jeudi, août 02, 2012

Dos de agosto de MCCXVI: "DrachenFest 2012"

Después de muchos preparativos, echarle muchas ganas y envidiar mucho a toda esta panda de desarrapados que fueron el año pasado, por fin hemos ido (y hemos vuelto, sigh) de Alemania, de ese pedazo de evento que supone la DrachenFest. El año pasado fueron como Tercios españoles, con Elro como capitán. Este año (y los sucesivos) la intención era repetir la misma estética y plan de juego. La idea mola, pero a la vez es una forma de dar rendimiento a la inversión de tiempo y dinero que cada cual ha hecho en sus vestimentas y pertrechos.

Buena parte de la Primera Escuadra del Tercio, a órdenes del Cabo Llamazares. A la izquierda, el portaestandarte, el alférez Ancizu.

Tenemos la suerte de que el año pasado gustó mucho el juego que los españoles dieron en el Campamento Azul, campamento que tradicionalmente había sido poco o nada combatiente y que se consideraba uno de los campamentos facilones para atacar. Se quería dar un cambio a esta idea y esta panda apareció en un momento en que se buscaba gente organizada y que jugara limpiamente para las batallas. Dieron buen juego y no os podéis imaginar cómo lo valoraron los alemanes, que cuando se enteran de que uno es "de los Tercios del campamento azul" es casi recibido como héroe de guerra, por no hablar de que los Tercios ya cuentan con una escuadra de alemanes ¡y una milicia!, un grupete de chavalillos que decidieron participar como levas junto a los Tercios. Unos campeones, no os podéis imaginar.

Este año me alegra decir que hemos podido mantener la buena fama del pasado haciendo lo mismo: jugar limpiamente, respetar las normas y combatir de una manera organizada. A esto se añade el buen juego que hizo el campamento Azul (pese a que una de las primeras decisiones no nos hizo ninguna gracia y decidimos pasárnosla por el forro, nosotros y unos cuantos más... y resultó salirnos muy bien la jugada). Tuvimos suerte y buen juego en los combates, se hicieron pactos que nos dieron muy buen resultado (los tradicionales pactos con el Gris y con el Verde, pero también los Enanos y los Lansquenetes colaboraron con nosotros) y se tuvo éxito en los rituales mágicos y en varias cosas más de las que no nos enteramos gracias a nuestro nivel de alemán y a que pasan tantas cosas y hay tanta gente en los campamentos que es difícil enterarse de todo lo que sucede. Al final y, contra todo pronóstico, gracias a la suma de todas estas cosas, ganó el Campamento Azul. No íbamos al Drachen con intención de ganar ni nada parecido, pero sigue siendo un subidón haber contribuido a la primera victoria del campamento Azul. Y vaya si fue festejado...

Eneko y yo pertrechados como los hermanos Petrikorena, una panda de cazurros norteños y carlistas (al parecer veníamos de futuro, éramos Tercios de ciencia-ficción). Ains... perdí mi txapela blanca. Diré que la txapela me queda como cien patadas, pero tenía su coña que la escuadra vasca lleváramos txapela en lugar de sombrero.


 
Instrucción en el propio campamento. Aprendiendo a usar la pica como está mandado. Diré que la pica es un arma espectacular para alguien que, como yo, no tenga por costumbre coger personajes combatientes y encima sea tirando a torpe. Es fácil de manejar, da una buena distancia con respecto al enemigo y proporciona mucha jugabilidad. Lo dicho, aún no habiendo cogido una en mi vida, le saqué mucho partido y creo que di mucho más de lo que recibí, cosa que me sorprendió enormemente porque yo ya me veía pasándome el vivo en manos de los curanderos (que mi rato pasé, todo sea dicho, pero bastante menos del esperado).

De caminito a la ceremonia de clausura tras la victoria del campamento Azul. Limpitos, arreglados y bien vestidicos. Cansados por la batalla, pero con ganas de farrote. 
  
