mercredi, juillet 20, 2005

Veinte de julio de mildoscientosdiezynueve: Diferentes obligados

Tras una larga conversación antropológica de esas que tenemos el Elfo y yo a eso de las tres de la mañana el día anterior a tener que madrugar (somos lo peor), he estado pensando sobre ese hecho que nos tiene tan orgullosos que es el de "ser diferente a los demás". Supongo que en cierta medida todo el mundo se siente diferente al resto, por muy normal que sea, a fin de cuentas, yo siempre suelo decir que todos somos muy raros por dentro, pero nos conocemos sólo a nosotros mismos, así que nos sentimos más raros que el resto.

En cualquier caso, todos somos conscientes de que hay una especie de grupo global de gente normal al que estamos encantados de no pertenecer. Bueno, no estoy segura de quién me va a leer, pero desde luego, los que dejáis comentarios habitualmente no sois muy normales.

¿Qué es entonces lo que nos diferencia de "la masa ingente" esa? Principalmente tenemos aficiones diferentes: leemos más y mejor (porque entre la masa ingente está muy bien visto haberse leído "Los Pilares de la Tierra" y mierditeratura similar), escuchamos música más elaborada que la suya (porque para componerle algo a Bisbal hay que ser bastante avispado, pero no saber mucho de música) o empleamos nuestro tiempo libre en cosas como jugar a rol, escribir o cosas similares (y peor vistas, incluso). Sabéis a qué me refiero. A ese tipo de cosas que tienes que ocultar ante "los otros" si no quieres que la conversación derive en "por qué haces eso", "eso no es muy normal" y todo eso. A veces es divertido sacarlas a colación porque te puedes reír bastante.

La gran pregunta es ¿cuándo deja uno de ser normal?. Porque cuando yo era pequeñita me acuerdo que decía que quería ser poeta de mayor y me miraban exactamente igual que a la que decía que quería ser peluquera. Pero dices por ahí que te has pegado una tarde entera en casa encerrada escribiendo y resulta que ya no eres normal. Cuando eres pequeño, el niño que mola es el que más imaginación tiene: organiza juegos para sus compañeros, inventa historias y todos lo miran con respeto y tal. A mí me pasaba en el cole. Tenía mi grupito de petardas que jugaban a lo que yo decía, porque molaba.

Un buen día jugar es para niños, supongo. Por esas fechas yo seguía jugando con los playmobil, confieso. Además, heredé los de mi primo, que ya se había normalizado y nos los regaló todos a mi hermano y a mí. Claro que jugaba, eran instrumentos perfectos para contar historias. Historias que ya no eran tan para críos como las anteriores, pero historias. Son tan pequeñitos y se pueden manejar tan fácil que son geniales para eso. Siempre he dicho que si me dejaran una tarde sóla con un montón de playmóbil me lo pasaría en grande.

Luego intenté normalizarme. Tenía amigas normales que hacían cosas normales. Ya no veía dibujos animados porque era mayor. Incluso fui una vez con ellas a una discoteca en sesión de críos de 14 años. No sé cómo lo soporté, jajaja. Poco a poco me volví más yo. El volverse más uno supongo que tiene que ver más con la búsqueda de la identidad. El Elfo dice que el que es diferente, muy habitualmente es porque ve que no encaja con el resto de la gente y busca sus propios signos de identidad, de manera que no es una diferenciación o marginación buscada, sino obligada. En cambio, no puedo evitar ver este hecho como que quien ha tenido que construirse esa personalidad, la tiene más rica que una persona que se ha aplicado a sí misma todo lo que la sociedad espera de ella: forma de vestir, gustos musicales, aficiones, incluso gustos en el otro sexo (el otro día le dije a una del trabajo que Baute no me parece ni siquiera atractivo y no se lo podía creer la muchacha, no digamos cuando le dije que no me gustaba nada cómo cantaba).

El ser diferente proporciona además ciertas ventajas sobre "los otros". Por el simple hecho de que al estar fuera de la dinámica, nos hemos dedicado a observarlos y los conocemos muy bien. Especialmente los observábamos en lo que yo llamo "los años de soledad". La mayoría de los que somos raritos a ojos de los demás hemos tenido una etapa inicial en la que no encajábamos con nadie. ¿Cuándo empieza esa etapa? no podría determinarlo. Recuerdo que a finales de la EGB me llevaba mal con gran parte de la gente de mi clase, quizá sea ese el punto de partida... hacia los 12, 13 años. Entonces debí de empezar a ser "diferente". Sin embargo, ¿cuál es el punto que marca esa diferencia? ¿Me comportaba de una forma diferente al resto? No lo sé, no lo recuerdo.

