jeudi, novembre 02, 2006

Dos de noviembre de mildoszientosveinte: Todos los Santos

Cuando era pequeñita todos los años celebrábamos el uno de noviembre. Ahora (lo que son las cosas) celebramos el 31 de octubre, día de difuntos. Antes me negaba a celebrar fiestas yankis, pero he decidido hacer ojos sordos y hacer como que la fiesta es anglosajona y tal, jajajaja. A fin de cuentas, no tengo nada en contra de los británicos, son curiosa gente.

El caso es que no pudimos evitar disfrazarnos (Lameri, nena, quiero esas fotos para colgarlas aquí, que no tienen precio). Mientras todo hijo de vecino iba vestido de drácula y vampiro y tal, nosotros decidimos modificar un poco nuestro vestuario habitual (a fin de cuentas casi todos los sábados salimos de negro y estamos bastante paliduchos... ponernos colmillos nos parecía poco cambio, jajaja) y disfrazarnos de vikingos muertos. Gran invento, de verdad, os lo recomiendo. No tiene precio entrar un montón de gente con cascos con cuernos (universalmente aceptados como vikingos) en un bar lleno de vampiros. Por no hablar de esos grandes momentos cantando "Valhalla" de Blind Guardian empuñando espadas y levantando los cascos con cuernos, las grandes peleas a espadas de gomaespuma y mazas chillonas o momentos del tipo de "eh... ¿y si invadimos el poblado ese vecino?" jejeje.


En fin... cambiando de tercio... siempre me ha hecho mucha gracia lo de la fiesta de "Todos los Santos". Sobre todo porque ¿alguien se ha molestado en celebrar la fiesta de "Todos los santos"? Que yo sepa, cuando de pequeñita celebraba el 1 de noviembre, seguía celebrando la deplorada fiesta de difuntos. Y era un día curiosamente bonito: íbamos al cementerio, dejábamos flores en las tumbas de los parientes y a casa. Tras tomar un vermuth y comprar algún aperitivo para después de comer (tradición). De hecho le tenía tanto cariño a ese día que me planteé ir este año por mi cuenta y riesgo al cementerio de paseíllo. Hasta que me di cuenta de que era una solemne imbecilidad, claro, ya que en Zaragoza que yo sepa no tengo nadie a cuya tumba llevar flores y resulta bastante estúpido sumarse a semejante procesión en solitario para no llevar nada a nadie ¿no? Me imagino que cualquier día es más propicio que el uno de noviembre para pasear por el cementerio. Digo yo. Es curioso, pero en tres años que llevo viviendo aquí nunca me he acercado. Y no sé, tampoco es que frecuente tanto el de Pamplona, pero una vez al siglo sí me gustaba ir. Da una curiosa sensación de calma y tranquilidad... y debe de ser uno de los lugares más silenciosos que conozco. Salvo por algún pájaro y tal, claro.

En fin... sitio curioso el de los cementerios que desgraciadamente no está muy bien conservado en este país. Lo digo por el hecho de que las tumbas "caduquen" en los cementerios ciudadanos. Cuando se cumple un determinado plazo ya ni siquiera se puede seguir pagando por conservar la parcelita y te mandan al difunto a la fosa común. Y la tumba, por mona y musgosa que esté. El resultado es que es imposible que el cementerio en cuestión envejezca como Dios manda. Una lástima. Lo cierto es que, al menos que yo sepa, en este país los únicos cementerios decentes que hay están en pueblos y son pequeñitos. Allá queda el de Génova, que tiene incluso línea interna de autobuses, jajajja.

Pero bueno, si no se conservan los monumentos, como para conservar los cementerios, de los que nadie prefiere acordarse. Y tiene su gracia, porque como ya comentaba en un post hace bastante tiempo, la muerte, que en otro tiempo fue tan tenida en cuenta, ahora se desplaza de la vida normal, no se quiere recordar que existe, pero no podemos evitar que siga presente en nuestras vidas. Y es que a fin de cuentas las actitudes ante la muerte: el miedo, la curiosidad o incluso el morbo, son quizá las cualidades más presentes en el ser humano. Suavícese si se desea con la obsesión con el paso del tiempo, que viene a fin de cuentas a suponer lo mismo: una mezcla de temor y curiosidad a la muerte.

