¡Sigo viva! Mi invasión a Barcelona se ha completado con éxito, así que me asomo para dar el parte de los acontecimientos, jeje.
Llevo casi un mes instalada en mi nuevo hogar, también conocido como el piso de los euskolegas. Tenemos al giputxi, al bilbaino (Ortzi es también donostiarra, pero como dice que los bilbainos nacen en donde les sale de los huevos, pues ha sido adjudicado) y a mí, que soy la navarra. Estamos haciendo casting para conseguir al vitoriano.
Barcelona mola. Es demasiado grande y demasiado “mediterránea” para mí, pero no está nada mal para pasar una temporada. Me gusta muchísimo más que Zaragoza, sin lugar a dudas. Y eso que aún no he sacado tiempo para hacer turismo en condiciones, porque, las cosas como son: cuando vives en un sitio siempre piensas que ya sacarás tiempo para ver las cosas que te gustaría. Total, que realmente las acabas viendo cuando viene alguien de visita y lo tienes que sacar por ahí. En cualquier caso y ya que estamos, a ver cuándo voy sacando tiempo para ir viendo todo lo que pretendo. Y es que se me han pasado volando las semanas que llevo aquí. Entre la instalación, el trancazo que estuvo a punto de destruirme y que aquí hacen los días más cortos o algo... parece que vine ayer y no es así.
Eso nos lleva al siguiente punto: hice una “lista de buenos propósitos” cuando me cambié de ciudad. Algo así como lo de “año nuevo, vida nueva”, pero en “ciudad nueva, vida nueva”. Ya saben: hice repaso de todas mis malas costumbres y busqué formas de mejorarlas. Así, hubo varias cosas que me propuse y que buenamente he conseguido. Otras siguen en la lista de pendientes:
1. Leo más. No es difícil, porque en los últimos tiempos de mi curro anterior, no tenía tiempo ni de existir, y cada vez leía menos. Aún tengo que buscar más tiempo para leer, porque sobre todo leo en el metro y no lo uso mucho tiempo al día. A ver si me camb io a un curro que esté más lejos o vuelvo a instituir lo de leer antes de dormir, jaja. En cualquier caso, tengo mi ratillo para leer y me estoy leyendo un libro bastante majo de egipcios. Y me espera la continuación de la saga de Ender, que sólo he leído el primero.
2. Me he apuntado a un gimnasio. Quiero ir cuatro o cinco días a la semana, pero de momento sólo he conseguido ir dos de esos cuatro. A ver si la semana que viene pongo más de mi parte en los madrugones. La verdad es que estaba (y sigo estando) muy oxidada y tenía ganas de hacer ejercicio de una vez. Desde que fui a Zaragoza, había abandonado el tema.
3. Quería cocinar más y comer mejor. Esto también va poco a poco. Cocinar para dos o para tres siempre mola más que para uno. Además, se puede tener el frigorífico más repletito. Lo malo es que estoy con pocas ideas últimamente y que a veces estamos muy vagos y nos da por tirar de telepizza, ejem. A eso se añade que Yazston es el mal y que trae cantidades ingentes de palomitas, chocolates, donetes y lo de más allá. Y luego se sorprende de que lo miremos mal...
4. Me falta ponerme con las oposiciones. Muy mal, porque es mi intención principal. Aunque hayan recortado el sueldo de los funcionarios, sep. A ver si hay suerte y desanima a las cienes de tropas que se quieren presentar ahora que no hay trabajo para nadie... Pero bueno, ahora que ya estoy instalada y todo eso, a ver si me centro y me pongo con ellas.
Y hasta aquí el primer avance de progresos. Seguiremos informando. Se me pasan las recomendaciones del día. No puedo dejar de recomendar algo del tan llorado Dio. Como le comenté a Marcos-Indûr, igual yo soy muy macarra, pero las muertes de famosos no me afectan. Y menos la de alguien que ha vivido tantos años y que ha producido tan buena música. Otros mueren antes y no hacen nada por lo que merezca la pena recordarlos ¿no?. Lo mismo pensé cuando lo de Paul Newman... Pero bueno, nunca es mal momento para recordar grandes canciones y mi favorita de Dio es "Don't talk to strangers", así que ahí queda. Acompáñese de un colacao fresquito, que vienen tiempos duros.