Treçe de febbrero de MCCXXV: "Té"

Cada cual tiene sus aficiones, frikismos y obsesiones desmesuradas. Una de las mías es el té. Puedo pasar días sin tomar té (de cuando en cuando), pero también puedo hacer en un día cuatro teteras y beberme sus cuatro tazas cada vez y quedarme tan contenta. Por este motivo me encanta tener un pequeño arsenal doméstico con una variedad importantes de tés e infusiones. El arsenal básico, para mí, debe incluir: dos variedades de té negro, dos de rojo, dos de verde, dos de blanco y dos infusiones de hierbas. Estamos hablando de "arsenal básico". Por supuesto, puede completarse con un montón de cosas más como oolong o el rooibos, que lo tenía totalmente discriminado y, como en los últimos tiempos he oído que tiene hierro y es antihistamínico natural, me ha dado por abusar también de él, no vaya a ser que funcione y lo tenga que encargar por cajas.

El caso es que, con tanta mudanza y tanto lío, no ha sido fácil mantener mi arsenal habitual... cuando descubrí una tienda estupenda en Barcelona, no tardé mucho en tener que beber buena parte de las existencias (y no comprar más) con vistas al traslado y, aquí en Donosti, como no vivimos en el centro y tengo unos horarios del infierno, me ha costado empezar a recopilar té en condiciones. Por eso me hizo tan feliz que, para mi cumpleaños, esas almas caritativas que son Nuria, Raziel, Miren y David me regalaran un té rojo de China buenísimo y unas mermeladas alcohólicas para acompañar (la comidita para acompañar la ingesta del té es también toda una religión). Poco después, los Reyes Magos (que no me conocen bien, ni nada) me regalaron un par de latas de un té kusmi, que nos encanta (por las latas, que son preciosas, y por su contenido, mñam!). En este caso fueron la lata morada, de "lapsang souchong" (té ahumado de China) y la muy habitual por casa, dada la adicción de Yazston, lata azul clarita de "Prince Vladimir", un té negro con especias y un toque de cítricos que está de morirse.

Desayunando "como está mandado" en el cubil. Un buen té, tostadas, mermelada de naranja amarga, bollitos de chocolate... los donetes y el zumo de naranja recién exprimido ya habían pasado a mejor vida.

Sin embargo y, como digo, a mí me gusta tener una amplia variedad para elegir y también me gusta contar con una tienda de suministradores habituales de té bueno y a buen precio (el tea shop es una estafa, sépanlo ustedes, aunque también es cierto que tienen algunas mezclas impresionantes). A día de hoy, me jacto de saber dónde comprar buen té y a buen precio en Pamplona, Madrid, Barcelona, Zaragoza y, desde hace una semana, también en Donosti. Y fue gracias a Ane, una compi de curro, que me recomendó pasarme por una tienda que se llama "Gourmet" que está en la calle Autonomía, cerquita del curro (y menos mal, porque cierran a las siete y media, así que hay que ir rapidillo). La incursión fue todo un éxito: tienen una variedad tremenda y a precio más que aceptable. Además, también ponen bolsitas de 50 gr., buen asunto. Ya que estaba ahí, me hice con dos bolsitas de rooibos, uno con toffe buenísimo y otro con canela, que ya nos resultó un poco excesivo, aunque nos lo beberemos igualmente. Además, cogí dos bolsitas de té verde: un bancha que está muy bueno y el clásico té verde con champagne y fresas, que es una mezcla que me encanta y recomiendo a todo el mundo. Resultado... ya vuelvo a tener un pequeño arsenal de tés en el armario, lo que me obliga a poner la tetera al menos un par de veces por día (que no son más por el poquito tiempo que paso en casa).

Y hasta aquí el frikismo del día de hoy. Recomendando una buena taza de cualquiera de las infusiones comentadas (salvo el rooibos con canela... hay opciones mejores, jajaja) y, para escuchar, "Televators" de The Mars Volta, y tengan una tarde tranquilita.... que es domingo.