mardi, juin 21, 2005

Veinte i uno de junio de mildoscientos diezynueve: De la nostalgia de las cosas que nunca han sucedido

Hacía tiempo que no os atacaba con mis apasionantes comentarios ¿eh?. No es por mal motivo. En parte es porque estoy como loca acabando los trabajos, que mis esfuerzos me están contando. Y eso que el profesor de ecdótica se ha portado y me ha dado hasta el 15 de julio para entregar un trabajo que en principio era para este lunes, así que... contenta puedo estar. Por lo demás, ya tengo trabajo. No creo que me dure mucho, pero oye... menos es nada. A ver si hay suerte y no tengo que pedir dinero a mis padres el mes que viene. La verdad es que con el lío que tenía con los trabajos de clase me era imposible tener un horario de trabajo normal... y no me llamaban para nada "anormal". Pero bueno... ya estoy más liberada y puedo coger cualquier horario... así que estoy de mañana. No está mal, pero me tengo que levantar a las seis y los que me conocéis ya sabéis que va contra mi religión, sigh (esas son mis horas de irme a dormir, no las de levantarme).

Por lo demás... siguiendo con el tema de los pecados capitales, hoy me tocaba hablar de lo envidiosa que soy. Pero no me apetece, así que lo aplazo para otro día. Lo que me viene hoy a la cabeza es hablar de un pequeño acontecimiento cotidiano que me ha pasado hoy. Ayer me trajo el Elfo unos cuantos discos porque le dije que estaba harta de escuchar siempre los mismos. Así que le dije que trajera lo que quisiera. Me trajo uno de Gamma Ray (no he escuchado nunca nada de ellos ¿qué pasa? que soy rarita y oigo lo que me encuentro... y con ellos aún no me he encontrado de frente), uno de Ed Guy (de los cuales he oído cosas sueltas que me han gustado y cosas que no, pero que el Elfo está empeñado en que les pille el gusto, a ver...), uno de Ayreon que nos compramos a medias y hasta ahora lo había tenido él (bueno, que nos lo compramos hace poquito... es "The Human Equation", del que ya os he recomendado alguna canción y os diría que os bajéis el disco doble enterito porque es de esas cosas extraordinarias que se crean una vez cada mil años) y un disco de Blind Guardian, "Somewhere Far Beyond". Lo siento por todos los demás discos, pero témome que tardaré un tiempo en escucharlos, porque me he amarrado a este y no lo suelto.

El caso es que de Blind Guardian tengo los dos discos que tenemos todos y un montón de canciones bajadas por internet. No todas, que estos muchachos no paran, pero sí muchas. De hecho tenía varias de este disco. Sin embargo hacía tanto tiempo que no los escuchaba que me hizo darme cuenta de por qué me gustan tantísimo. Para empezar, porque son muy buenos, qué le vamos a hacer (¿habéis visto esas instrumentaciones? ¿y cómo canta ese capullo? ¿y lo buenísimas que son todas sus canciones, a excepción de las que sólo son "muy buenas"?), para seguir, porque de alguna forma creo que saben aprovechar esa maravillosa condición de la música de tocar fibras que no se pueden tocar de ninguna otra forma. O al menos a mí me pasa. Es fácil que me emocione por la belleza de un cuadro, o por la sensación que siento dentro de una catedral, pero volver a pisarla no me hace revivir recuerdos de la última vez que estuve ahí. La música sí. A veces inlcuso lo he forzado... por ejemplo, cuando estuve en Venecia por segunda vez me llevé un cassette con cuatro conciertos de Vivaldi que me encargué de oír sin parar, sobretodo cuando íbamos en el vaporetto. Desde entonces procuro no escucharlos casi nunca para no perder el efecto (una lástima, pero bueno, Vivaldi tiene cientos de conciertos, así que es una lástima superable), pero de vez en cuando lo pongo y por sistema me vienen a la mente las olas, el olor del mar (soy la única persona del mapa que considera que Venecia huele bien ¿verdad?, la niebla y al fondo San Marco. Y me muero de pena porque a saber cuándo puedo volver... pero de vez en cuando me encanta hacerlo.

Otras veces pasa sin querer. No he podido evitar echar la lagrimilla al volver a escuchar después de hace mucho tiempo "The Bard Song" (posiblemente una de las mejores cancioens del mundo ¿no?). Y me han venido a la cabeza cientos de momentos en los que esa canción ha sido importante. Y sin embargo, lo que más me ha conmovido escuchar este disco no ha sido escuchar las canciones que más he oído tiempo atrás, sino escuchar las que rara vez había escuchado. ¿Por qué? Pues... por una curiosa sensación que no sé cómo explicar... no sé si a vosotros también os pasa o es una paranoia extraña de mi cabecita.