En el instituto sí que era rarita. Y eso que fui a Artes y Oficios, que ahí no era normal nadie. O no debía serlo, porque el grupo de pijos campaba libremente en todas las clases, junto a los raros. Sin embargo, yo debía de ser especialmente rara, porque me aburría en clase y me dedicaba a leer. Sí, libros sin dibujos ni nada. El resto se quedaban impactados. También se comían el tarro con qué música escuchaba. Una vez me dijo una petarda "seguro que escuchas Mozart y Beethoven, como todos los cerebritos" (sépase que me tildaba de cerebrito por su evidente incultura, quizá encumbrando mi inteligencia conseguía levantar un poco la suya, jajaja), como estaba hasta las narices contesté "pues mira, no, eso escuchaba de pequeña, ahora prefiero Stravinsky y Shostakovich". Todavía debe de estar pensando quiénes son. La verdad es que el Réquiem de Mozart me gusta más que cualquier cosa de Shostakovich.

Y ahí estamos. ¿Cuándo abandona la gente el mundo de lo interesante? Cuando eres pequeño te regalan cuentos de hadas, brujas, dragones. Pero cuando eres mayor no es normal que dibujes esas cosas en los apuntes de clase. Es normal que hagas una ingeniería, pero no que escojas hacer un trabajo sobre los monstruos en el gótico. Puedes ir al cine a ver una comedia romántica, está bien visto incluso, pero te miran raro cuando dices que te cogiste "Los Increíbles" a la una de la mañana.

La verdad es que no me quejo, me parece en cierto modo hasta divertido. En gran medida porque comparto esas cosas con "más gente rara". A veces es molesto que te miren como "el raro", pero siempre tiene un punto divertido.

Por primera vez he escrito un post por la mañana... pero es que por la noche vengo cansadilla del trabajo. ¿Recomendación? "Mi sol está escondido", de Mozart. El que la encuentre que me la pase, que la tengo en un cassette muy rayado y llevo años buscándola.

11 commentaires:

Anonyme a dit…

Te encontré!!!!. El "juaz" te ha revelado XDDDD Me he releído un poquito tus post anteriores. Jo! quiero vivir más cerca tuyo, de Celebrinlas, Mornore y Arien....la de charletas interesantes que tendríamos!!!cada vez que leo vuestros comentarios no hago más que asentir emocionada "tienen razón, tienen razón, alguien que piensa y disfruta con lo mismo que yo" XDDD

En cuanto a lo de ser "diferente" puff!!! yo qué sé dónde está ese momento. Supongo que sí, hacia la adolescencia. Es como dice Paulo Coelho, sobre los 13 años descubres tu Historia Personal, lo que quieres hacer en la vida, cómo deseas ser....y la diferencia está en que a algunos se les olvida y se acaban acomodando a lo que la sociedad espera, y otros siguen su camino. Son (somos) los "raritos". Y yo nunca he tenido problemas de socialización, en clase tenía un montón de colegas y en general me llevaba bien con la peña...pero...no me completaba. Podía estar a gusto con la gente y pasarlo bien...pero no me llena. Es muy difícil encontrar gente que realmente me llene, que no se me quede mirando con expresión vacia o con gesto extrañado cuando hablo de cómics, fantasía o arte normando....Cada vez que llevo un libro al trabajo la gente en seguida se interesa ¿qué estás leyendo? y cuando le enseño las Eddas, por ejemplo, pues imagínate la cara...y pasan automáticamente a recomendarme "El Código da Vinci", ains!!!
Ahora yo no me corto. Le cuento a todo el que quiera que soy de la STE y hasta los pacientes me preguntan cuando ven el Anillo "¿es el Anillo de Frodo?" XDDDDD Hace tiempo atendí a un tipo que se había resfriado en el estreno de la última de star wars por ir disfrazado de jedi XDDDD

No nos rindamos, hay más freaks de lo que parece. Algún día dominaremos el mundoooo MUAHAHAHAHAAAA!!!!

Besotes.
Olatz.

