Pues sí, señores, estamos a mediados de septiembre y todavía sigue haciendo un calor bastante estupendo. Nada que ver con lo que tuvimos hace unas semanas o a mediados de julio, pero sigue siendo bastante serio para las fechas en las que nos hallamos. Aprovecho, una vez más, para recordar que ODIO a muerte todo lo relacionado con calor, verano y clima tropical, que espero no tener que padecer ningún verano más. Se acabó lo que se daba. El próximo verano (y siguientes, a poder ser), toca pasarlo en climas más llevaderos.
El caso es que ya me avisaron que me haría poca gracia el verano barcelonés, pero he de decir que no me parece peor que el maño. Es más, es bastante mejor, porque de cuando en cuando bajan las temperaturas, anda algo de aire o incluso refresca por la noche. Que yo recuerde, eso en Zaragoza era ciencia-ficción. Empezaba a hacer calor a eso de mediados de mayo y como hasta noviembre. Ahí, dándole duro. Eso sí, esto del calor húmedo, ante todo, es condenadamente guarro. Y da mucho por ahí estar todo el día sudando. Pero lo dicho... parece que poco a poco el infierno va tocando a su fin y quién sabe, igual en invierno refresca un poco, aunque no tanto como nos gustaría a algunos.
Por lo demás... aparte de un verano caluroso, no ha sobrado el tiempo libre. Mucho curro y excesivo cansancio entre curro y calor. Además, lo más parecido a unas vacaciones ha sido una pequeña escapada por tierras del norte, a Donosti de visita y a Pamplona, aprovechando que los de Alter Paradox organizaban las Umbras (y que nos apetecía jugar la partida de Engranajes, básicamente). Fueron pocos días pero bien aprovechados. Dio tiempo a quedar con bastante gente (incluso con Rosita, Cecilia y compañía, que pasaron el finde en Pamplona), de visitar la Perla y combatir nuevamente al dragón, de comer patatas de la Meji en Donosti y tarta del Vienés en Pamplona y hacer incluso un poquito de vida familiar.
Eso sí, espero que podamos poner los pies en territorio extranjero de aquí a no demasiado, que ya va apeteciendo tener unas vacaciones como Dios manda. Aunque sólo sea un fin de semana largo.
Por lo demás, aparte de pasar calor, hemos disfrutado de alguna que otra visitilla este verano. A falta de poder pasearnos nosotros, no viene nada mal que nos vengan a ver. Aparte de la visita de Arien, también camparon por aquí algunos días Bardo y Lelldorian, en julio uno y en agosto el otro. Y en nada esperamos una mini-invasión de Raziel y Nuria. Mola. Al resto sólo cabe deciros que, si queréis venir a vernos por estas tierras, mejor antes que después, jeje.
Y poco más... salvo destacar que a veces, tener poco tiempo libre supone un mejor aprovechamiento de éste. Cuando vine a Barcelona tenía poco trabajo y me daba la impresión de que los días volaban sin que pudiera hacer la mitad de lo que quería. Ahora, sin embargo, he pasado veintipico días seguidos sin dejar de trabajar (entre cinco y once horas por día, dependiendo) y en cambio me ha cundido bastante: me estoy poniendo al día con varias series, leo bastante más, incluso he jugado algo al segundo del profesor Layton. Estoy empezando a vigilar más en serio las oposiciones de archivos y en breves me voy a poner en serio con ellas.
A los que me echáis en cara que ya no me conecto tanto como antes, os digo lo de siempre, marrajos: antes me conectaba mucho porque trabajaba con el ordenador. Ahora no es el caso y por eso no tengo el messenger eternamente conectado. Sí es cierto que me propuse actualizar mucho más el blog para manteneros informados de mis memorables correrías, pero... nunca he tenido mucha constancia, ejem. Para variar, os digo que sí que se me ocurren tonterías para subir, pero no lo hago porque soy una vaga de tres al cuarto. En cualquier caso, he mejorado con mucho el ritmo de años anteriores, así que no tenéis derecho a queja.
Recomendando... un té rojo con menta, que viene a ser como un té moruno pero el té rojo le da un punto curioso. Y de música... el "All along the watchtower" de "Battlestar Galactica", serie que estoy volviendo a ver con muchas ganas. Es que el robasetas no la había visto y no me parecía bien dejarlo verlo solo, jajaja. Nos quedan los tres últimos capítulos y espero que los finiquitemos esta noche...
3 commentaires:
Cabe decir que no aprovecharía tan bien el tiempo libre si no me cuidaran estupendamente por aquí. No sólo Rober, Ortzi también es amor. Da gusto llegar a casa y que te hayan hecho la comida, o la cena. ¡O encontrarte una tortilla de patatas en un tupper!, jaja.
Eso sí, cuando tengo más tiempo intento compensarles haciendo comida o limpiando la casa, vaya a ser que se me mosqueen y se acabe el chollo, jeje.
Bueno, chiquilla, pues he de decirte (y no por darte envidia, que ya sé que ahí estás "la mar" de bien ^^) que este verano, "gracias al cámbio climático" sí que hemos podido disfrutar de muchas noches de brisilla refrescante. Excepto en los días de la ola de calor esa infernal. Pero, para ser mi primer verano íntegro en la ciudad, ha sido una gozada. Sobre todo por el drástico descenso en el número de humanos. Pero ya han vuelto de sus vacaciones...habrá que lidiar con ellos como se pueda. XD
Bueno, también me han dicho que el verano pasado fue más infernal que éste en Barcelona pero no sé, por si las moscas, no me fío. El verano que viene espero disfrutar del verano norteño, que no tiene nada que ver.
Los días que estuvimos en Donosti dormimos con nórdico. Y yo dormí con pijama de invierno. Vale, reconozco que esto último fue excesivo y me levanté sudando, pero en Barcelona o Zaragoza directamente habría muerto. Jo, en Pamplona, de hecho, me morí de frío en el rol en vivo por la noche y tuve que mangonearle el abrigo a Rober, jajaja. Eso es un verano, hombre ya.
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