¿Nunca habéis tenido una sensación de nostalgia, de pérdida, por algo que nunca ha sucedido? Es como si os hubierais imaginado un "futuro" en vuestra infancia que no se ha cumplido. No sé, no es que sienta que he perdido algo mejor que lo que tengo, pero sí algo diferente... una "yo" diferente a la que quizá echo de menos. Complicado ¿eh? y como encima es sólo una sensación de nostalgia, sin definición de ningún tipo... no tengo muy claro ni a qué me refiero yo misma. El caso es que a veces, escuchar determinada música me hace sentir eso (de hecho creo que sólo me sucede con la música). Siempre he dicho que la canción que más me remite ese sentimiento es "Stairway to Heaven", de Led Zeppelin (otra de las mejores canciones del mundo), hoy me ha pasado con varias de Blind Guardian. De hecho suele sucederme con Blind Guardian, son unos capullos.

He llegado a la conclusión de que lo que he echado de menos en mi vida durante bastante tiempo (¿toda la adolescencia y hasta la universidad?) quizá sea compartir esa... llamémoslo "magia", hablo de la fantasía que sólo se encuentra en los libros, en esas películas que hemos visto cien veces, como "Labrynth" o "El Cristal Oscuro" y en las cabezas retorcidas como las nuestras (que sí, hombre, que sé quiénes me leéis y estáis tan mal como yo). De esa fantasía hermosa, pero oscura, no de esa bonita de los cuentos de hadas que les gustaban al resto de los niños y que cuando crecen la dejan de lado. De la fantasía de las mitologías nórdicas o las sagas artúricas, llena de criaturas extrañas, bosques tenebrosos, sangre, dragones, brujos y hondas tristezas. Esa decadencia mezclada con lirismo y oscuridad. Esa que les sobra a los chicos de Blind Guardian en casi todas sus canciones, tanto por las letras como por la atmósfera que crean con la música. Esa.

Quizá durante bastante tiempo eché de menos compartirlo de verdad con alguien. Hasta que encontré a Ture y a Cecilia, allá en tiempos de la universidad, supongo. No sé, ahora sí tengo formas de compartir eso... están las partidas de rol, el vivir lejos de casa rodeado de personas (algunas de ellas muy importantes para mí) con quienes puedo compartir cosas que hace años hubiera considerado imposible (sí, yo también era la "margi" del instituto. Y lo más gracioso de todo es que creo que me lo buscaba yo solita... porque la gente de clase me parecía muy poco interesante)... no sé... quizá sea una mezcla de muchas cosas que ya no tengo por qué echar de menos pero que han dejado ahí su huella... o quizá incluso estén reclamando más espacio, no lo sé.

Muchas gracias a todos vosotros... los que leéis esos libros, esos cómics, veis esas películas, escribís esas historias, jugáis a rol, dirigís partidas... soñáis y sabéis compartirlo.

Y ya... me he puesto tonotita ¿eh? en fin... anda, escuchad esa canción, "Somewhere Far Beyond", escuchadla una vez por muchas veces que la hayáis escuchado antes. Con poca luz, dejándoos empapar por la música... y disfrutadla.

Buenas noches...

4 commentaires:

Eowyn Zirbêth a dit…

Por zona geográfica, por cierto elfito del que hablas y una elfnana de Númenor con la boca un poco grande. Pero no me lo chivó, lo deduje, jijiji. Mañana te leo, que esta noche estoy muerta. Gracias por el cuadro, estoy decidiendo en que pared ponerlo, juas. Por cierto, si te vas a Florencia, y nadie se va contigo y no te molesta la compañía, me lo dices. Besines.

Lothi a dit…

A mí me pasa exactamente lo mismo. No sólo con la música, también con el cine y algunos libros.
Es una nostalgia rara, ¿verdad? y bastante agotadora. Porque, no sé si también en tu caso, no es nada excesivamente concreto. No es que te arrepientas de no haber seguido en derecho, o pienses constantemente en lo que creías que debería ser tu vida cuando eras más joven, o que te pares a pensar que, a tu edad, mucha gente está casada, asentada e hipotecada. Qué va (sobre todo porque dudo que nuestras aspiraciones vayan por ese lado XD). Es más indefinible. Y, sospecho, lleva un componente de inadaptación, de alienación. Como si no pertenecieses del todo a esta tierra mortal tan severa, tan seca, tan plagada de seres huecos y muggles sin fantasía. Por eso tendemos a refugiarnos en los que son como nosotros, en nuestros cuartos de juegos, burbujas de cristal, bosques encantados, castillos del país de las hadas, etc, etc, etc...
Wayra y yo lo definimos como "queremos el Lamento" para esta misma situación aplicada al hecho amoroso. Es como si no estuviésemos programados como el común de los mortales, porque buscamos esa misma esencia que tiene el Lamento en la Colina de los Muertos, precisamente una canción tolkiendil. No, no la desperación y la desdicha. La esencia del amor eterno que llega más allá del Mar.

Aunque...por el título pensé que ibas a referirte a la nostalgia de las cosas que no sucedieron porque tú no las provocaste o en lugar de saltar, te quedaste mirando el precipicio, estupefacta y asustada, para coger otro camino más seguro y conocido.

Eowyn Zirbêth a dit…

Esa sensación de tiempo perdido me avasalló salvajemente cuando encontré Númenor y Efeyl. La de años que he tenido que esperar, no ya para compartir la magia, sino para averiguar y aceptar que es así como quiero vivir. Caiga quien caiga.

Anonyme a dit…

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