Aunque no haya recibido todavía la documentación por un problema técnico de correos... ya es oficial, he conseguido la beca del I.E.A. que tanto trabajo me costó presentar, jeje. Dicen que no hay trabajo no recompensado, aunque sea sólo por el aprendizaje conseguido. En este caso, además de haber aprendido bastante mientras preparaba la memoria para pedir la beca, he conseguido la propia beca, jaja.
La verdad es que no me hace rica. Ni siquiera me subvenciona para dejar el currillo, como sí pude hacer con la beca del tema de patrimonio. Voy a seguir trabajando en sitel-city. Eso sí, después de darle muchas vueltas al tema he pensado en reducir el número de horas que trabajo. A partir de diciembre, en lugar de tener contrato de 39 horas, tendré de 30. Racionándome el dinerillo de la beca (a ver si lo consigo, que nos conocemos), podré repartirlo para vivir con lo mismo unos siete meses. Me tentó la idea de no reducir el contrato y aprovechar para ahorrar y solucionar algunas deudas pendientes, pero claro... me dan la beca para que trabaje en el tema y que en seis meses pueda presentar un informe de resultados. Si sigo trabajando ocho horas diarias veo muy complicado poder tener un informe en condiciones en un tiempo tan breve, más aún porque tengo que hacer viajecillos a Huesca y con el turno que tengo ahora resulta imposible.
Asíp que... quitando las horas que me quedan de recuperar del currete, (puñeteros puentes, nos obligan a cogerlos y a recuperarlos... menos mal que mola tener fiesta en Nochebuena y Nochevieja, si no, mato a los directivos de AIG), a partir del día 17 me toca currar seis horas. De diez a cuatro o de tres a nueve, dependiendo de si vendo mucho y si me apetece ir de mañana. ¡Buen plan! Eso sí, el resto del día toca trabajar y muy duro. Por de pronto tengo unos cuantos testamentos pendientes de transcribir y tengo que ir a Huesca (a ver si voy en el "puente obligatorio" de diciembre) a por más material. La verdad es que es una gozada que pueda disponer de más tiempo para estudiar lo que realmente me gusta.
Por último... decía que la beca no me hace rica, pero me da algo que cuesta conseguir incluso más que el dinero, jaja... tener un curriculum más decente que antes. A fin de cuentas he conseguido dos becas en un año. La primera no me costó esfuerzo alguno, todo sea dicho (gracias, Lameri), pero ahí está y como dice mi tutora... lo de las becas "todo es empezar. Una vez que te dan las primeras, te dan todas". A ver si tiene razón y mando a los de sitel-city al cuerno, jajaja.
Recomiendo hoy ¡a Juka! que nos ha sacado hace nada un vídeo estupendo para deleite popular, además de su primera canción en solitario ¿quién da más?. La canción es "Saint-Croix", es "super japi de la muerte" y el vídeo está aquí (no os recomiendo clickar el otro vídeo de Juka porque digamos que no está a la altura y no sabemos quién cuernos le ha engañado para cantar eso, es lo peor que ha hecho jamás... esperemos que en Japón venda una barbaridad porque si no, no lo entendemos) Para beber... uhmmm yo me estoy bebiendo un aquarius, ustedes sírvanse lo que quieran. Sin hielo, que es muy malo.
vendredi, novembre 16, 2007
samedi, novembre 10, 2007
Diez de noviembre de mildoscientos veinte i uno: "Lo que va de saber a no saber lavar"
Opinar, lo que es opinar, lo hacemos todos. Sin embargo, hay gente que en lugar de opinar, necesita comunicar al mundo sus grandes verdades reveladas acerca de temas que no tienen ni condenada idea.
Es un tema del que nos estamos riendo últimamente en distintos sitios... Arien me comentaba cómo estaba un poco hartita de ver cómo determinada gente alababa ciertos mangas asegurando que eran "lo mejorcito en el mundo del manga" cuando esa gente no había visto ni cuatro mangas más y no podían distinguir un dibujo bien hecho de otro lamentable. Luego están los que fagocitan manga sin aprender a diferenciar lo bueno de lo malo. Y es que eso último también abunda... esa gente que por digerir toneladas de una materia cree que sabe mucho, pero que realmente ni ha asimilado conocimiento, ni tiene espíritu crítico alguno. Tienen espíritu criticón, que es otra cosa muy diferente.
