vendredi, février 23, 2007

Veinte y tres de fevrero de mildoscientos veinte y uno: I turn to you oh my precious Jerusalem

Volvimos el martes de Italia. Ya os podéis imaginar... diez días... tres ciudades (porque Milán y Bérgamo, igual que Poggibonsi no cuentan.. no las vimos), muchas agujetas y muchas cosas que sea frikismo o necesidad de arte... nos vimos en la obligación de ver. No me voy a meter en el apartado gastronómico porque me va a costar desengancharme. Hace unos días, para estas horas de la mañana mi cuerpo ya se había alegrado con dos fritelle y un trozo de pizza, menos mal que con tanto subir y bajar escaleras de puentes la balanza se equilibraba. Si no, ahora abultaríamos mucho más, qué vergüenza, jajaja.

Muchos son los temas que se podría
n plantear sobre el viaje. Porque el cambio de aires, la visita a otras tierras y sobretodo diez días de visita y charlas dan para mucha, mucha reflexión personal. Sintiéndolo mucho, tengo la mala costumbre de escribir en los post deprisa y sin corregir demasiado (a veces releo algo y me estremezco por haber dejado una frase a medias o una idea buena miserablemente elaborada). Mea culpa. Y lo peor es que no suelo poner mucho de mi parte para solucionarlo. Es igual. El viaje ha sido largo y los temas que puedo exponer son muchos. A ver cuántos salen de las teclas.

Volví a ver la Basílica de San Marcos. Era la primera vez que Marcos (valga la redundancia) estaba ahí, pero mi cuarto viaje a Venecia, que sigue siendo mi ciudad favorita. V
enecia es la ciudad más bonita del mundo. No hay casas feas (buenooo vale, alguna construcción nueva cerca de la estación, pero más bien escasas). Cualquier esquina tiene una escultura, un balcón impresionante, un grabado en la pared...

Pero el conjunto de San Marcos es especial. Toda la impresionante plaza, el palacio ducal y esa impresionante salida al mar, con sus dos columnas. Y todo enmarcando la edificación más impresionante que yo conozco (quizá las hay más impresionantes, pero he visto unas cuantas con las que ha tenido que competir muy duramente y sale ganando): San Marcos, representación perfecta de tantas y tan variadas cosas.

San Marcos de Venecia, para quien no lo sepa o para quien aun así le apetezca escuchar pedanterías de cualquier manera, es una iglesia realizada en un extraño estilo neo-bizantino. La elección de este estil
o no es casual: los intercambios de Venecia con lo que todavía era el imperio bizantino la llevaron a buscar un lugar nada fácil de conseguir: Venecia quería ser la Bizancio de Occidente. Por encima de Roma o de cualquier otro lugar. Quería ser representación de lo que el imperio Bizantino había heredado de Roma y quería hacerlo en occidente.



Pero no
sólo era eso. También se hace dueña de una tradición religiosa largamente buscada. Algo que funciona como un leit motiv a lo largo de toda la Edad Media. Se busca en la construcción de edificios, en miniaturas de miles de manuscritos, está en las paredes de los templos y las bocas de los filósofos y fue causa importante de la ideología que movió a las Cruzadas. Venecia quiere tener en su basílica la representación de la Jerusalen celestial, pero en la tierra. Quería ser una imagen espejada de lo que para el hombre medieval debía ser la Jerusalen del cielo, una especie de nuevo Paraíso terrenal.

El fundamento de búsqueda estaba servido y en distintos lugares quisieron encontrar diferentes soluciones. Venecia optó por la más ampulosa. "Esto es ya hasta obsceno" dijo Marcos al entrar en un interior todo realizado a base de pan de oro. Un interior complejo, una planta de cruz griega, al estilo bizantino y toda una decoración a base de mosaicos y pan de oro. Y el altar. Las estructuras que hay entre el asistente y el ritual de la eucaristía imposibilitan la visión completa de las cosas. El fiel está alejado de un misterio que no es digno de
comprender. Tras el altar, la multiplicación de vanos en una iglesia por lo demás bastante oscura, hacen que un efecto de "luz mística" ilumine todos los ritos. Quien entra ahí, además de pensar que es obscena semejante concentración de lujo, no puede dejar de creer que ha entrado en un lugar sagrado.

