Empecé este blog hace casi, casi cinco años. Por aquel tiempo llevaba poquito en Zaragoza y vivía en una casa distinta un par de calles más arriba de mi casa actual, con dos compañeros de piso con los que actualmente no tengo trato alguno (en el caso de Juanki, porque no lo he vuelto a ver desde que se volvió a Pamplona, no por ninguna historia rara en particular). Tenía a Metal, sí, pero Nualita aún no había nacido. Tenía un novio que ya no tengo (a la par que ahora tengo uno que antes no tenía) y consideraba amigos a personas que no lo merecían, mientras que aún no conocía lo suficiente a otras que han demostrado serlo con creces. Estaba empezando el periodo docente del doctorado y aún solía pintar y tocar la guitarra (algún año retomaré ambas cosas).
He vivido mucho y muchas cosas en Zaragoza. He aprendido mucho. He conocido gente que vale muchísimo la pena y que sé, o al menos espero, que sigan conmigo siempre. Pero, como puede verse, son muchas, demasiadas, las cosas que han cambiado y a estas alturas, seguir en Zaragoza ha dejado de tener sentido.
En algo más de una semana recojo mis bártulos (es un decir, llevo días recogiéndolos, menuda broma, brrr) y me largo a Barcelona. El motivo principal es obvio: dormir solo no mola, jajaja. El motivo de que sea ahora y no antes o después es una mezcla de varios factores laborales y de estudios que han tenido a bien coincidir el último mes. No me entretengo en explicarlos porque son un latazo, el que quiera saberlo (y no esté informado ya), ya sabe dónde ando, jajaja.
En parte pienso que tenía que haberme ido antes de Zaragoza, que no tenía que haber estado este último año aquí. Habría sido mucho más cómodo en muchos sentidos. Sin embargo, quien me conoce sabe que no soy persona que tenga por costumbre arrepentirme. Prefiero considerar que de todo se extrae un aprendizaje y este último año de vivir solitas Metal, Nuala y yo en una casita creo que me ha servido para aprender muchas cosas sobre mí misma. Y para quitarme unas cuantas tonterías de encima. Y para ver las cosas con otra perspectiva. Pero el periodo de aprendizaje ya ha terminado y ahora toca cambiar de aires y empezar una nueva etapa.
Supongo que con los cambios tendré unas cuantas cosas más que contar, así que supongo que iré metiendo más cositas por aquí, más fotos, más historias... Aunque a saber, que ya sabemos todos que me propongo cosas y luego... ejem.
Pos eso... que muchas, muchas gracias a todas las gentes de bien que he conocido por estas tierras. Os deseo a todos lo mejor y no dudéis de que nos volveremos a ver veces y veces. Tengo intención de visitaros cuando me sea posible, como también me dejo caer de vez en cuando por Madrid a dar la lata a los que tuve la suerte de conocer cuando viví por ahí (y a los navarros y giputxis que se han afincado ahí, malditos).
Pos eso, que muchas gracias. Que han sido años estupendos. Que han tenido cosas buenas y malas, sí, pero sobre todo priman las buenas y, aunque no me guste ni ver esta ciudad, venir aquí fue un acierto. Me vienen a la cabeza cienes y cienes de cosas que hemos compartido... las tardes en el Balmoral, las comidas en el Sakura, las sesiones de series en casa de Lameri o las de wii en casa de Danny y Miryan, las juergas con las chicas de sitel, las cervezas en el Trilogy, las películas en la filmoteca, las clases del profesor García Guijarro y, por supuesto, por encima de todo en lo referente a estudios... los consejos y las tardes con Carmina. Los desayunos con Lameri en el Lago Ness o los de la Trufa con Maya, Irene y Clara. Las meriendas con Alberto y Paula (y el roscón de Reyes, no lo olvidemos). Los ensayos y los conciertos de los Valhalla. Los cafés y últimamente las comidas con el abuelo (aún tengo la tripota llena de la comilona de antes), el Amandil guía turístico que me enseñó a vivir en Zaragoza antes de largarse, jaja. Mis sesiones autistas en el archivo de Huesca (me da que esas sólo quedan aplazadas), el profesor Utrilla, las sesiones temáticas de pelis con Juanki, las partidas de rol en casa de Tuor y en la mía, las visitas de Edurne y Diego con juerga posterior. Son muchas cosas las que han merecido la pena, así que gracias, muchas gracias a quienes las han hecho posibles.
Os recomiendo un té negro especiado con cítricos y vainilla que tengo por ahí en cierta lata... y de música... uhmmm ahora mismo estoy escuchando "Laztana" de Latzen. Así que eso me parece bien.
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