lundi, février 23, 2009

Vint i tres de febbrero de MCCXXIII: "Camino"

Soy una de las muchas personas que no supimos de la película "Camino" cuando fue estrenada en el cine, sino bastante más tarde, con objeto de sus nominaciones -y posteriores premios- en la ceremonia de los Goya. En un principio, todo cuanto había leído acerca de la película era que trataba sobre una niña cuya serenidad frente a su propia muerte impresiona a un centro médico. Me pareció una temática considerablemente atractiva y poco común, así que tenía bastante interés en verla. Poco antes de ir al cine me dijeron que la niña era del opus y tal. No me pareció una cuestión relevante, pensaba que el modo de afrontar la muerte era el tema central de la película, lo que no termina de ser cierto. El tema central es, sin lugar a dudas, el opus dei y sus formas de manipular a sus adeptos. Para quien no haya visto la película, aviso que pienso destripar algunas escenas.


Se ha acusado a la película de malversar y manipular verdades pero qué quieren que les diga, refleja perfectamente la realidad de todas y cada una de las personas pertenecientes al opus que he conocido en mi vida. Desde luego, he intentado en todo momento mantenerme al margen de todo contacto con esa gente, pero haber estudiado y trabajado en instituciones del opus creo que me han dejado las ideas bastante claras. Ese control de la madre de Camino sobre las actividades extraescolares de la niña me recordaron más que demasiado cómo cuando yo era catequista los chavales del opus jamás venían a las convivencias que celebrábamos. Ya no digo apuntarse a grupos de teatro y cosas parecidas (fuente de pecado, ya ven), sino convivencias parroquiales. Recuerdo especialmente cuando la madre de Rosario le prohibió terminantemente venir a la celebración de la Pascua (obligatoria para los chavales de confirmación) porque, según nos dijo a los catequistas "ya sabéis a qué colegio va mi hija, su educación religiosa es más que suficiente y no necesita ir a esos sitios". Por su parte, Rosario se moría de ganas por venir, pero no tenía narices de pedírselo a sus padres. De sobra sabía que no le iba a servir de nada.

Cosas peores se reflejan en la película, y si bien la historia de Camino es dura, a fin de cuentas es una niña cuyas creencias religiosas la ayudan a afrontar la muerte con mayor serenidad. Habría muerto más feliz con las cartas de su chico y el vestido de tirantes y falda corta, todo sea dicho, pero aparte de la manipulación que lleva a cabo su madre con la adolescente, la chica muere feliz, que tiene su mérito. Más dura se presenta la perspectiva de la madre -sola, al final de la película- y de un modo más duro la hermana mayor, numeraria. Ser numerario viene a ser algo así como dejar de pensar por cuenta propia y ceder la voluntad de uno en manos de un tutor. No lo digo porque salga en la película, lo digo porque lo he visto. Me recuerda en todo momento a Cristinita y a comentarios del tipo de "a mí no me prohíben hacer nada, pero yo sé que hay cosas que no puedo hacer, como por ejemplo mirar a ningún chico, no vaya a ser que me guste alguno". Me pareció especialmente ilustrativa esa conversación entre la hermana y su tutora en la que ésta le advierte seriamente contra su familia y sus amigos, con comentarios del tipo de "el Diablo te tienta con lo que más quieres, con tu propia familia, así que tienes que asumir que tu familia de verdad somos nosotros". Lamentablemente eso también lo he visto: gente que pierde todo contacto con su familia y con la gente que lo quiere por entrar como numerarios. Huelga decir que cuando necesitan de verdad el apoyo de una familia o de seres queridos, digamos que no lo encuentran.

Visto desde fuera, pueden parecer -o se suelen comparar- con conventos o monasterios que viven integrados en el mundo laico. En teoría, con objeto de poder hacer un mayor servicio para la sociedad. Quien haya tenido la suerte de estar en un monasterio y haya conversado con frailes y monjas y luego haya estado en un colegio mayor de numerarias puede dar fe de que poco tiene que ver lo uno con lo otro. En el primer caso se nota una atmósfera de felicidad absoluta, de gente que ha renunciado a un modo de vida para optar por otro de servicio a Dios que no cabe duda de que les satisface y les llena de serenidad. Por contra, un colegio mayor de numerarias (de numerarios no puedo hablar, obviamente, aunque no creo que haya grandes diferencias, salvo que ellos no limpian ni cocinan, eso que se ahorran), es el lugar donde se puede encontrar mayor número de tensiones sin resolver camufladas por sonrisitas ficticias. Hagan la prueba y tiemblen. Desde luego, no resulta nada cómodo estar ahí y creo que lo pensamos todas las personas que estuvimos en Goroabe y lo comentamos después. Desde luego, no creo que nadie volviéramos a pisar ese antro después de cuatro o cinco visitas.

