Hace no mucho comentaba Bombur en su blog que, para él, un rol en vivo, una batalla o una recreación son en esencia lo mismo, porque consiste en introducirte en la piel de un personaje. Aunque en este sentido no le falta razón, es cierto que en el rol en vivo o en una batalla se pueden tomar licencias que no deberían tomarse en la recreación y sin embargo, también se llevan a cabo. La diferencia es que quien juega a rol en vivo habitualmente tiene muy claro que lo que está llevando no tiene por qué adecuarse con exactitud a la época que trata. También es verdad que rara vez se ve un rol en vivo de temática completamente historicista. Normalmente la ambientación, aunque sea "de época", tiene bastante de "fantasía". Jugamos en ambientaciones medievales-fantásticas, steam-punk y lo de más allá, de manera que las licencias quedan completamente justificadas. Alguna cosa circula por ahí de temática más "historicista", pero en todo momento se toman licencias y tampoco es especialmente mal visto el jugador que lleva una prenda de vestir que no se llevaba en este periodo (el clásico "no, es que yo tenía esta capa por casa, que no es nada medieval pero que me va a dar calorcito y no pienso prescindir de ella") o sencillamente, que no se ha llevado en ningún periodo.
Sin embargo, se tiende a intentar ser purista cuando se va a una recreación. Diré que no he estado en una "recreación" como tal, nunca. Quizá por eso no me ha venido nadie a contar milongas sobre que mis botones no son de la época o que no se usaban este tipo de remaches, pero más de uno me ha comentado que se lo han dicho en diversas ocasiones. Lo más parecido que me ha pasado a mí fue cuando en Rúnicos vino un tipo a comentarme que mi traje "no era de rusa, sino de americana". Mi respuesta fue sencilla y concisa: "mira majo, esto es una falda que me he hecho en un pis pas y que si la ves por dentro te asustas, con una camisa que compré en Blanco o tienda similar hace años y que cometí el error de lavar con mi túnica de Hogwarts en la lavadora y salió de este color, la gorra me la compré en Bayona y la corbata me la han prestado. Como tú comprenderás, no es que no vaya de rusa, es que no voy de rusa, ni de americana ni de nah, me he hecho cuatro apaños y voy de lo que me parece, hoygan". En cualquier caso, el sujeto habría sido el clásico visitante de Rúnicos con problemas de empatía y ganas de hacer amiguetes sin mucho éxito. En las recraciones, en cambio, el "tu traje no es ruso" suele ir con bastante más mala baba, lo cual tiene mucha gracia porque en este mundo, como en todas partes, hay mucha viga en ojo propio.
A lo que voy es a que, por mucho que queramos acercarnos y recrear una época, siempre vamos a cojear de muchas partes. Que sí, que me puedes acusar de no usar botones propios de tal o cual época, pero me adapto a lo que me puedo permitir, me resulta cómodo comprar o sencillamente estético poner, pero a fin de cuentas, seguro que has confeccionado tu traje a máquina (o lo has comprado a una empresa que la confecciona a modo industrial), que has comprado las telas fabricadas con métodos actuales y que, maldita sea, seguro que llevas ropa interior actual, por no hablar de que vas más limpio (por guarro que seas) de lo que se estilaba en tal época.
Hay fallos más que comunes en nuestra adaptación a épocas pasadas, principalmente porque por mucho que intentemos emular lo que nos parece y lo hagamos con mejor o peor tiento (siempre se acercará más al estilo de la época el que haya echado un ojo a libros especializados que el que quiera hacerse el traje que sale en tal película), siempre va a haber un problema de adaptación a la mentalidad de la época. Nunca nos vamos a vestir como alguien del siglo XIII porque no podemos meternos en la cabeza de ese alguien del XIII.