Anonyme a dit…

Por cierto ¿por qué 1219?
Si no es indiscreción. ;)

Ardaleth a dit…

Eh, a este tema le he dedicado yo unas cuantas noches también! XDD Yo fui una inadaptada social toda mi infancia - y como crecí al margen del mundo, desarrollé esa diferencia todavía más. Pero empecé a integrarme en cuanto dejé el pueblo y salí al 'ancho mundo', mundo donde sí, había gente que leía por gusto, gente que seguía colgada de los tebeos de Astérix, gente que escribía en runas y veía árboles de Valinor en lámparas de iglesia. Eru los cría y ellos se juntan. Y la rareza se retroalimenta XDD

Sigo pensando que los frikis somos en cierta medida como los gays, nos cuesta salir del armario. En mi caso, con diecisiete años admití mi frikismo ante el mundo. Sí que debe de ser el punto de inflexión, en la adolescencia tardía... ahora quizá antes. Y bueno, hasta ahora... voy con la verdad con delante: si te relacionas conmigo, es bajo tu responsabilidad XD

Un saludo de friki a friki ;)

PD: ¿Cómo va lo del piso? Lo que he visto yo era caro de narices... pero no desespero.

Marcos Fernández a dit…

..No pienso contestar. De eso nada, no me arrastrarás a otra excéntrica demostración de anormalidad y precariedad mental. Además, últimamente estoy de recaída freudiana, y no no me apetece ganarme una paliza.

..De todos modos, conociéndo vuestra exagerada y demente afición por ese país de mala moral os paso esto que encontré por casualidad (remarco esto último).

http://www.harapan.co.jp/english/japan/kaomoji.htm

Marcos Fernández a dit…

..Y bueno, ya por rematar la faena:

http://www2.abc.net.au/fly/flysui/flysui.html

Azelaïs de Poitiers a dit…

Jajaja, bienvenida, señorita Zipidur, Zapewen os invita a sus aposentos. Pasad y poneos cómoda. Pues sí que se te echa de menos desde que te largaste a tan lejanas tierras, sigh, antes aunque sea te veíamos de cuando en cuando. Aunque, qué narices, ¡no hiciste bien ni nada!. Pero se te echa de menos. Claro, que siempre nos quedarán las fotos y los vídeos de Vitoria, jajaja.

Lo de 1219 es una tontería muy grande. Es que cuando llegó el año 2000 decidí que quedaba muy feo en las fechas y decidí ignorarlo y empezar a computar desde 1214, que fue un año muy bonito, con su batalla de Bouvines y tal. Y se me había olvidado, pero me pareció gracioso retomar ese cómputo, jajaja.

Interesante comentario por tu parte, Ardaleth, como siempre. Verdades como robles. La rareza, efectivamente, se retroalimenta. Y es curioso, pero deberíamos dar muchas gracias a internet por facilitarnos el acceso a tanta gente tan alterada, jajaja.

Lo del piso... decíamos de ponernos más en serio en agosto para cogerlo en septiembre. Lo que yo miré no era muy caro, pero sólo lo vi en el periódico, que a saber cómo es. Deberíamos mirar en la universidad.

Y por tu parte, Ukyo... appppo... oñe, no nos hagas esto, precisamente tú tenías cosas muy interesantes que aportar al respecto. Fue muy grande la conversación que tuvimos el otro día, me gustaría continuarla por aquí, anda, joooooo. Freudiano y todo. Y deja de poner esas direcciones, enfermo, más que enfermo... ya sabes que odio los esmailinjs y lo de las moscas no funciona bien, que lo sepas.

Eleder a dit…

Ains... Coelho?

Yo a los 13 descubrí mi Historia Personal. Y luego se me olvidó. Y luego me acordé otra vez, pero decidí que me gustaba más otra. Y a eso de los 18 volví a cambiarla. Y he seguido así hasta los veintipico de ahora ;)))

Yo no sé cómo "quiero ser"... Sé cómo soy; hay cosas que me gustan de ello, otras que no, y en ello andamos. Y sigo aceptando sugerencias :)

Lothi a dit…

Coehlo es la pesteee. Dudo que Azelaïs haya leído demasiado de ese ser humano.
(Cohelo es a los paganos algo así como Brown a los católicos...bueno, no. En realidas creo que sólo le odio yo XDD)

Y sobre la rareza...Sí, somos raros, ¿y? Cada uno se entretiene con lo que puede. No sé, desde que he descubierto que la opinión del mundo me la flisfa he dejado de preguntarme porqué soy rara (salvo en momentos de perplejidad y desesperación...)