Lothi también anda candente con la gente que asegura estar haciendo grandes creaciones literarias, cuando lo único que hacen es escribir y mal. No se molestan en aprender de grandes escritores y qué demonios, no se molestan siquiera en aprender gramática española, que buena falta les haría.
A mí me "molesta" (y lo pongo entre comillas, porque más que molestarme, normalmente me produce risa), que gente que no tenga ni idea de dónde están los agujeros de la flauta del cole, se dedique a expandir e informar al mundo sobre sus grandes descubrimientos en el mundo de la música. Que nadie piense que me creo la máxima autoridad en la materia porque no puede estar más alejado de la realidad. Eso sí, asumo que mi conocimiento es considerablemente superior al de la mayoría de la gente que anda por la calle. Principalmente por un motivo: me he molestado en aprender. Al mismo tiempo no me he molestado en aprender otras materias. Asumo mi desconocimiento y generalmente suelo pedir consejo a gente que sí se ha molestado en aprenderlas: no tengo ni idea de matemáticas, si quisiera escribir un libro pediría consejo a Lothi, cuando quiero saber algo de informática se lo pregunto a Fëanor, mis dudas veterinarias se las hago a Paula, temas de ciencias, a Marcos, pregunto a Rosa cómo preparar unas oposiciones y a Alberto siempre que quiero saber algo de derecho y de economía entre otras muchas cosas. De paso, también pregunto a toda esa gente cuando algo me huele mal antes de ponerlo a parir. Por si me patino. Una cosa es mi opinión personal y otra las enormes burradas que puedo llegar a decir. Según dónde, no me gustaría criticar ni ensalzar cosas sobre las que no tengo ni idea. Nunca se sabe quién puede llegar a leerlo.
Decía que no tengo mucha idea de música y sin embargo he dedicado mucho tiempo a ello, por lo que sé bastante más que la mayor parte de la gente (lo que no es mucho decir... todo el mundo escucha música o ruido o algo, pero pocos saben diferenciar un acorde mayor de uno disminuido). En este país queda feo y pomposo hacer demostración de conocimientos cuando estos existen, mientras cualquiera puede sorprendernos con su espíritu criticón sobre aspectos en los que no tiene ni idea. El caso es que da mal rollo hablar de los conocimientos de uno mismo porque parece que está creyéndose la octava maravilla, pero igual me da. Quien prefiera que aporte datos sobre "mi curriculum musical", aquí los tiene:
Mi padre es músico y era profesor de música. Componía y tocaba varios instrumentos, unos mejor que otros (ahora me vienen a la cabeza la guitarra, el acordeón, el bajo, la trompeta, el trombón de varas y un piano que se compró recientemente y está empeñado en tocar). Aprendí antes las notas musicales que a leer y eso que aprendí a leer con tres años (mi padre se aburría y consideró que yo también lo hacía, ya veis). De pequeña digerí la mayor parte de sus clases de solfeo y acordeón y de algo más mayor (hasta los catorce años) seguí con solfeo y me pasé a guitarra. Estudié algo de armonía por aquella época. Si sus alumnos daban dos clases por semana, yo daba las de todos los alumnos. Estaba siempre ahí, vamos, jaja.
Dejé de estudiar música pero seguí escuchando casi exclusivamente música clásica. Sobretodo porque en aquellos tiempos no sabía que había mucha música interesante y con algo de complejidad musical en esta época y me parecía aburrido casi todo lo actual que escuchaba. A los 17 años volví a tocar la guitarra y al año siguiente unas amigas mías me convencieron para que tocara en la orquesta de plectro (una orquesta de plectro es una orquesta de cámara en la que los instrumentos de cuerda son de cuerda pulsada en lugar de frotada) donde que ellas tocaban la bandurria y el laúd, respectivamente. Me convencieron porque no se podían creer que tocara por afición piezas de Bach con la guitarra. De primeras me negué porque no me creía capaz (había ido a conciertos suyos y me parecían muy buenos), pero me trajeron unas partituras a casa y descubrí que sí lo era.