En primer lugar, es muy habitual pensar eso de "me voy a hacer un traje de principios del XIII". Bonito, sin lugar a dudas, pero poco realista. Si ahora la moda cambia anualmente, antaño una prenda de vestir era algo que costaba mucho más tiempo elaborar, costaba más dinero y tenía un valor diferente al que tienen para nosotros ahora las camisetas de estrafalarius que compramos hoy y tiramos cuando se deforman en tres meses. La ropa en el medievo (y hasta fechas sorprendentemente recientes), se conservaba, se reutilizaba y hasta se legaba en herencia. La ropa se utilizaba incluso como moneda de cambio y como garantía en los más que abundantes préstamos cotidianos que se llevaban a cabo en la Edad Media. Así, los testamentos refieren habitualmente cómo el testador solicita que se pague tal cantidad a tal o cual persona y que ésta devuelva a cambio "mi camisa", "mi falda", "mi capa". Los listados son tan impresionantes que hasta recuerdo el de un escudero del cual me planteé si se paseaba en gallumbos por la calle, porque había empeñado una cantidad de ropa, armas y piezas de armadura como para caerse de espaldas (y más considerando que luego refiere el resto de ropa que le queda y no es mucha), aunque no debiéramos soprendernos. No recuerdo cuál fue el rey de Aragón cuya coronación trajo serios quebraderos de cabeza a sus asistentes, puesto que tuvieron que recuperar todas las piezas de la corona que estaban empeñadas y no sabían ni dónde.
Volviendo a las ropas, al valor de lo material y a cómo no podemos comprenderlo, por pudiente que fuera la persona, la cantidad de posesiones personales era demencialmente reducida, no hay más que mirar un inventario de bienes (y los hay muy detallados) para verificar que la gente tenía escasísimos bienes materiales. Los pertenecientes a las clases más privilegiadas refieren listados muebles, ropas de cama, prendas de vestir (pocas), algunas joyas, escasos objetos de valor cultural (algún libro, rara vez)
En general apenas refieren los muebles más básicos (una cama, un armario, una silla tal vez) y escasas prendas de ropa especificada con toda suerte de detalles. Estas prendas eran legadas a los descendientes con especificaciones tales como "a mi hija le doy mi falda vieja". Con un par y eso si se podía recuperar del usurero. La falda vieja para la hija ¿por qué no? es una prenda ¿no? sin lugar a dudas la hija la llevó el tiempo que pudo y posiblemente luego la dejó en herencia especificando "y dejo la falda vieja que me legó mi madre".
Teniendo estas cuestiones en cuenta... si en una recreación llevamos un traje impoluto y procedente de una época concreta, sólo podemos ser el hijo de algún duque invitado a la boda real, poco menos, lo cual resulta muy divertido cuando quien lleva estas prendas va vestido de campesino, soldado o mercader. La ropa se llevaría vieja, sucia (no invertían tanto tiempo en higiene, de todos es sabido, y cualquier día de estos podríamos tratar también el tema de "¿a qué huele la Edad Media?") y remendada, además de adaptada al usuario, que bien podía llevar una saya hecha a su medida y sobre ella, un tabardo confeccionado cincuenta años antes, que fue propiedad de su abuelo, el cual tenía los hombros muy anchos. Si queremos ser fieles, por tanto, deberíamos llevar ropas combinadas como buenamente el Altísimo nos dé a entender, que no sean especialmente de nuestra talla, que estén remendadas y arregladas cien veces y que tiendan a estar bastante viejas. ¿No nos gusta ir así? Nos ha fastidiado. Las primeras prendas de ropa que confeccioné fueron para una obra de teatro en la Universidad. El director de la obra dijo que eran muy bonitas, que eran muy adecuadas para la obra ("Divinas Palabras", tenía que ser ropa de aldeanos), pero que con una ropa tan limpia, planchada y conjuntada parecía aquello un Belén y que tuviera a bien ponerme un par de trapos sucios encima de las vestimentas. Razón no le faltaba al hombre.
Abreviando: tendemos a pensar en tiempos pasados de una manera
tremendamente dulcificada. No nos paramos a pensar en lo mal que olían,
en lo mal que vestían, en la manera en que combinaban sus colores y en
el "pequeño" detalle de que el gusto estético ha cambiado enormemente y
que combinación de colores que antaño se consideraban de muy buen gusto a
día de hoy nos parecen aberrantes. Así, a finales de la Edad Media se
consideraba la mar de elegante llevar combinaciones tales como rojo con
naranja y similares.
Con esto no diré que tenga la menor intención de envejecer la ropa que voy a llevar al Drachen ni de hacerle unos cuantos agujeros y coserlos a mano. Sencillamente digo que, si nos ponemos tiquis-miquis, no creo que se salve mucha gente en cuanto a purismo. Y esa gente que viste tan adecuadamente, tiene que oler bastante mal.
