jeudi, février 16, 2012

Dieç y seys de MCCXXVI: "A propósito de Grecia"

Grecia terminó por reventar el pasado fin de semana. A nadie le sorprendió que lo hicieran, por cierto, ya llevaban varias tentativas. La situación era cada vez peor y os podéis suponer lo que pensaron los griegos sobre la lista de recortes que un gobierno que ellos no han votado accedió a llevar a cabo bajo los dictámenes de la UE.

El pasado domingo, aunque no se vio una sola imagen en televisión, todo el mundo tuvo acceso a ver lo que estaba sucediendo en Atenas. A estas alturas de siglo todo hijo de vecino tiene tuiter, feisbúc o radio patio y la información llegó de una manera o a otra a cualquier lugar. El domingo todo el mundo se llevaba las manos a la cabeza conmiserándose con los pobres griegos (pobre gente, los están machacando como nos están haciendo a nosotros), temiendo lo que nos queda por llegar o maravillándose de que gente tan reventada como nosotros tome, por fin, la justicia por su mano.

¿Sirve de algo reventar una ciudad para reclamar unos derechos? No pregunto si es o no legítimo, sino si es útil. El lunes muchos comerciantes griegos no podían creerse que la ira violenta les hubiera destruido sus medios de vida. Leí a Darko comentar por ahí que no sirve de nada destrozarlo todo, que esto no nos ayuda a superar la crisis. No le falta razón, sin embargo ¿qué se puede hacer? Todas las televisiones emitieron imágenes de griegos que decían ser conscientes de que su revuelta no servía para nada, pero que eran incapaces de quedarse en casa con todo lo que estaba cayendo.

El lunes los griegos eran héroes. Hoy, jueves, me estoy cansando de ver cómo los medios de comunicación difunden lo que les parece para conseguir que la gente haga suyos pensamientos que el gobierno, Europa, las multinacionales y toda esa entelequia dominante que decide por nosotros quiere poner en nuestras débiles seseras. Una vez más se constata esa gran frase de Goebbels que estamos cansados de escuchar: "Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad".

Ahora resulta que los griegos no son exactamente lo que queríamos creer. Resulta que la culpa de la crisis que están sufriendo es, ni más ni menos que suya. Se habla de cómo se han aprovechado durante décadas de todo el rico maná que el Estado tiene para repartir, cómo han saqueado arcas exigiendo ayudas que no les correspondían, qué ingratos. Ahora resulta que se merecen lo que les ha pasado. Me pregunto en qué contexto es justo que alguien se merezca quedarse sin trabajo o sin casa (y hablamos de ciudadanos de a pie, no de multimillonarios extorsionadores... esos no han perdido gran cosa). Hablamos de gente que creyó inocentemente que el dinero era inagotable, que el turismo iba a traer siempre capital a Grecia y que si el vecino se está aprovechando del sistema, por qué no aprovechar todos. ¿Son estúpidos, egoístas y avariciosos por haberse aprovechado? Una vez más, seguramente la mayoría no lo fueron y no se aprovecharon. No me cabe la menor duda de que unos buenos cuantos lo hicieron a conciencia. Nos ha fastidiado, de eso estamos hartos en todas partes. Aquí también tenemos a Urdangarin, a Camps o, sin ir más lejos, a la gitana que cobra dos mil euros en cinco ayudas, un sueldo que no creo que pueda conseguir en cualquier trabajo (este último caso tan verídico como los dos anteriores), pero no creo que la culpa sea de todo el mundo y aún voy a decir más: Camps o Urdangarin tienen mucha más culpa que la señora gitana de los desastres que estamos padeciendo. Alguien que ve que puede recibir mucho dinero mientras no busque trabajo, nunca lo va a hacer. Si el sistema permite que esta señora (y cientos de miles más) se beneficien de ayudas que podrían no necesitar si produjeran... esta gente no va a mover un dedo por buscar un trabajo.

Creo que Grecia está llena de señoras (hombres, niños, abuelos, griegos o moros) que se han lucrado alegremente. La cuestión es que esta gente vela por su interés propio. No han decidido meterse en política (no como Camps y compañía), sino que han aprovechado lo que ven al alcance de la mano. A las personas físicas nos corresponde responsabilizarnos de nuestros asuntos personales y cada caso tiene detrás una historia y una justificación para sus actos: éste se aprovecha, el otro realmente está necesitado, éste no sabe qué hacer con su vida y al de más allá le han explotado toda su vida y ahora se quiere aprovechar. A las personas no nos corresponde controlar macroeconomía, sino trabajar con nuestras pequeñas o mayores cuentas mensuales. Es a los gobiernos, a las entidades, al sistema, a quien le corresponde velar para que el fraude no pueda tener lugar, para que no haya injusticias sociales y para que reciba ayudas la persona que las necesita. Para eso se ocupan de la política. Sin embargo, precisamente las personas que se ocupan de velar porque no sucedan estos descalabros son quienes más se aprovechan. No me cabe la menor duda de que más de un griego y más de dos cobraron pensiones de viudedad sin estar casados y se llevaron un buen dinerín. Me pregunto cuántos políticos griegos desviaron fondos a paraísos fiscales. La comparativa entre los capitales del griego que hizo uso de la picaresca griega y del político que desvió fondos debe de ser estremecedora.