Estuve tocando en la orquesta "Paulino Otamendi" desde los 17 años hasta los 26, aproximadamente. Con un par de parones cuando me fui a Italia y cuando me fui a Madrid. La verdad es que echo de menos la orquesta por lo bien que nos llevábamos y porque era una maravilla hacer música todo el mundo a la vez y muy diferente a lo que hace en casa uno solo. Ahí conocí a gente que sí sabía muchísimo sobre música. Ahí estaba Araitz, esa chica que con 15 añitos tocaba "Recuerdos de la Alhambra" como quien se rasca la tripita y tocaba el piano a dos manos "de oído" (a la chica que tocaba el clave casi le da un chungo cuando la vio tocar "de oído") y Koldo Pastor, ese pedazo de compositor que hacía las obras más difíciles del mundo y que nos hacía parar a todos cabreadísimo porque "había oído un mi bemol que venía de esa zona", cuando todos pensábamos que estaba sonando todo increiblemente bien.
Con todo esto, no quiero decir gran cosa. A fin de cuentas no he terminado cursos superiores ni convalidé nunca nada en el conservatorio por vaga. Gente que había en mi orquesta, Javi, ese amigo de Marcos que vive en Madrid o mis tíos, que me han grabado cositas y dejado partituras desde que era pequeña saben infinitas cosas más que yo y me encanta, porque siempre que estoy con ellos y sale el tema aprendo un montón de lo que me explican y por cierto, aprovecho para preguntarles por determinados compositores, músicos o grupos musicales a ver qué les parecen. A fin de cuentas, lo que yo he aprendido únicamente me sirve para distinguir qué obra debe de ser difícil de interpretar o, cosa importante, qué pieza musical tiene una gran complicación armónica y cuál es una fantochada con muchas notas y complicación nula.
Por eso me resulta ridículo que alguien que no sabe medir un miserable compás de tres por cuatro, diga que está mal medido. Lo triste es que se amparan en declaraciones del tipo de "llevo toda mi vida escuchando buena música" (¿de verdad esa gente no paraba de escuchar a Bach? pues no aprendieron nada, jaja) para criticar la habilidad de tal guitarrista, la afinación de tal cantante o esa gran frase de "musicalmente es un grupo muy bueno" (o muy malo) que aparece en la boca de cualquier petardo que no termina de acordarse de cómo se dibujaba la clave de sol.
Recomendando la "Sinfonietta Concertante" (Op. 9) de Koldo Pastor, que ese sí que es un semidios de la música (del que se rumoreaba que era una de las pocas personas que tienen "oído absoluto muy fino", nadie tuvo narices nunca de preguntarle ni eso, ni casi nada, aunque algunas se empeñaron en ligárselo, jajaja). Para beber, moscatel y mosto, que era lo que tomábamos en los descansos de los ensayos.
Es un tema del que nos estamos riendo últimamente en distintos sitios... Arien me comentaba cómo estaba un poco hartita de ver cómo determinada gente alababa ciertos mangas asegurando que eran "lo mejorcito en el mundo del manga" cuando esa gente no había visto ni cuatro mangas más y no podían distinguir un dibujo bien hecho de otro lamentable. Luego están los que fagocitan manga sin aprender a diferenciar lo bueno de lo malo. Y es que eso último también abunda... esa gente que por digerir toneladas de una materia cree que sabe mucho, pero que realmente ni ha asimilado conocimiento, ni tiene espíritu crítico alguno. Tienen espíritu criticón, que es otra cosa muy diferente.
Lothi también anda candente con la gente que asegura estar haciendo grandes creaciones literarias, cuando lo único que hacen es escribir y mal. No se molestan en aprender de grandes escritores y qué demonios, no se molestan siquiera en aprender gramática española, que buena falta les haría.