Marcos Fernández a dit…

..Vale, vale. Pero conste que me han provocado. Todos lo habéis visto aquí, y mucho más me ha insistido en persona.

..A ver, el hombre es un animal de naturaleza grupal. Esto implica que tenga instintos y pulsiones sociales. Estos instintos no son, digamos, de primera especie. Son como secundarios, porque en el camino evolutivo del hombre aparecieron después y como una consecuencia híbrida de los más básico (DOS PÁRRAFOS CENSURADOS POR SUPERAR LA EXTENSIÓN PERMITIDA POR LO RAZONABLE)

..De los instintos primitivos (resumiendo autoconservación y perpetuación de la especie), con la nueva y flamante capa cerebral que adquieren los mamíferos, surgen pulsiones de carácter social. Es premisa en psicología que la energía de las acciones (simplificando mucho) voluntarias provenga precisamente de estas pulsiones. Es la ley del estímulo respuesta llevada a la mente, y la idea es que no se escapa ni el Papa. Por no pecar de escueto plantearé un ejemplo claro: si no hubiera ningún impulso, de ningún tipo, no habría acción. Los impulsos, que son los sentimientos, son la fuerza que lleva a la acción, de modo que cada uno empuja en una determinada dirección para que luego la voluntad elija una de entre tantas. Parece obvio, aunque no todas las corrientes de pensamiento lo han visto así.

..Esto es Freud, y así se lo hemos contado. Podríamos ir más allá, no obstante. Segismundo afirma también que los sentimientos provienen siempre de dos principios (o instintos primitivos, como los he llamado yo antes) fundamentales y complementarios, que decidió nombrar como Eros y Thanatos. Sin ir más lejos diré que no son sentimientos de existencia fisiológica, si no más bien principios teóricos y que muy "a lo griego" constituyen un dualismo de cuya tensión surge toda manifestación de una mente. Son el "querer" y el "temer", dicho de forma rápida y sencilla.

..De esto se deduce que las relaciones sociales están también afectadas por estos principios, que se manifiestan como una necesidad de afecto y el miedo a la soledad (recordar aquí que el ostracismo es el peor castigo impuesto al hombre por el hombre, o al menos eso extrae Freud de la antropología).

..Bien, todo es coherente y muy bonito, pero no explicamos nada de nada (al menos en este forum). Debemos plantearnos lo siguiente. ¿Qué sucede cuando las pulsiones sociales entran en conflicto con otras más primitivas? Es el dilema del erizo: el hombre necesita el contacto de sus congéneres, como el erizo en invierno que debido al frío se aprieta contra sus compañeros de madriguera. Pero el resultado es en ambos casos idéntico, y las púas que nos protegen a ambas especies reaccionan a este contacto.

..Las espinas del hombre son inmateriales, pero no por ello metafóricas. Como decía, a veces las pulsiones sociales entran en conflicto con los impulsos más primitivos, como por ejemplo sucedería si una relación social de comunicación normal se viera dificultada por una de las dos partes que busca un acercamiento más próximo (muchas veces incluso a su pesar, y no digáis que no habéis tenido problemas en una amistad que se os ha escapado de las manos). Una parte puede cerrarse en banda sintiendo invadida su intimidad, o incluso responder con violencia (no necesariamente física, aunque por qué no). La otra se sentiría rechazada, y eso duele bastante.