Jerusalen, eterno motivo medieval. Objeto de toda clase de teorías y expresiones artísticas. Por fin, en un momento dado deciden que ya va siendo hora de recuperar la "verdadera" Jerusalen y arrebatársela a quienes la habían tomado. Cuántas vidas humanas, esperanzas, proyectos derrotados por un sólo sueño, un ideal que había tomado una forma excesi
vamente corpórea. Y de ahí la tan manida frase de "las ideas son las que matan".


Ha pasado ya semana y media desde que estuvimos ahí. De noche, suenan en mi ordenador los Blind Guardian con ese disco tan desprestigiado y tan aplastantemente bueno: A Night at the Opera. Canción primera: "Precious Jerusalem". El leit motiv sigue y sigue. Jerusalen, como un estandarte del pasado ha quedado hundido en el pozo de conciencia cultural colectiva. En tres culturas diferentes, casi nada. No ha quedado anclado en el pasado como tantos y tantos modelos referenciales antiguos. Jerusalen deja un poso plagado de significados, plagado de representaciones posteriores.

samedi, février 03, 2007

Tres de febrero de mildoscientosveinte y uno: El fin del mundo

El informe de la ONU no deja lugar a otras opciones. La conclusión cae como un mazazo: El cambio climático es un hecho irreversible y la acción del hombre es la única culpable de esta situación.

Mientras en Francia los posibles futuros presidentes han firmado un compromiso político mediante el cual la lucha por salvar el planeta se va a convertir en una prioridad para su gobierno, aquí seguimos viéndolas venir. Lo triste es que nuestro miserable país es uno entre los muchos donde ni siquiera la urgencia de la situación hace tomar medidas serias al gobierno.

El cambio climático está en marcha y todos somos conscientes de ello. Pero hasta que no hemos visto que este año se ha retrasado exageradamente el frío no hemos querido tomárnoslo en serio. Nos llevamos las manos a la cabeza cuando muy posiblemente es demasiado tarde.

Y esta vez no estamos hablando de salvar ballenas ni especies arbóreas al borde de la extinción, si esto sigue el curso que ha tomado, el desastre ecológico es global. Todos salimos perdiendo y el planeta se va a la mierda. ¿Cuánto tardarán los partidos políticos en hacer un compromiso serio? ¿en qué momento del desastre serán capaces de decir: "anda, pues al final es cierto que la cosa estaba muy mal y que el mundo se nos destruye en pedazos"?.

Llevamos toda la vida hablando de cuándo se hundirá San Francisco, de que hay que visitar Venecia antes de que se hunda y de qué futuro le depara al mundo. Pero somos tan anormales que al ver que nuestro pequeño mundo no ha cambiado sustancialmente en los últimos veinte años, todo va a seguir igual. Un poco más cascado, quizá con más polución y tal y mayor necesidad de echarse crema solar al ir a la piscina. Por lo demás, igualito que siempre.

Pero va a resultar que no. Y hasta que no nos han plantado "el año sin frío" en las narices no hemos sido capaces de creérnoslo. ¿Y qué hacemos ahora? Despertar como niños que se han quedado dormidos en el cine indignados de no haber venido a ver la película que querían. No nos han traído la película chupi, nos han traído la que acaba mal. Pero no hacemos nada más porque nos anclamos en la sucia decisión de que no podemos hacer nada.

Desgraciadamente en el mayor de los casos es verdad. ¿Qué podemos hacer nosotros, pobres ciudadanos? Reciclar, gastar la justa cantidad de agua, procurar controlar la cantidad de basuras... Ah, inocentes criaturas, como si nuestra miserable basura pudiera competir con las toneladas de residuos que deja una planta industrial.