A mí me "molesta" (y lo pongo entre comillas, porque más que molestarme, normalmente me produce risa), que gente que no tenga ni idea de dónde están los agujeros de la flauta del cole, se dedique a expandir e informar al mundo sobre sus grandes descubrimientos en el mundo de la música. Que nadie piense que me creo la máxima autoridad en la materia porque no puede estar más alejado de la realidad. Eso sí, asumo que mi conocimiento es considerablemente superior al de la mayoría de la gente que anda por la calle. Principalmente por un motivo: me he molestado en aprender. Al mismo tiempo no me he molestado en aprender otras materias. Asumo mi desconocimiento y generalmente suelo pedir consejo a gente que sí se ha molestado en aprenderlas: no tengo ni idea de matemáticas, si quisiera escribir un libro pediría consejo a Lothi, cuando quiero saber algo de informática se lo pregunto a Fëanor, mis dudas veterinarias se las hago a Paula, temas de ciencias, a Marcos, pregunto a Rosa cómo preparar unas oposiciones y a Alberto siempre que quiero saber algo de derecho y de economía entre otras muchas cosas. De paso, también pregunto a toda esa gente cuando algo me huele mal antes de ponerlo a parir. Por si me patino. Una cosa es mi opinión personal y otra las enormes burradas que puedo llegar a decir. Según dónde, no me gustaría criticar ni ensalzar cosas sobre las que no tengo ni idea. Nunca se sabe quién puede llegar a leerlo.
Decía que no tengo mucha idea de música y sin embargo he dedicado mucho tiempo a ello, por lo que sé bastante más que la mayor parte de la gente (lo que no es mucho decir... todo el mundo escucha música o ruido o algo, pero pocos saben diferenciar un acorde mayor de uno disminuido). En este país queda feo y pomposo hacer demostración de conocimientos cuando estos existen, mientras cualquiera puede sorprendernos con su espíritu criticón sobre aspectos en los que no tiene ni idea. El caso es que da mal rollo hablar de los conocimientos de uno mismo porque parece que está creyéndose la octava maravilla, pero igual me da. Quien prefiera que aporte datos sobre "mi curriculum musical", aquí los tiene:
Mi padre es músico y era profesor de música. Componía y tocaba varios instrumentos, unos mejor que otros (ahora me vienen a la cabeza la guitarra, el acordeón, el bajo, la trompeta, el trombón de varas y un piano que se compró recientemente y está empeñado en tocar). Aprendí antes las notas musicales que a leer y eso que aprendí a leer con tres años (mi padre se aburría y consideró que yo también lo hacía, ya veis). De pequeña digerí la mayor parte de sus clases de solfeo y acordeón y de algo más mayor (hasta los catorce años) seguí con solfeo y me pasé a guitarra. Estudié algo de armonía por aquella época. Si sus alumnos daban dos clases por semana, yo daba las de todos los alumnos. Estaba siempre ahí, vamos, jaja.
Dejé de estudiar música pero seguí escuchando casi exclusivamente música clásica. Sobretodo porque en aquellos tiempos no sabía que había mucha música interesante y con algo de complejidad musical en esta época y me parecía aburrido casi todo lo actual que escuchaba. A los 17 años volví a tocar la guitarra y al año siguiente unas amigas mías me convencieron para que tocara en la orquesta de plectro (una orquesta de plectro es una orquesta de cámara en la que los instrumentos de cuerda son de cuerda pulsada en lugar de frotada) donde que ellas tocaban la bandurria y el laúd, respectivamente. Me convencieron porque no se podían creer que tocara por afición piezas de Bach con la guitarra. De primeras me negué porque no me creía capaz (había ido a conciertos suyos y me parecían muy buenos), pero me trajeron unas partituras a casa y descubrí que sí lo era.
Estuve tocando en la orquesta "Paulino Otamendi" desde los 17 años hasta los 26, aproximadamente. Con un par de parones cuando me fui a Italia y cuando me fui a Madrid. La verdad es que echo de menos la orquesta por lo bien que nos llevábamos y porque era una maravilla hacer música todo el mundo a la vez y muy diferente a lo que hace en casa uno solo. Ahí conocí a gente que sí sabía muchísimo sobre música. Ahí estaba Araitz, esa chica que con 15 añitos tocaba "Recuerdos de la Alhambra" como quien se rasca la tripita y tocaba el piano a dos manos "de oído" (a la chica que tocaba el clave casi le da un chungo cuando la vio tocar "de oído") y Koldo Pastor, ese pedazo de compositor que hacía las obras más difíciles del mundo y que nos hacía parar a todos cabreadísimo porque "había oído un mi bemol que venía de esa zona", cuando todos pensábamos que estaba sonando todo increiblemente bien.