Quien no haya pisado un vivo en país extranjero no se hace a la idea de qué es el Drachen, de verdad. A nosotros nos parece una barbaridad que en un rol en vivo se junten 300 personas, no os podéis imaginar lo que suponen las 6000 aproximadas que andan por el Drachen (los rumores dicen que el año pasado fueron más de 6000 y este año menos, ni idea, no he visto datos oficiales por ningún lado y es imposible hacer cuentas). No os podéis imaginar lo que supone en cuanto a ambientación, porque al ser tanta gente y ser gestionado el evento por una empresa, el DrachenFest mueve mucho capital y eso se refleja en cientos de cosas: la ambientación de las murallas, el atrezzo, la existencia de puestos de comida, tabernas, etc... la ciudad estaba compuesta por un montón de tiendas impresionantemente ambientadas, con toda suerte de cosas, desde hidromiel a armas para rol en vivo, pasando por ropa, pieles e incluso pasamanerías, botones y demás para confeccionar ropa. Para flipar. Todo esto proporciona unas escenas imposibles de ver en ningún vivo que conozcamos: participar en una batalla con tantísima gente es impresionante

Herrería en el pueblo. Ríete de cualquier feria medieval en la que hayamos estado. La ambientación se cuida al detalle, tanto por parte de la organización como por buena parte de los jugadores que llevan pabellones. 
Tienda de hidromiel. El dependiente era un señor muy amable y muy empeñado en dar a probar todas sus variedades. Después de una pequeña cata, me hice con un hidromiel de cerezas que está de muerte. El año que viene creo que pillaré varias botellas más, jajaja.

Por otra parte, teníamos la idea de que el DrachenFest era básicamente una batalla, que los alemanes eran "muy burros" jugando, muy dados a hacer cargas y demás y que no tenían por costumbre interpretar mucho. El año pasado ya quedó claro que no podíamos estar más equivocados. Aunque nosotros vayamos de combatientes (en gran medida porque la barrera idiomática no facilita tirar por otros derroteros), hay toda suerte de tramas que no implican en absoluto participar en combates. Muchísimos de los participantes en el Drachen no son combatientes. Hay tramas para magos y además, se cuelgan quest de todo tipo en las tabernas y hay gente que simplemente va de camping... se monta un personaje, se pertrecha y se dedica a ver lo que hacen los otros, hacer guardia, pasarse por la taberna y darse una vuelta por las tiendas. De verdad que, incluso para eso, merece mucho la pena pasarse por ahí.

Gente que mola. De verdad que no os imagináis lo bien que se maquea el personal. Los orcos son lo más llamativo, pero podríamos tirarnos horas hablando de faunos, de topos artilleros, de gólems o de los lupinos que curaban heridas lamiéndolas. Impresionante.

Respecto a la interpretación... nada que ver con la idea inicial, todo lo contrario. Allí el personal se toma las cosas muchísimo más en serio que nosotros, quizá también porque, al haber tanta gente y tantas opciones de juego, cada cual se toma en serio su campo. Así, los rituales que hacen los magos están a años luz de los que nosotros hacemos por estos lares, los gremios de oficios enseñan especialidades a cada uno de sus miembros, pero lo que sí que resulta fascinante es ver cómo se lo toman en serio los curanderos, todo el paripé que organizan y lo bien que lo hacen. Y coñe, si el señor que te cura se limita a romper un papelito y decir "hala, ya estás curado" como pasa por aquí, pues te levantas y te vas. En el Drachen, la gente te lleva en volandas a la enfermería de campaña, los curanderos inspeccionan la supuesta herida, retiran la ropa que la cubre (polainas y botas incluidas si es en la pierna, por poner un ejemplo... o partes de corazas si es en otras zonas), limpian la herida, sacan "supuestas esquiras o puntas de lanza" con pinzas, "cosen" la herida (a veces haciendo una falsa herida con látex, otras veces simplemente haciendo el paripé y la cauterizan. Impresionante. Resultado: mientras el curandero hace su trabajo, el herido grita como si le fuera la vida en ello, le llama "hijo de puta", se acuerda de sus muertos y lo de más allá. Y una vez más vemos cómo, el hecho de que la gente que nos rodea se tome en serio sus personajes,  ayuda a que todos interpretemos mejor y disfrutemos más del juego.

El mago-jefe del campamento Azul, Pei Pei. También clasificable como "gente que mola mucho".