Podemos hacer pequeñas cosas, pero necesitamos concienciación para que se conviertan en grandes soluciones y la mayoría de las personas no la tenemos. O la tenemos un día sí y otro no. Pero se necesita mucha, mucha concienciación. Y aún así, de nada sirven nuestros exiguos esfuerzos si no tenemos un gobierno que respalde un cambio de política medioambiental. Pero en nuestra mano está pedirlo. Y ya no pedirlo, sino exigirlo. Porque esos sujetos que están comiendo estupendamente gracias a nuestros votos tienen el deber de hacer algo, así como nosotros tenemos el deber de exigírselo.

El problema es cómo, por supuesto. Los cinco minutos del 1 de febrero sin luz (mierda, no me enteré, soy lo peor) fueron una forma de protesta, pero nada al lado de lo que debemos hacer hasta conseguir el necesario cambio. Deberíamos manifestarnos, enviar firmas, lo que sea. Pero por favor, que se nos escuche de una vez.

Y como momento ciberactivista os recuerdo que Greenpeace es una de las asociaciones que más duramente está luchando para proteger el medioambiente. Si queréis colaborar mediante voluntariado, cuota, aportación puntual o simplemente leer las noticias que circulan sobre este y otros temas igualmente alarmantes, os recomiendo que miréis su página: www.greenpeace.es. Y si no os convence, que actuéis de otra manera, pero algo hay que hacer y todas las colaboraciones son indispensables.


Y de postre el primer movimiento del requiem de Brahms, del que siempre he dicho que es tan gore que raya el morbo y el mal gusto. Apropiado, vamos. Y un buen vaso de agua, ahora que aún podemos disfrutarla.

vendredi, février 02, 2007

Dos de febrero de mildoszientosveinteyuno: Isabel y el informe Pisa

A Isabel la mandaron sus padres a estudiar a Estados Unidos el curso antes de la selectividad. Resultó que la tuvieron que traer de vuelta a Zaragoza porque aunque la niña tenía un programa de estudios diferente en EEUU no había una selectividad adaptada para ella. Qué contrariedad. Mira que no haber una selectividad especial para alguien que no estudiara durante un año lengua castellana, historia (más allá de la guerra de secesión y los presidentes de Estados Unidos, claro) o filosofía (los yankis no estudian de eso, no vaya a ser que les de por pensar).... El caso es que los papis querían mandarla un año a EEUU, pero querían que estudiara la carrera en España, así que no quedaron otras narices que traerla de vuelta (también intentaron que se estudiara allí las asignaturas extras que aquí no tiene, pero resultó imposible).

Una vez aquí, a mitad de curso, ha sido necesario contratar a una profesora particular (o sea, yo) que tiene que dar a la niña clases de absolutamente todo: filosofía, lengua, literatura, historia del arte, historia y algo de dibujo artístico. Supondréis que una niña cuyos padres han decidido enviarla fuera a estudiar tendrá una media bastante maja en bachiller y será bastante autosuficiente. Nada más lejos de la realidad. La chica no tiene idea de nada. Es vaga y no tiene ni idea de cómo estudiar.

La gran pregunta es cómo ha llegado hasta 2º de Bachiller con un nivel tan impresionantemente bajo. La chica no tiene idea de cosas como hacer un resumen (cuando le manden una recensión se morirá) o un esquema. No se entera de la mitad de lo que lee porque tiene carencias graves de vocabulario y además no le gusta leer. Bien, a una persona como esta ¿cómo se le puede enseñar filosofía? Es que ya le he dado clases sobre Platón, Aristóteles y Santo Tomás y no se entera de nada. Y eso que se lo tengo que reducir a su lenguaje y explicarle qué son cosas como "jerarquía". Que vale, no es una palabra que se use en el diccionario, pero hablamos de una chica que está en el curso previo a la universidad, así va el patio.

Hace nada leí un reportaje sobre cómo España fracasa una y otra vez en el informe Pisa. Cómo no va a fracasar. Venía también un estudio sobre cómo funciona la educación en los países que aprueban con gloria el informe y claro, la situación es completamente inversa. Primero y por encima de todas las cosas porque los alumnos quieren estudiar. Quieren aprender, mejor dicho. Se sienten cómodos, nadie se ríe del vecino porque quiere atender en clase y es normal quedarse en la biblioteca estudiando o leyendo. Porque ahí leen. Y les gusta.