Con todo esto, no quiero decir gran cosa. A fin de cuentas no he terminado cursos superiores ni convalidé nunca nada en el conservatorio por vaga. Gente que había en mi orquesta, Javi, ese amigo de Marcos que vive en Madrid o mis tíos, que me han grabado cositas y dejado partituras desde que era pequeña saben infinitas cosas más que yo y me encanta, porque siempre que estoy con ellos y sale el tema aprendo un montón de lo que me explican y por cierto, aprovecho para preguntarles por determinados compositores, músicos o grupos musicales a ver qué les parecen. A fin de cuentas, lo que yo he aprendido únicamente me sirve para distinguir qué obra debe de ser difícil de interpretar o, cosa importante, qué pieza musical tiene una gran complicación armónica y cuál es una fantochada con muchas notas y complicación nula.
Por eso me resulta ridículo que alguien que no sabe medir un miserable compás de tres por cuatro, diga que está mal medido. Lo triste es que se amparan en declaraciones del tipo de "llevo toda mi vida escuchando buena música" (¿de verdad esa gente no paraba de escuchar a Bach? pues no aprendieron nada, jaja) para criticar la habilidad de tal guitarrista, la afinación de tal cantante o esa gran frase de "musicalmente es un grupo muy bueno" (o muy malo) que aparece en la boca de cualquier petardo que no termina de acordarse de cómo se dibujaba la clave de sol.
Recomendando la "Sinfonietta Concertante" (Op. 9) de Koldo Pastor, que ese sí que es un semidios de la música (del que se rumoreaba que era una de las pocas personas que tienen "oído absoluto muy fino", nadie tuvo narices nunca de preguntarle ni eso, ni casi nada, aunque algunas se empeñaron en ligárselo, jajaja). Para beber, moscatel y mosto, que era lo que tomábamos en los descansos de los ensayos.
Libellés :
Música,
Políticamente Incorrecto
lundi, novembre 05, 2007
Cinquo de noviembre de mildoscientos veinte i uno: Gatos del Valhalla
Últimamente parece que no hago otra cosa con mi vida que ir de concierto en concierto. La verdad es que hago muchas cosas, pero todas ellas menos interesantes, jeje.
El caso es que el pasado jueves 1 de noviembre, Gates of Valhalla dio un concierto con la banda alemana Châlice y claro, ahí estuvimos para disfrutarlo y dar nuestro apoyo.
El hecho de que el concierto tuviera lugar en una fecha tan condenadamente mala (la gente estaba de vacaciones por puente o trabajaba al día siguiente... así que no podía ser peor día), provocó una situación de nervios unos minutos antes del concierto, con el miedillo de si iba a haber gente suficiente o no. Se llegó a rumorear media hora antes que no había más de veinte personas esperando a entrar. Sin embargo, en el último momento empezó a llegar una cantidad bastante decente de gente. No fue un llenazo, ni uno de los conciertos más multitudinarios que hemos llegado a ver con los valalos, pero al menos superó por bastante la centena de personas. Teniendo en cuenta el hecho de que el concierto hubiera sido organizado (y en consecuencia anunciado) en tan poco tiempo y la mala elección de la fecha... la cantidad de gente que hubo fue más que respetable.
A nivel musical no diré que fuera su mejor concierto y creo igualmente que el hecho de haber preparado el concierto en tan poco tiempo les resultó muy ventajoso. Sin embargo, salvo algún desajuste que fue más evidente para ellos que para la mayoría de la gente que estaba ahí, en general estuvieron bien y en algunos momentos realmente muy bien. Son grandes en lo suyo y día tras día lo demuestran. Pensaréis que es lógico que encomie la labor de Marcos y qué cuernos, en esta ocasión lo haré, jaja.