Y poco más ¿A qué viene esto? Supongo que a que estoy haciendo ya de una vez recopilación de material para hacer las ropas para el Drachen. Tengo que coser como una posesa porque quedan tres meses y de todo mi armario creo que sólo se puede utilizar una falda, cogiéndola un poco por los pelos. Afortunadamente Rober ya estuvo el año pasado y tiene ropa suficiente para ir, aunque me gustaría hacerle alguna camisa más y alguna otra cosilla, que siempre mola más tener unas cuantas cosas de quita y pon considerando que son cinco días y encima moviditos. En cualquier caso, para mí no tengo nada de nada y como no soy persona con mucho tiempo libre, voy a ver cómo me organizo para tener unas cuantas cosillas básicas para no tener que ir en vaqueros o algo, jajaja. Como somos un tanto frikazos, desde luego, la idea es que nuestras ropas sean lo más adecuadas a lo que habrían llevado los tercios en Flandes pero, teniendo en cuenta, para empezar, que ni siquiera creo que hubiera una miserable "tercia" por ahí suelta, partimos desde la humildad de saber que adaptaremos las cosas como nos parezca y que vamos para jugar y para pasárnoslo bien, no para ir de punta en blanco clavando el vestuario de la época, porque siempre vamos a estar muy lejos de adaptarlo plenamente. Que si hay que poner aquí una cremallera porque va a quedar mejor que sin ponerla, pues se pone y que si queremos comprar esta tela porque queda chula, no nos vamos a parar mucho a pensar que no existía en este periodo porque existían otras similares y da el pego. La cuera que le hice a Rober el año pasado era de antelina forrada. Obviamente no era válida para combatir y no era una cuera de verdad, pero quedaba bien en las fotos (y él se puso el gambesón debajo para que le sirviera igualmente... aunque de haberlo sabido, se la habría hecho más grande, claro), este año voy a intentar hacer la mía con serraje, a ver qué pasa. Si no me convence el resultado, tendré que apañar con un gambesón y lo que pille para dar el pego.
Y eso es todo. Habrá que ir preparando unos patrones y desempolvando la máquina de coser, que estaba muy tranquilita desde Rúnicos...
Recomendando un buen vino blanco como el Godelia que tomamos ayer (y contrarrecomendando El Casillero del Diablo, hoygan, no beban esa cosa... es peleón de ganas, sólo se nos ocurre a nosotros coger un vino chileno con nombre molón para ver qué pasa), y acompáñenlo de buena música del XVII como "Les Pleurs" de Sainte Colombe. Déjenlo en manos de Jordi Savall. Quizá no termina de sonar como sonaría en el XVII, a saber cómo sonaban entonces las cosas, pero si alguien puede acercarse a ese sonido, ése es el señor Savall.
4 commentaires:
Me gusta me gusta me gusta. Tienes más razón que una santa :)
po zí! al sonido de la edad Media me acerco yo con mi rable chungo y desafinando como una posesa XDDDD Ánimo con la costura jamía
Keleb-dûr
rabel leñe! no rable
keleb-dûr
Jajaja no es verdad, yo te he oído tocar el rabel y no me pareció tan chungo y desafinado, jajajaja.
Sobre costuras... pues precisamente en el grupete que tenéis montado vosotras hacéis una recreación muy buena, aunque no hace falta que te lo diga... Ya no sólo por el nivel de costura que anda suelto por ahí (que es muy bestia), sino porque además hacéis investigaciones molonas (más de una vez he caído en vuestro foro buscando información de cosas). Además, más que con ganas de hacer revisión de qué lleva la gente para soltarle la de "esa tela no se llevaba en 1820", se os ve que os echáis una mano para coser o para organizar cosas. Mola.
Es cierto que es más sencillo recrear el siglo XIX que la Edad Media. A fin de cuentas la gente era más "parecida" a nosotros y hay toneladas de información, desde literatura de la época hasta revistas de costura y manuales de buenas maneras, pero no os quita mérito al trabajo de investigación que hacéis. Como te he dicho más de una vez, si en lugar de "Sociedad Victoriana" fuerais del XVII o del XIV o no sé, del XVIII francés, me apuntaba seguro, jajaja.
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