jeudi, juin 16, 2005

Diez y seys de junio de mildoscientosdiezynueve: De los pecados capitales y su deleite

Podéis quejaros de que os tengo abandonados, pero que conste que este post lo escribí ayer y por problemas técnicos no llegó a la luz (sigh). ¿Os he contado que ODIO escribir en poco rato dos veces lo mismo? Sí, supongo que la otra vez que me pasó. En fin, quién sabe, igual es en parte positivo para el post en cuestión, porque a menudo cuando escribes algo por segunda vez lo haces mejor que la primera. Sobretodo porque yo soy de esas petardas que escriben compulsivamente y no se molestan en releer (no como cierto Elfo que escribe una vez al mes y después de releer setenta veces su post... ejem) (y que por cierto, informo a los lectores comunes que tenemos que lo acaba de actualizar, hasta yo me he enterado por casualidad, jajaja). Y claro, cuando releo algunos de los que he puesto me estremezco ante mi escasez de línea argumental, jajaja.

En fin. Ya de paso perdonad mi pedantería... uhm es que mientras estoy haciendo un trabajo y a veces es complicado alternar "lenguaje lo más elevado que soy capaz de escribir en un trabajo" por lenguaje de "hola, soy un poco pedante, pero tampoco es para tanto" jajaja.

Bueno, tonterías aparte... quería hablar sobre los pecados capitales. Sí, tal cual. Y su deleite, que no es poco. Y del hecho que no termino de comprender por qué son denominados "pecados capitales" esos y no otros. Cuando era pequeñita fui a un cole de monjas muy progres y cuando fui más mayor estuve metida en grupos de parroquia también bastante progres. De todos ellos nunca he extraido otra cosa que la de que "pecar" era hacer daño a alguien o contra Dios. En ese caso, no es el uso sino el abuso de los pecados capitales lo que se puede considerar dañino, para los demás, para Dios o incluso para uno mismo. Yo no veo que por tirarme la tarde del domingo tirada delante de la tele, haciendo comentarios injuriosos sobre la bazofia de programación que echan y poniéndome hasta arriba de las guarreridas compradas en la tienda de abajo haga daño a nadie, ni a mí misma. Y eso que ahí se aglutinan como poco tres pecados capitales (fácilmente aumentables si el que sale en la tele es Valo, mientras lo contemplo con deleite tengo puesta una mascarilla de pepino y encima la tele se estropea y me cabreo). No creo que los pecados capitales sean en sí pecados, lo que sí creo es que dejarse llevar desmedidamente por ellos puede llevar a pecar. No veo nada de malo en envidiar el abrigo de cuero de Celeb. Sería malo si mi envidia me lleva a robárselo (oye, si te desaparece a mi no me mires ¿eh?), como tampoco creo que sea mala una lujuria sana. Malo es que la lujuria empuje a abusos.

Es por esto que me gustaría hacer "monográficos" sobre los pecados capitales, sus usos, abusos y el deleite de tenerlos siempre en la agenda de asuntos pendientes, jajaja. Lo cierto es que últimamente me tienen tan fascinada que no me importaría nada tratar de publicar un articulillo sobre los pecados capitales en el arte medieval navarro. Tema complicado de estudiar y de publicar, pero que oye, como poco puede ser una experiencia interesante aunque se nieguen a publicármelo, jejeje.

En fin... os dejo, que me temo que antes de pensar en artículos futuros debería ir pensando en acabar los trabajos que tengo que presentar en cosa de semana y media.

Como recomendación... la misma que puse ayer... "Endless Sacrifice" de Dream Theater. Recomendada con muuucho cariño a mi Elfo que fue el que me regaló el disco (y el que está empeñado en que soy satánica dadas mis ideas cristianas tildadas por él de herejes, jajaja). Acompáñese de esencia de almizcle, luz de velas y un delicioso té verde con pedacitos de frutas (en "the tea shop" está de novedad veraniega y se llama "Caprice". No, no me pagan por esto, jajaja).

Buenas noches...

1 commentaire:

Marcos Fernández a dit…

..Que. Alguien. Le. Diga. Algo.