mercredi, avril 03, 2013

Tres de avril de MCCXVI: "Apagados, desconectados, fuera de cobertura"

Vacaciones, vacaciones. Para éste, para aquél e incluso para mí misma, que trabajar como tal, no trabajo, pero me las iba mereciendo igual. Lo cierto es que las Navidades, con todo el curro de lo de Carnaval, fueron poco disfrutadas y desde entonces no he tenido tiempo ni para respirar: ponerme mala, hacer trabajos para clase, mala otra vez, encargos, otra vez mala (joer, es que últimamente mi sistema inmunológico ha reventado del todo, qué asco, hoygan), y exámenes y de repente... nada. Bueno, nada no. Trabajos para clase, nuevamente, y un par de encargos que tengo para Hyboria. Pero da tiempo como para respirar, en serio, como para ver la luz del sol y socializar, y hacer un poco el vago, y dormir un poquito de más, que ya tocaba.

Dos semanas de vacaciones, para adelantar trabajos, para coser los encargos que tengo pendientes, para empezar a mirar qué cosemos para el Drachen, para publicar novedades en Atemporalia, para buscar curro, para esto, para aquello, ver gente y hasta para desconectar cuatro días en la Salamanca profunda. Porque Yazston tiene familia por ahí y solía pasarse por estas fechas hasta que empezó a tener la Semana Santa ocupada por los Rúnicos, así que, a falta de Rúnicos, le toca reencontrarse con sus tierras por estos tiempos y para allá que he ido yo también, a desaparecer unos días.

La idea era vegetar panza arriba, o eso creía yo cuando metí en la mochila unos apuntes de clase, un libro de patronaje y una novela. Justo, justo he podido ponerme dos minutos con los apuntes de clase. Y dos contados, porque cada vez que poníamos culo en asiento aparecía alguien proponiéndonos ir a tal o cual sitio. Y mira, descansar está bien, pero pasearse y socializar tampoco está nada mal cuando en los últimos tiempos no he hecho más que ir del cole a casa y de casa al cole. Así que ha habido de todo un poco: paseos por el monte (con zapatos), cena apañada estilo sidrería en pleno Vitigudino y hasta una escapadita a ver a Oswaldo y señora, tan majos como siempre.

Diré que me sorprendió mucho ver Salamanca verde y lluviosa. Hasta que fui con Rober hace un par de añitos de visita por esas tierras nunca había pisado yo tan allá, y es que Castilla y León la tengo muy desconocida (pocos vivos y pocas merith por ahí, témome), pero poco a poco lo vamos solucionando. Hasta la fecha sólo habíamos ido en verano y la verdad es que el cambio, yendo en estas fechas, es brutal.

Ha llovido tanto estos días que media Castilla está encharcada. Aquí, en un lugar aleatorio en la Sierra, entre Ávila y Madrid, a la salida del restaurante donde fuimos con Oswaldo y su señora. Pondría fotos del menú, pero qué quieren que les diga, estábamos demasiado ocupados dándole fin (seis postres para cuatro personas creo que dan idea de los hechos)

Eso sí, como todas las veces anteriores, me quedo con visitas pendientes en el tintero: visitar con más calma Salamanca capital, pasarnos por Portugal... y esta vez, además, me quedo con las ganas de visitar con calma Ávila. Como Oswaldo andaba de guardia, no nos pudimos alejar mucho de su clínica. Eso no nos impidió visitar la pedazo clínica que tiene montada el señor veterinario (¡yo llevaría ahí a mis mininos de no ser porque serían un porrón de horas de viaje!), además de ponernos finos de comer en un restaurante perdido en un hotel rural perdido monte arriba en mitad de la Sierra y dar un paseo por un jardín botánico y temático que tienen ahí en San Martín de Valdeiglesias. Disfrutando de la visita y del placer de la compañía de nuestros anfitriones.

 Un Eduardo Manostijeras se ha montado un jardincito en San Martín de Valdeiglesias en el que encontramos "esculturas" (recorturas, más bien) de este calibre.

 Ya desde el pueblo del Bicho nos acercamos a ver el Pozo de los Humos, una cascada que nos habían recomendado ver a menudo, pero como siempre íbamos en verano, ya nos decían que agua caía más bien poca. Esta vez, con todo lo que ha llovido, se pueden ustedes imaginar que estaba a tope y si no lo creen, vean las fotos.

Yazston, disfrutando del paisaje.

Claro que, como para no disfrutar...

Aprovechamos también para ver la presa de Aldeadávila. Coñe, cuando trabajaba en Patrimonio con Lameri me tocó ver unas cuantas presas y unas cuantas centrales hidroeléctricas, pero ninguna tan enorme como ésta. Un rato impresionante ya es, hoygan, y les recomiendo que se acerquen si caen por esas tierras.

El Duero repletito de agua, subiendo de camino a la presa.

 Impresionantes vistas de la presa de Aldeadávila. No apto para gentes vertigosas.

El resto... se pueden imaginar... mucho de comer y bastante de beber, porque esas visitas siempre acaban siendo gastronómicas perdidas. Días tranquilos aunque ajetreados. Unos días fuera siempre vienen bien para volver con las pilas cargadas y bueno, aún venía con una semana antes de volver a las clases, así que todavía estoy ahí intentando sacar partido a las vacaciones como está mandado. Ya ven, no es que haya mucha novedad, pero una pretende mantener el blog activo y eso.

Disfruten de un buen té verde con cítricos, que llega la primavera y lo uno llama a lo otro. Disfruten también de buena música, "The State", de Poisonblack, siempre es una buena opción. Nos leemos.

3 commentaires:

Nu a dit…

Qué envidia, por diox.

Yo he tenido seis días de vacaciones y me han cundido cero. No he hecho absolutamente nada de lo que en mi mente tenía planeado y me siento altamente decepcionada.
Me alegro de que vosotros hayáis podido disfrutar tanto.

Y sí, Salamanca puede ser muy verde. La zona de sierra y la dehesa se ponen muy chulas en otoño.

Nu a dit…

Al margen de todo esto, ¿¿cómo leches está el reloj de tu blog que me dice que he publicado a las 11:23 y son las 20:26?? XDD

Azelaïs de Poitiers a dit…

Bueno... también porque has estado malilla, pero vaya, que suele pasar lo de que no cundan, juaz. De todas formas, también hay que descansar de vez en cuando, coñe.

Habrá que ver si nos pegamos alguna escapada en otoño para comprobar que no me engañas, jajaja.

Sobre el reloj del blog... Nu sé, pero siempre ha ido como le ha dado la gana, no es nuevo, juaz.