La clase dirigente, a nadie le sorprende, está corrupta y precisamente por ese motivo no se molestan en perseguir el fraude. ¿Que no hay dinero? mala suerte, ya recortaremos sueldos y beneficios sociales, no recortaremos nuestras nóminas. Lo realmente preocupante es que se considere "normal" que políticos, economistas o banqueros estén forrándose por medios nada lícitos.

La gente que culpa a los ciudadanos griegos de su propia crisis es como la gente que opina que la culpa de la crisis la tenemos todos o que tenemos a los políticos que nos merecemos. Yo, persona física, no me merezco toda esta mierda. No me compré un piso ni pedí ayudas que no me correspondían (es más, me retiraron la que sí me correspondía por "falta de capital"). Sin embargo a mí, como a todo el mundo, me insistieron en que me comprara un piso porque no había ningún problema a la hora de pedir una hipoteca o de revender el piso si no podía pagarla. La gente pidió créditos, hipotecas y lo de más allá dando por sentado que sus trabajos durarían siempre (pobres ilusos), se les vendió el oro y el moro, siempre con el mismo mantra "no se preocupe, ningún problema". Los bancos llamaban a todas las puertas ofreciendo toda clase de tarjetas y servicios fantabulosos a quienes podían permitírselos y a los que no "no se preocupe, ningún problema".

Hay un problema, sin embargo y es que las personas de a pie, en general y en una gran mayoría son gente inculta, estúpida y dispuesta a creer cualquier cosa, es lo que hay. Tienen su panem y su circensem y les vale para ir tirando, no se les puede culpar del hundimiento de un país porque no tienen potestad para decidir ni lo han pedido en ningún momento. Votan, sí, cuando les toca. En general de lo que se vota a lo que sale en todas partes hay un inmenso abismo y de lo que prometen los políticos a lo que van a hacer hay un océano. No se puede culpar al Pepe o a la Juana de haberse creído las falacias del PP en sus mítines o de coger una hipoteca y tener siete hijos cuando los dos trabajan en el Día, hay que culpar y condenar a los banqueros y políticos de este país por mentir alevosamente. Sin embargo no se les condena, qué curioso. No se condena al político español y tampoco al banquero griego. Tienen poderes omnipresentes para controlarlo todo y así nos luce el pelo en medio mundo.

"Que se jodan, que se lo han buscado", leí decir el otro día sobre los griegos. Pues eso, que se jodan ¿no?. Bendita información (deformación) pública, cómo trabajan día a día para hacernos creer que somos culpables de todos nuestros males.

Me despido con "Fear of the Dark" de Bob Catley y recomendando un té negro con granada como el que me trajo Banune desde Londres (¡gracias, guapa! está riquísimo).

3 commentaires:

Anonyme a dit…

"Hay un problema, sin embargo y es que las personas de a pie, en general y en una gran mayoría son gente inculta, estúpida y dispuesta a creer cualquier cosa, es lo que hay."
No, discrepo, y discrepo mucho, mucho.

Fëanor

Azelaïs de Poitiers a dit…

Jajajaja ya he supuesto que iba por ahí. Eso no lo puedo discutir, pero no me negarás que la gente es muy crédula, pero mucho. Por lo demás... es que ya sabes que tengo poca fe en la humanidad. Sin embargo, no se le puede culpar a alguien con pocas luces de hundir un país.

Nu a dit…

Dios mío, qué verborrea. Me maravilla... :D

Lo primero es que en cuanto me enteré de lo de Grecia y de los destrozos pensé: "Ya estamos, rompiendo lo de la gente inocente de a pie".
Habrá quien me diga que eso es normal, que son daños colaterales. Pues yo respondo que no, que no es ni medio normal. Que hay suficientes edificios públicos con los que liarse como para cargarte la tienda de tu vecino. Y que quien realiza estos actos no intente justificarse con "si es que ya no sabemos qué hacer, estamos hartos de la situación", porque el saqueo de tiendas se debe a aprovechados y malintencionados (el tradicional "a río revuelto, ganancia de pescadores").

En segundo lugar, habrá quien se haya ganado lo que tienen ahora, pero seguramente será una minoría. En el caso de España, opino como tú, que yo tampoco he vivido por encima de mis posibilidades ni me merezco esto.
Me hace gracia la cantidad de españoles que alegremente dictaminan "que se jodan"; ¿dirán lo mismo de nosotros mismos? Hay que ser imbécil...