Me sigue sorprendiendo que de concierto en concierto vaya mejorando de manera tan ascendente. Claro, me soprende menos cuando pienso en las horas que le mete (no sólo en los ensayos del grupo y cantando por casa, sino también en las clases que lleva ya tiempo tomando) y en la forma en que cada vez que escucha a un cantante que le interesa, se dedica a tomar nota de todo lo que le gusta y cómo lo puede aprovechar, por supuesto adaptándolo a su estilo (Juka y Gackt estuvieron ahí, yo lo noté, jajaja). Además, con tal de mejorar es capaz de arriesgar lo que sea y meterse en cosas donde meses antes pensaba que era imposible meterse. Si antes su mayor preocupación era sonar afinado y cantar "bonito", en los últimos tiempos no tiene menor empacho en probar a rasgar la voz de diferentes formas o hacer diferentes tipos de falsete y afortunadamente con bastante buen resultado. Me sorprendió y mucho en "I Want Out" y en "Send me a Sign", canciones que hace unos meses le parecían imposibles de cantar y que las hizo sin ningún problema, utilizando incluso recursos muy bonitos. Habían tocado ambas canciones en el concierto anterior y aunque tenía muchas ganas de escucharlas, no pude terminar de hacerlo bien por eso de que estaba vendiendo entradas y encima venía gente a hablarme (brrrr, jaja), pero juraría que Marcos las cantó bastante mejor en este concierto. Una vez más se lució el elfo también en "Hard Rock, Alleluia". Si nos soprendió que se atrevieran con esta canción hace tanto tiempo, ahora la canta mucho mejor, ya que el muy capullo ha aprendido a sacar muy buen partido a la "voz de ultratumba", jeje.
En resumidas cuentas... enhorabuena felpo... a seguir así.
Por lo demás, disfrutamos de las canciones que más nos gustan del grupo, como son "Mothershore", "Ragnarok", "Dramatis Personae" o "Tale of Nightingales and Salamanders". El "dúo yaoi" (eh, malpensados, que tampoco fue para tanto) de Ragnarok no tuvo precio y en general, el concierto estuvo estupendo.
Terminado el concierto de Valhalla y tras los consabidos momentos de cambio de escenario los Châlice tomaron posiciones e hicieron su concierto. Como ya sabréis, el hard rock no es mi estilo musical favorito, así que aunque la banda era realmente muy buena, no les presté mucha atención y a mitad del concierto plegamos, porque Marcos estaba hecho puré y yo tenía que madrugar al día siguiente... En cualquier caso me gustaron, y mucho, el cantante y los dúos que este hacía con el bajista. El conjunto sonaba muy bien y quienes encuentran mejor deleite en este tipo de música estuvieron encantados.
En fin... espero que los Valalos no se hagan esperar en volver al escenario, aunque parece que las circunstancias internas los van a tener alejados una temporadilla que esperemos que no se alargue. Sobretodo, esperemos que la temporadilla sea productiva y vuelvan con nuevas y aún mejores canciones y con fuerzas renovadas. A ver si mientras al menos sale a la luz ese CD que tantas ganas tenemos de tener dentro de nuestras minicadenas, jaja.
Recomendando una cerveza fresquita con un "Ragnarok" de los Valhalla de fondo.
El caso es que el pasado jueves 1 de noviembre, Gates of Valhalla dio un concierto con la banda alemana Châlice y claro, ahí estuvimos para disfrutarlo y dar nuestro apoyo.
El hecho de que el concierto tuviera lugar en una fecha tan condenadamente mala (la gente estaba de vacaciones por puente o trabajaba al día siguiente... así que no podía ser peor día), provocó una situación de nervios unos minutos antes del concierto, con el miedillo de si iba a haber gente suficiente o no. Se llegó a rumorear media hora antes que no había más de veinte personas esperando a entrar. Sin embargo, en el último momento empezó a llegar una cantidad bastante decente de gente. No fue un llenazo, ni uno de los conciertos más multitudinarios que hemos llegado a ver con los valalos, pero al menos superó por bastante la centena de personas. Teniendo en cuenta el hecho de que el concierto hubiera sido organizado (y en consecuencia anunciado) en tan poco tiempo y la mala elección de la fecha... la cantidad de gente que hubo fue más que respetable.
No tenemos todavía fotos del nuevo concierto (me dejé la cámara en casa, sí, lo hice), así que habrá que tirar de las antológicas. Esta de "antes de un concierto" me encanta.
