El otro día salí de farra por primera vez desde que pusieron la ley del tabaco. Ni siquiera tenía en cuenta que estaba ya en marcha hasta que entramos en el primer bar y lo vimos sin humo. Impresionante, oigan. Volver a casa sin olor a rayos en la ropa, con el pelo oliendo a champú y sin picor en los ojos no tiene precio. El día 2 de enero me levanté de la cama por última vez con una conjuntivitis de mil pares después de una noche de fiesta. Adiós malos olores, garganta reventada y ojos con la córnea granate. Cuando me vienen a echar pestes sobre la ley del tabaco sólo tengo una respuesta "perdona, pero yo no soy imparcial (y tú tampoco, por cierto): a mí me han hecho un favor".
Admito que, como nunca he fumado, no conozco la tremenda necesidad que tiene buena parte del país de fumar en cualquier momento, así que no entiendo el terrible agravio que aseguran que esto supone para ellos pero... no creo que cueste tanto salir fuera a fumar, qué quieren que les diga. No se les está prohibiendo que fumen, sino que lo hagan en lugares cerrados, imposibles de ventilar por mucho extractor de humos que haya y donde molesta a buena parte de la gente que está dentro.
Es más, muy poca de la gente con la que salgo habitualmente fuma, pero supongo que tarde o temprano saldré con unos y otros a la puerta del bar a acompañarles a fumar. Y por mí perfecto, no le veo el problema. De hecho, no entiendo por qué a ellos mismos no les parece bien entrar en lugares sin tabaco. La mayoría de los fumadores que conozco no lo hacen en el lugar donde duermen porque no les gusta dormir con todo el humo ahí ni que todo les apeste a tabaco. Muchos han terminado por admitir que es más agradable trabajar en un lugar sin humo, pese a que pusieron el grito en el cielo cuando se les prohibió fumar en sus lugares de trabajo. Como suele suceder en estos casos, terminarán por acostumbrarse y punto. El otro día me comentaba una fumadora que a ella le ha molestado bien poco, porque le gusta más estar fuera que dentro de los bares, y así se asegura de que el personal saldrá fuera con ella, así que encantada.
Se habla de privación de derechos y de imposición, por parte del Gobierno, de la forma en que debemos vivir. No se plantean que, hasta el momento, se nos privaba a todos del derecho a poder salir y no sufrir las consecuencias de estar en lugares llenos de humo. A mí, personalmente, me molesta bastante, pero conozco a gente que directamente había dejado de salir porque le molestaba siete veces más. No se habla de que la gente que trabaja en hostelería está expuesta a la molestia que eso supone durante su jornada de trabajo (si tú te alegras de que tu lugar de trabajo esté libre de humos... por qué te vas a fumar al del vecino).
Se dice que debería haber opciones para fumadores. Y las hay, no crean, las sociedades sin ánimo de lucro que han decidido que dentro se puede fumar. Si todos los bares tienen opción a abrir para fumadores, es de esperar que todos sean para fumadores (salvo muy pocos), recordemos que esta situación se daba hasta la fecha y yo conozco exactamente un bar que era para no fumadores: el de la estación de Renfe y autobuses de Huesca. Del resto, aunque a muchos les gustaría, no les resultaba rentable abrir sólo para fumadores.
Se habla, también, del desastre que va a suponer para el sector hostelero y no me cabe la menor duda de que al principio puede que así sea, aunque no me creo las cifras tremendistas que se dan por ahí. También es cierto que empieza a haber más gente que antes no entraba por saturación de humos (y conozco a unos cuantos que están contentos de entrar en sitios donde antes no entraban). Por lo demás... no me cabe la menor duda de que la gente que ahora no sale por la prohibición de fumar, tarde o temprano saldrá y se les pasará el rebote. Alguno habrá que se quede en casa, pero serán minoría.
Lo que me toca las narices de toda esta historia es que no nos podemos alegrar de que hayan puesto la ley porque resulta que los fumadores están fastidiados, como si fuera culpa nuestra o algo. De verdad que la ley no la he puesto yo, en serio. A mí me han hecho un favor, pero el Gobierno no me ha consultado a ver si me parecía bien. Es más, dudo mucho que tenga algo que opinar el Gobierno en todo esto, considerando que toda Europa va por el mismo camino y ya se sabe que no está bien visto que un país se salga del tiesto.
Añadiré que, por supuesto y como es habitual, puede contestar quien le dé la gana y lo que le salga del pie, aunque no tengo intención de meterme en una discusión enzarzada al respecto. Ya he tenido bastantes en los últimos meses y a la única conclusión que he llegado es a la de que no voy a hacer cambiar de idea a nadie y nadie me la hace cambiar a mí. Ni siquiera cambiamos mucho de argumentos unos y otros, así que...
Recomendando... un lapsang souchong como el que me han traído los Reyes Majos... (más majoooos) y un poco de Symphony X, que los tenía medio abandonados y me acordé de ellos de golpe el otro día...
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