..Nuestro ejemplo (el planteado por Azelaïs) es de este tipo. Aquí colisionan los sentimientos de autoconservación (lo más primitivos) con los de socialización. Freud plantea también una necesidad psíquica en el hombre de adquirir una noción de identidad (personal e intransferible). Durante el proceso de identificación, que consta de muchas etapas, unas más polémicas que otras, el individuo observa su entorno para construirse a si mismo. Bien, pues la etapa más crítica no es ni mucho menos (por mucho que se diga ahora) la adolescencia, pero sí que es la "última" y definitoria, y por eso es tan importante. Precisamente en torno a aquellos años que recordáis en vuestros comentarios. Digo última por lo siguiente: llegado este punto del desarrollo de la personalidad nos vemos otra vez entre varias fuerzas de pulsión, la necesidad de un yo (identificación) nos empuja a aceptar como nuestras ciertas características, sean cuales sean sus consecuencias, pero el miedo a la soledad y el deseo de afecto nos piden que por favor tengamos en cuenta si nuestros rasgos personales van a interferir en nuestras relaciones para con el grupo. La solución de este conflicto dependerá de la fuerza relativa de estas pulsiones y de nuestra voluntad, por supuesto. Aquellos temerosos de la soledad preferirán adoptar las costumbres del grupo, viendo como este se aleja de ellos cada vez que adquieren rasgos distintivos al mismo. Las fuerzas de identificación gritarán angustiadas cada vez que neguemos (y olvidemos) nuestros deseos de caracterización para poder integrarnos en un grupo. Puedes escuchar a tus deseos primitivos de autoconservación o dejarte llevar por los más humanos y modernos, los sociables.

..Creo que he dejado planteada la cuestión lo suficientemente clara para que cada uno saque sus conclusiones. Me gustaría añadir sólo una cosa más.

..Cualquiera de las dos decisiones será negativa por el hecho de estar negando el cumplimiento de la pulsión contraria. Si negamos nuestra personalidad para diluirnos en la masa estaremos frustrando deseos muy primordiales y necesarios, a no ser que tengamos la suerte de coincidir con el grupo lo suficiente para no estar reprimiendo ningún rasgo de personalidad ajeno a éste. Si decidimos dar de lado al grupo para definirnos estamos atacándonos con el arma más fuerte, que es la soledad, y que nos irá haciendo mella hasta que encontremos, llegado el caso y con suerte, un nuevo grupo acorde con la identidad que nos hemos construido, para satisfacer así la necesidad de un grupo sin olvidar nuestra identidad... Como veis es un callejón sin salida, o al menos a mi me da la sensación de andar con las manos atadas. Así son las cosas, Freud es al alma humana lo que Einstein y los cuánticos fueron a la física.

..Cabe la posibilidad de que el extravagante, que no ha negado su identidad por acomodarse al grupo no encuentre jamás un nuevo núcleo social que satisfaga su necesidad social. En ese caso lo más habitual es que desplace esta necesidad por medio de algún tipo de conducta más o menos efectiva en este cometido (muchas veces criar muchos gatos... jeje. Seguro que se os ocurren otros ejemplos que yo omito por miedo a resultar ofensivo). Otras veces (y esto lo hacemos todos) preferimos recrearnos en nuestra rareza: haciéndola envidiable nos sentimos más cómodos con ella.

..Invito a todo el mundo a reflexionar sobre esto. Mi consejo es el siguiente: no neguéis vuestra verdadera naturaleza, porque eso sólo lleva a la conducta patológica. Tanto en un sentido como en el otro. Esto es, quien niega su excentricidad se diluye e insulsa para siempre, pero más probablemente morirá feliz, a diferencia del que viva intensamente su rareza negando que también es humano y necesita del contacto de otros.

..Aunque os parezca que he escrito demasiado me siento como después de una carrera de velocidad de muchos párrafos. Espero haber sido claro a pesar de lo limitado de la exposición, porque me sentiría bastante culpable si causara malentendidos a este respecto (tan trascendente).

Anonyme a dit…

XDDDD Vaaaleee soy cutre porque me gusta Coelho...qué querés! soy carne de libros de autoayuda (que nooo, sólo Coelho);P
Ukyo, muy interesante tu explicación. Me recuerda a un comentario que me hicieron sobre un libro(ains! no recuerdo el nombre) hablando precisamente de este tema. Venía a decir algo así como que el hombre está hecho de contrarios. Somos una cosa y su contraria (Diossss qué mal me explico, perdón). Somos individualistas, pero también gregarios. Necesitamos nnuestra parcelita, pero a la vez ser reconocidos por el grupo. ¿Tendrá alguna relación esto con el proceso evolutivo?Cuando vivíamos en cavernas y necesitábamos del grupo para sobrevivir? En fin, estoy espesita. No voy a añadir más que ya lo ha dicho todo muy bien Ukyo.

Aldebarán a dit…

Pues sí, esta blogósfera da para que los que tenemos esos mismos sentimientos nos encontremos luego de una largo camino.
Ayer oí la canción aquella de "We are spirits in a material world" y me parece que aplica un poquito al tema que planteas.
Saludos