He hablado un par de veces acerca de la barrera idiomática pero he de decir que esa barrera no es tan grande en el sentido de que los alemanes están más que dispuestos a traducir todo al inglés en cuanto ven que no entendemos, pero es lo que hay... la mayoría de nosotros no hablamos un inglés muy elaborado y mucho me temo que la mayoría de los alemanes tampoco lo hacen, así que cada cual acaba hablando con quien mejor se puede entender y eso, a fin de cuentas, nos limita. Un par de las chicas que vinieron, Isa y María, se apañaban bastante bien en alemán y nos hicieron muy bien de intérpretes, así como alguno de los alemanes que estaban permanentemente con nosotros, sobre todo Jürgen (Jorge el Rubio), nos tradujeron toda clase de cosas con mucha paciencia, pero es lo que hay, no se tiene la misma libertad que tenemos en un vivo en castellano.

Ambientazo en la taberna: músicos profesionales, buena bebida y farrote continuo. Si me dicen que esta misma gente frecuentaba el Pony Pisador, me lo creo.

Agotados en la taberna. La iluminación era toda natural tanto en la taberna como en la ciudad, donde incluso fue avistado un farolero por la mañana...

Podría contar más y más cosas pero, como le ha pasado a la mayoría de la gente que hemos estado ahí, no tenemos nada claro qué fue cuándo y cómo, jajaja. Todos prescindimos de relojes y demás y nadie tenía nada claro qué hora era ni qué día. El nivel de desconexión del mundo exterior fue bastante serio. Sí que tengo que agradecer a todo el grupete que vinimos desde España el buen rollo en el campamento. Desde el Leinad que trajo jamón hasta el Ancizu bailando "esta no es mi vieja yegua gris" en la taberna. Somos gente que, en general, nos conocemos de hace muchos años, que hemos podido tener roces o diferentes posiciones en algún momento y que hemos ido con la intención principal de pasarlo bien y que el resto también lo pasen bien con nosotros. Gracias a los que nos animaron a ir el año pasado (a Elro y a Yazston, sobre todo, por lo que a mí respecta...), pero también a los que hemos hecho grupo este año. Los Tercios del Drachen 2012 hemos sido un gran grupete.

Grupete de los Tercios al completo, después de la batalla final. Triunfantes pero hechos unos trapos.

Podría hablar de muchas otras cuestiones, como reglamento, caracterización del personal o inmersión en el juego. Me gustaría, de hecho, hablar de todas estas cosas, pero la verdad es que no sé ni por dónde empezar, así que quizá vaya contando cositas poco a poco. De momento creo que las fotos se acercan bastante a transmitir lo que hemos vivido estos días, aunque lo cierto es que recomiendo a todo el mundo que se acerque a vivirlo en persona. Creo que al menos una vez en la vida puede ser una gran experiencia para cualquiera, independientemente de si ha jugado antes a rol o de su nivel de frikismo.

 Beban hidromiel, compañeros, miren qué cara de felicidad se queda. Ah, y cósanse las cosas antes de ir ahí, ajustar tirantes a bola es muy complicado y ocultar los imperdibles más aún.


Recomiendo una buena jarra de hidromiel (met) semidulce, de ese que ponían en la taberna del campamento Azul (que teóricamente no era del campamento pero, considerando que el Avatar estaba felizmente ahí instalado...) y de música lo que más cantamos en los días que estuvimos ahí, incluso inventándonos la letra, que fue "Aussatz" de Cultus Ferox, pero escúchenla cantada por Rochus der Barde, el bardo del Azul, un grande (la tipa que hace los coros sobra mil veces, pero no he encontrado una versión mejor)

4 commentaires:

Anonyme a dit…

Me gusta mucho lo que has puesto, aunque la mención a mi persona sea el baile de la yegua gris

Azelaïs de Poitiers a dit…

Jajaja ríete, pero llevo con esa versión de la yegua gris pegada desde que vinimos.

De todas formas, de sobra sabes que estás incluido en la gente a la que agradezco que nos convencieran para ir y en la gente que fomentó el buen rollo en el campamento. No he querido poner muchos más nombres porque es imposible ser justo con todo el mundo... hubo mucha, mucha gente que hizo que el Drachen de este año fuera una experiencia de las grandes.

Gaueko a dit…

Las fotos y la entrada en sí del blog nos dan un año más una envidia tremenda. Quizás el próximo año acabe cayendo...? Um...

Azelaïs de Poitiers a dit…

No sé para qué te resistes, vente y comprueba por ti mismo lo que mola. Si te va a gustar, tontorrón!