¿Por qué esos chicos tienen interés en aprender y los nuestros no? Las razones, como no podía ser menos son múltiples. Pero sin lugar a dudas el punto de partida está en casa. Los padres (que por otra parte tienen jornadas laborales mucho más benévolas) inculcan a sus hijos el amor por el estudio, se interesan por sus avances, tienen contacto directo con sus profesores (de hecho una parte importante del trabajo de los profesores es escribir diariamente a padres de alumnos para comentar sugerencias, formas de superar problemas, etc) y apoyan a los hijos. Aquí la mayoría de los padres dejan a los niños en el cole como quien los deja en el chiqui park. A ver si le cuidan al chaval. No sólo no les importa que el niño aprenda o no, sino que para ellos (para muchos, muchos padres, cada día más) prima por encima de todas las cosas que el chaval esté contento al precio que sea. Nada de suspenderle ni nada. Y "usted no es nadie para gritar a mi chico ni para castigarle". El profesor está privado de toda forma de autoridad por culpa de los padres y ante esta situación el niño se crece. Como nadie le ha inculcado ningún interés por el estudio y tiene que estar un montón de horas ahí dentro, pues hala, se divierte tocando las narices al vecino o al propio profesor. Total...

No sólo los padres tienen la culpa, claro que no. La verdad es que la educación atraviesa un mal momento en España. No recuerdo el número de veces que se ha cambiado el plan de estudios en pocos años en este país. Por no hablar de los pequeños cambios que hay de un curso para otro (este año ya no damos "Historia Contemporánea de España" en 2º de Bachiller, ahora damos Contemporánea Europea. Hala. Los profesores se vuelven locos adaptándose a unos planes o a otros y curiosamente, los libros cada vez tienen más fotos y menos letra. Y por si alguien tiene ganas de datos de politiqueo, doy fe de que el PSOE engordó bastante los libros que había con el PP. Y no lo digo porque no soporte al PP, que también, sino porque en el cambio de gobierno coincidió con que estuve trabajando en una editorial y el cambio fue sustancioso. Lamentablemente esos datos no salen tanto a la luz como el careto de Rajoy y su horrible ceceo acusando a Zapatero de un montón de imbecilidades (con lo fácil que es acusar al contrincante de cosas verídicas).

Dejando de un lado a Rajoy y otros engendros y volviendo a la situación escolar... ¿no es lamentable que se haya llegado a esta situación? ¿Cómo enderezar algo que cada vez se pone en peor situación? Recuerdo que cuando yo me fui de Erasmus teníamos la gloria de comprobar que la educación estaba en España mejor que en muchos otros sitios en Europa. Tenía carencias y mucho que aprender de cosas que se hacían en otros países y por supuesto los nórdicos siempre han estado muy por delante, pero teníamos puntos fuertes y aspectos educativos que estaban muy por encima de otros estudiantes con los que compartí largas conversaciones sobre esta cuestión. Lamentablemente esa situación ha ido cayendo poco a poco y ahora, según nuevamente el dichoso estudio Pisa, somos uno de los países con peor nivel educativo en Europa. A este paso, nos vamos a terminar por equiparar a los yanquis, como quería el del bigote.

Mientras, padres ocupados hiperforrados como el de Isabel, chantajean a sus hijos con 500 euros a cambio de leer Harry Potter en inglés (fliparéis más cuando sepáis que la niña no lo hizo porque le parecía un coñazo). Muy educativo, sí señor, deberían adoptarlo en las escuelas. El plan de educación merece una revisión urgente, pero los padres... necesitan un curso especial urgente.


Ainssss estoy espesa aunque indignada, así que os dejo en favor de los brazos de lord Morpheus. Recomendando... "Last drop falls" de Sonata Arctica. La de tiempo que hacía que no la escuchaba. Y de beber lo que sea que tengo mucha sed. Coca cola light estaría bien. Dije que la dejaría y en serio que lo he hecho. Pero qué queréis, estoy en Pamplona y mis padres la siguen comprando. Pero juro que ya no tengo una botella de dos litros caliente permanentemente debajo de la cama, jajaja.