que al menos una buena cantidad de votantes de izquierdas ha dejado de creer en el bipartidismo o en que es mejor lo malo con posibilidades que lo bueno que nunca tendremos. Al menos eso ha determinado que lo bueno que nunca tendremos gane algo de presencia en los ayuntamientos y no es tontería. Al menos ahora el pastel y las decisiones que nos conciernen a todos no van a ser tomadas en cuenta por dos, sino por tres o cuatro. Y eso tiene que ser necesariamente bueno.
Supongo que movimientos como "No les votes" o el del "15-M" han tenido un importante calado a la hora de concienciar a una parte de la sociedad. Por desgracia, han concienciado mayoritariamente a la izquierda, que tiene una buena suerte de opciones a las que entregar su voto mientras que, como se dice reiteradamente, la derecha sólo tiene una opción y no son tan críticos como la izquierda. Se abstienen menos y confían más en su partido que la izquierda en cualquiera de los suyos. No son tan críticos y, si lo fueran, daría lo mismo puesto que no tienen otra opción política con peso en este país. Veremos si poco a poco esa concienciación social va en ascenso (aunque ya he comentado que soy una decepcionada política y social) y al menos conseguimos lo que comentaba, conseguir la presencia política de otros partidos, que puedan aportar opiniones y soluciones diferentes.
Sin embargo, hablamos de elecciones locales aunque denoten la intención de voto y aunque vayan a marcar duramente el final del gobierno de Zapatero. Hablamos de elecciones locales y es evidente que a cada cual, por más que nos conmiseremos con el prójimo, nos interesan las nuestras por encima de todo. Por lo que a mí respecta, me interesan las de dos provincias diferentes, la mía, Navarra, donde he podido votar este año pero no creo que pueda volver a hacerlo y la provincia donde vivo, Gipuzkoa.
Los resultados no me pueden dejar sensaciones más diferentes. Mientras en Navarra volvemos a comernos la misma mierda de siempre, en Gipuzkoa el malestar se ha traducido en ganas de cambio y no puedo menos que alegrarme. Se veía venir que Bildu estaba ganando el apoyo social por el intento de ilegalización. Y es que no puede clamar más al cielo que, cada vez que se presenta un partido nacionalista, de izquierdas y vasco (o navarro), sea acusado de ser pro-etarra por más que demuestren lo contrario. El mosqueo de la gente ha derivado en un interés en el partido y en lo que proponen y se ha visto que no pinta tan mal como los partidos gordos querían ponerlo, casualmente, de cara a las elecciones. Me alegra porque veo que aún queda gente que ha querido pensar con su propia cabeza y ha decidido votarles pese a la mala fama que arrastran. Ahora tienen que demostrar que merecen el apoyo que se ha depositado en ellos y tengo mucho interés en que así resulte. Como se está diciendo por aquí... pueden demostrar que un nuevo nacionalismo es posible y puede tener presencia. Aunque no me engaño y todos sabemos que serán demonizados y marginados a nivel nacional y que vamos a recibir represalias (aparte de que está por verse qué resulta de los pactos, es muy posible que en buena parte de los sitios donde han sido elegidos, no lleguen a gobernar).
Diré que me planteé votarlos yo también, pero consideré renovar mi confianza en NaBai y en su representante, esa gran Uxue. Diré que lo haré principalmente por estrategia. Si NaBai hubiera conseguido una cantidad de votos suficientes, posiblemente habría podido decidir una alianza con Bildu o una con el PSN. Éstos nos la jugaron bien jugada en 2007 pero, considerando su descalabro electoral, es posible que se plantearan plegar a esa alianza con tal de rascar algo y, seamos realistas, desbancar a UPN a día de hoy es más urgente que tener un partido u otro en el gobierno. Dejaré claro que me gusta mucho el programa electoral de NaBai así como me gusta lo que he visto de Bildu, así que votar a un partido o a otro no suponía una gran diferencia para mí.
Sin embargo, una vez más nos hemos tenido que comer a UPN con patatas y no me canso de repetir que me mosquea, me mosquea tremendamente. Porque sí, Navarra tiene mucho de derechas, pero también de navarrista y clama al cielo la mala política y la mala gestión de UPN durante todos estos años, además del estado en que nos están dejando Pamplona. Siempre hemos sufrido gobiernos lamentables, pero desgraciadamente UPN hace daños irreparables, como el destrozo de la plaza del Castillo o la chapuza de Carlos III. Y lo que más me toca las narices de todo es que apenas conozco a cuatro personas (con nombre y apellidos), que reconocen votar a UPN (y procuro no hablar de política con ellos). Con esto, sólo puedo concluir que: sólo me junto con gente decente, los votantes de UPN se mueren de vergüenza... o hay pufo. Y no descartaría lo último.
Y creo que para variar me he extendido más de la cuenta, así que recomiendo un té verde sakura acompañado de música de Guns and Roses, concretamente el "You could be mine" de la BSO de Terminator II, que últimamente se me ha pegado bastante.
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