Córtense pues las uñas a tiempo, por lo que pueda suceder. Y quien tenga ganas, que se tome un café calentito que por fin parece que viene el invierno (bendito noviembre, nunca nos decepciona) y que escuche "Valhalla" de los Guardian.

Buenas noches...

9 commentaires:

Anonyme a dit…

Y que guapos y "ojerosamente muertos" que andabais todos...Todo un puntazo esos disfraces, sí señor.(Ya los podéis ir trayendo a nuestra Mereth...Que ya falta muuu poco!!!)
No como el mío, ¡que un tipo me confundió con caperucita roja!
Maldito troll descerebrado... ¡Iba de Lydia Deetz! Por todos los Balrogs... ¡¿Es que nadie veía Beetlejuice en dibujos?!
Ains...

Un beso, felfita.

keleb-dûr a dit…

El Dia de difuntos (al menos en España) es el 2 de noviembre, que es el cumple de mi hermana. Aunque los yankees celebran la noche de difuntos el 31 sí.

A mi de pequeña me molaba ir al cementerio ese día. No íbamos todos los años. A mis hermanos y a mi nos fascinaban las tumbas y las esculturas de ángeles y demás. Nos la pasábamos corriendo y diciendo a nuestros aitas ¡mira esa mira esa! como si estuviéramos en Disneyworld XDDDDD

Eowyn Zirbêth a dit…

El último cementerio que pisé, hace ya varios años, es el de la ciudad de Oxford, para ir a ver la tumba de Tolkien. Los cementerios ingleses son realmente hermosos, desde los más cuidados y grandes, hasta esos pequeños colofón de una vieja iglesia gótica, con las lápidas desgastadas, eorisonadas por la ación conjunta del clima y el tiempo, a veces cubiertas de la maleza desbocada propia de esas húmedas tierras. Una gozada, vamos. Allí los cementerios son arte. De hecho, el de Oxford había ganado no sé que premio por su decoración y conservación, llevada a cabo por niños. Igual debería plantearme pedir, como última voluntad, que me entierren allí...

Azelaïs de Poitiers a dit…

Jijiji, con esto de ir al cementerio como quien va a Disneyworld me has recordado esa mítica vez que estando en el cementerio dijo mi hermano (que era un tierno infante): "aquí hay una niña que estalló a rana" -"¿cómo?" -"pues eso, que estalló a rana, lo pone en la tumba". Claro, tuvimos que mirar la tumba. Ehmmm... la niña se apellidaba "Etayo Arana", jajajjaa. Llevamos haciendo coñas en casa desde entonces. Seremos macabros...

En fin... en cualquier caso, Eowyn, estoy de acuerdo, yo quiero que me entierren en uno de esos. O en París... que el de Père-Lachaise me dejó flipando! ¡esas tumbas preciosas puestas en una pendiente y llenas de musgo!. Por no decir del punto que tiene que ser estar enterrado de por vida al lado de gente como Maria Callas, jajaja.

Eleder a dit…

¡Uy! Se me olvidó comentarte... Mira a ver si puedes encontrar (si no lo tienes ya) el Diario de Noticias de ayer domingo, que había un articulillo de dos páginas sobre el patrimonio cultural navarro de difuntos.

Eleder a dit…

¿O era el Diario de Navarra? Arfs.

Azelaïs de Poitiers a dit…

Uhmmm tarde! ¿de dónde saco yo eso ahora? jajajja. Aunque si es el de Navarra preguntaré en casa. Con el de noticias no nos hablamos (¿tú te lees eso?)

Eleder a dit…

Trato de leer todo... se adquiere dureza de estómago, pero suele ser provechoso ;)

Azelaïs de Poitiers a dit…

Estás enfermo, jajaja