Esas y otras cosas se reflejan en la película de un modo que al menos yo no había visto jamás en el cine, así que agradezco mucho a Fesser haber llevado a cabo semejante peliculón, que además está narrado de una forma más que brillante, muy bien dirigido y muy bien llevado a cabo por un grupo de actores que realizan un trabajo realmente bueno.

Al llegar a casa, un tanto impactada por lo que había visto, eché un vistazo por internet, a ver qué contaban sobre la película en un sitio y en otro. Aparte de los esperados comentarios en las páginas de la cope y del opus dei (no os recomiendo mirar esa página, pero vosotros mismos... a las tantas de la madrugada se hacen cosas muy raras), terminé por llegar a la web de la niña en la que se había inspirado -que no basado- la película, Alexia González Barros. Aparte de una breve historia sobre la niña donde no se cuenta nada especialmente relevante para excusar la causa de su beatificación (no se dedicó a expulsar demonios por ahí, ni se le apareció la Virgen ni se bilocaba ni se realizó ninguna clase de acciones que hacen santo a uno... esa clase de cosas que ilustra pefectamente Santiago de la Vorágine en la "Leyenda Dorada", lo normal), hay un apartado especialmente llamativo donde se pide dinero "para la causa de la beatificación". Curioso. Ahora, para hacer santo a uno, resulta que hay que pagar. Eso justifica muchas cosas, no crean ustedes, vean si no la canonización express del amigo Escrivá de Balaguer. Eso sí, la compra de cuestiones espirituales con bienes materiales es pecado, de simonía concretamente, que ha sido condenado y practicado reiteradamente por la Iglesia a partes iguales. Miren, si no, los Hechos de los Apóstoles, donde hay una frase bastante ilustrativa al respecto. No es otro que San Pedro quien reprende a Simón el Mago (padre de la simonía, como ustedes supondrán): "Vaya tu dinero a la perdición y tú con él, pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero" (Hechos 8, 20).


Se podría hablar de esto durante bastante más tiempo, pero ya es bastante largo y tampoco es plan de seguir... quien tenga ganas, que se deleite con un "ponche nórdico" del tea shop, que no se merecen la propaganda que les hago. Para escuchar, recomiendo "Scheherezade", de Rimskiy Korsakov. Buenas noches...

9 commentaires:

Marcos Domínguez a dit…

Fantástico, estaba ansioso de que escribieras este post. Ya sabes que la Antípoda Secreta se solidariza contigo contra el Opus.

Anonyme a dit…

Uhmmm. Yo llevo pensando en verla desde antes de que la estrenaran, pero me daba cosa. Creo que me voy a animar... Aunque sospecho que me agarraré un cabreo ideológico gordo. XDDD

Anonyme a dit…

Juaz! Me ha encantado tu post. No sabía yo que tú también habías vivido en primera persona al Opus. O debería decir sufrido... XD

Liss

Azelaïs de Poitiers a dit…

Jaja, se agradece el apoyo de la Antípoda... y lo cierto es que resulta curioso, mientras tú odias al opus como ateo (ex christian hunter), yo los odio como cristiana. Está claro que es una cuestión que va más allá de la moral de cada uno, jaja. Por cierto, me encanta el diablillo que te has puesto. Es de tu cosecha ¿no?

No sé si la habrás visto ya, Lothi, pero prepara estómago, que te va a hacer mucha falta. El abuelo tuvo que parar la película para darse un paseo en un momento dado y Marcus Niger y yo nos tuvimos que ir a tomar un café después de verla para que se nos pasara un poco el trauma.

¿Tú también los has sufrido, Liss? Juer, cómo extienden sus tentáculos, los malditos. Ains...

Anonyme a dit…

La voy a ver esta noche con mi madre. La bajé (atención, pienso comprarla después, así que no me siento mal por ello) pero la bajé mal y nos hizo un "falso arranque". El principio de la peli estaba bien pero luego se metía en un bucle sin fin del trailer.

Nos gustó bastante lo que vimos, la verdad, y nos quedamos con ganas de verla entera. A ver si hoy... (Eso sí, al principio ya se me escapó un "¡qué patada en la boca tiene la madre!"... Y el curilla joven. Ajco.)

Marcos Domínguez a dit…

Pozi! El diablillo es obra mia, forma parte de una ilustración para unos marcapáginas promocionales que hice el año pasado. Ya te regalaré alguno.

Azelaïs de Poitiers a dit…

Pues sí! la madre y el cura joven son tresmil veces lo peor, arx... qué mala leche hicimos. Ya me contarás qué te pareció el resto de la película y si la aguantasteis, que últimamente no nos leemos nada, sigh.

Marcus, exijo ese marcapáginas ya! jaja

Bardo a dit…

Hazte pastafari ^^

me ha picado la curiosidad, te voy a hacer caso y veré la peli :)

Azelaïs de Poitiers a dit…

Te digo lo mismo que a Lothi... haz estómago, que te va a hacer falta.