El concierto empezó unos minutillos tarde, por eso de que la gente no paraba de bajar. Duró en torno a una hora y la verdad es que una vez más el resultado fue estupendo. El mayor fallo que encontré fue sin embargo el set list, en el que por incluir canciones que le sonaran a todo el mundo, acabó por tener igual número de versiones que de canciones propias y teniendo, como tienen, canciones tan buenas, creo que no necesitan introducir tantas versiones. Todo sea dicho, a la hora de quitarlas no sé por cuál empezaría, porque todas las que tocan son buenas y tienen un resultado muy bueno en directo, pero los que tienen que operar los cambios que quieran son ellos así que... ellos mismos.A nivel musical no diré que fuera su mejor concierto y creo igualmente que el hecho de haber preparado el concierto en tan poco tiempo les resultó muy ventajoso. Sin embargo, salvo algún desajuste que fue más evidente para ellos que para la mayoría de la gente que estaba ahí, en general estuvieron bien y en algunos momentos realmente muy bien. Son grandes en lo suyo y día tras día lo demuestran. Pensaréis que es lógico que encomie la labor de Marcos y qué cuernos, en esta ocasión lo haré, jaja.
Me sigue sorprendiendo que de concierto en concierto vaya mejorando de manera tan ascendente. Claro, me soprende menos cuando pienso en las horas que le mete (no sólo en los ensayos del grupo y cantando por casa, sino también en las clases que lleva ya tiempo tomando) y en la forma en que cada vez que escucha a un cantante que le interesa, se dedica a tomar nota de todo lo que le gusta y cómo lo puede aprovechar, por supuesto adaptándolo a su estilo (Juka y Gackt estuvieron ahí, yo lo noté, jajaja). Además, con tal de mejorar es capaz de arriesgar lo que sea y meterse en cosas donde meses antes pensaba que era imposible meterse. Si antes su mayor preocupación era sonar afinado y cantar "bonito", en los últimos tiempos no tiene menor empacho en probar a rasgar la voz de diferentes formas o hacer diferentes tipos de falsete y afortunadamente con bastante buen resultado. Me sorprendió y mucho en "I Want Out" y en "Send me a Sign", canciones que hace unos meses le parecían imposibles de cantar y que las hizo sin ningún problema, utilizando incluso recursos muy bonitos. Habían tocado ambas canciones en el concierto anterior y aunque tenía muchas ganas de escucharlas, no pude terminar de hacerlo bien por eso de que estaba vendiendo entradas y encima venía gente a hablarme (brrrr, jaja), pero juraría que Marcos las cantó bastante mejor en este concierto. Una vez más se lució el elfo también en "Hard Rock, Alleluia". Si nos soprendió que se atrevieran con esta canción hace tanto tiempo, ahora la canta mucho mejor, ya que el muy capullo ha aprendido a sacar muy buen partido a la "voz de ultratumba", jeje.
En resumidas cuentas... enhorabuena felpo... a seguir así.
Por lo demás, disfrutamos de las canciones que más nos gustan del grupo, como son "Mothershore", "Ragnarok", "Dramatis Personae" o "Tale of Nightingales and Salamanders". El "dúo yaoi" (eh, malpensados, que tampoco fue para tanto) de Ragnarok no tuvo precio y en general, el concierto estuvo estupendo.
Terminado el concierto de Valhalla y tras los consabidos momentos de cambio de escenario los Châlice tomaron posiciones e hicieron su concierto. Como ya sabréis, el hard rock no es mi estilo musical favorito, así que aunque la banda era realmente muy buena, no les presté mucha atención y a mitad del concierto plegamos, porque Marcos estaba hecho puré y yo tenía que madrugar al día siguiente... En cualquier caso me gustaron, y mucho, el cantante y los dúos que este hacía con el bajista. El conjunto sonaba muy bien y quienes encuentran mejor deleite en este tipo de música estuvieron encantados.
En fin... espero que los Valalos no se hagan esperar en volver al escenario, aunque parece que las circunstancias internas los van a tener alejados una temporadilla que esperemos que no se alargue. Sobretodo, esperemos que la temporadilla sea productiva y vuelvan con nuevas y aún mejores canciones y con fuerzas renovadas. A ver si mientras al menos sale a la luz ese CD que tantas ganas tenemos de tener dentro de nuestras minicadenas, jaja.
Recomendando una cerveza fresquita con un "Ragnarok" de los Valhalla de fondo.
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