dimanche, juillet 22, 2012

Domingo vint i dos de iulio de MCCXXVI: "¡Todo a punto para el Drachenfest (y lo que se tercie)!"

Después de varios meses de preparativos por fin en unas horas salimos para el Drachenfest. Para quien no sepa de qué hablamos, el tema es que vamos a plantarnos aquí para pasárnoslo como hicieron el año pasado y Yazston narraba a su vuelta por aquí. La diferencia es que el año pasado fueron veinte personas desde estas tierras y este año ya somos sesenta. Las últimas semanas han sido de locura: planificando todo lo que teníamos que llevar, cosiendo, comprando partes varias de atrezzo y útiles (como las polainas, la bota, txapelas...), y con la casa hecha un campamento de guerra. Mientras, Yazston ha metido horas intensivas en preparar unas armas que yo no había visto hasta hoy y la verdad es que son chulísimas. Pena no haber llevado la cámara o el móvil esta tarde, pero la verdad es que tiene una pintaza todo lo que tienen preparado en el local. Se ponen los pelos como escarpias de pensar que vamos a ser un buen montón los que venimos desde aquí, ataviados como tercios y armados con las picas y los arcabuces. No os quepa la menor duda de que habrá fotos en grandes cantidades.

Maleta casi a punto... ¡Nos vamos!

Por lo demás, os podéis imaginar que andamos ultimando todos los preparativos, como siempre a última hora, y héme aquí terminando de poner corchetes o cintas a varias prendas. Afortunadamente, de mejor o peor manera, he conseguido terminar todo lo que me había propuesto excepto una casaca que me hubiera gustado hacerle a Yazston. Lo gracioso es que al final la descarté, no por falta de tiempo, sino por falta de telas decentes en Donosti. La próxima vez haré más compras a telas.es, y que les zurzan a las tiendas de aquí, que son caras, sí, pero lo peor de todo ni siquiera es eso, sino que no tienen nada.

Taller de camisas en casa. "Se puede hacer este tipo de cuello, o éste que es más sencillo... y luego están las mangas que se pueden hacer de varios tipos y... joer, qué montón de camisas hemos organizado" 

Turno de camisas y pantalones. Sí, señores y señoras, tenemos la casa hecha un desastre.

Por mi parte, he constatado que quien mucho abarca, poco aprieta, porque de haber hecho menos cosas, no me cabe la menor duda de que hubiera conseguido mejores resultados. Sin embargo, para mí no tenía absolutamente nada que pudiera utilizar en esta ambientación y son cinco días, así que no me servía de mucho hacerme una camisa chulísima y una cuera ideal de la muerte... a ver qué me ponía el resto de los días. A esto se suma que me da rabia hacerme cosas para mí sola y, aunque Rober tenía una buen suministro de ropa entre la que reaprovechó el año pasado y lo que pude hacerle, he aprovechado para hacerle un par de pantalones y otra camisa. Para mí he conseguido terminar de mejor o peor manera tres camisas, un corset, una falda, una cuera y dos pantalones. Obviamente, si no hubiera estado en paro, supongo que me habría hecho las camisas, un pantalón y contenta.

 Corset y falda que me hice por puro interés investigativo en modalidad "foto tuenti": "porque todas tenemos derecho a tener nuestro momento Ana Bolena", o algo. Hoygan, que me saco fotos a mí misma porque me paso el día sola en casa mientras el Bicho anda hacieno armas ¿qué pasa? jajaja. Pensaba que no tendría mucha excusa para ponerme de largo cuando voy de soldado, pero mira, resulta que han hecho un baile de Máscaras y la que me hizo mi prima para el Makimura me va que ni hecha adrede con este traje. Mola.

Sin embargo, lo de "quien mucho abarca poco aprieta" no parece haber convencido a mi pobre máquina de coser, que se considera altamente abarcada y apretada y a día de hoy, digamos que ya no es la que fue. El viernes por la tarde-noche empezó a coser considerablemente despacio. Al menos ha cumplido con gloria y me ha permitido terminar todo lo que quería. A la vuelta, habrá que practicarle cuidados intensivos.

Y poco más, caballeros, una tiene que terminar la maleta, recoger un poquito la casa y partir hacia Alemania. Nos vemos a la vuelta.


 Recomendando un poco de música de la época, la "March pour la cérémonie des Turcs" de Lully, a cargo de Savall, como debe ser. De beber un colacao y hala, en marcha.

vendredi, juillet 13, 2012

Treçe de iulio de MCCXXVI: "Política y Suciedad"

Dice mi madre que hablo demasiado alegremente de política, que no debería poner mis opiniones por ahí, a disposición popular por internet. Es lo que hay, ella es de una época en la que hablar de política y más aún, contra el Gobierno, podía traerle a uno muchos problemas. A día de hoy uno todavía puede poner a caldo al Gobierno en privado, en público tiene que tener muchos amigos para poder permitirse decir lo que piensa. Sin embargo, cualquier día de estos, nuestros comentarios en internet nos pueden terminar por pasar factura. A fin de cuentas todo queda registrado y no sabemos cuánto va a durar esa "libertad" en la "vida privada". Pero bueno, sobre la privacidad de internet ya hablaré en otro momento.

El caso es que a mí no me gusta hablar de política, de verdad. Me pone de muy mala leche discutir con alguien que tenga opinión diferente a la mía y me pone también de muy mala leche hablar con alguien cuya opinión sea idéntica, básicamente porque está la cosa tan mal que hay que tener los nervios muy templados para no querer ahogar a alguien (con nombre y apellidos) para ir relajando tensiones.

Hasta fecha relativamente reciente, yo no hablaba habitualmente de política, ni en público ni en privado y he de decir que, hasta fecha relativamente reciente, tampoco era frecuente que la gente lo hiciera. Que la gente no hable de política no quiere decir que no piense de política. La política, a fin de cuentas, nos incumbe a todos, nos guste o no. Incluso a esos felices que dicen "no, yo de política es que no entiendo nada, no me gusta". Ya, no te gustará, no sabrás quién es el ministro de exteriores o qué hace el Senado (espera ¿esto lo sabe alguien?), pero seguramente te interesará por qué no se firma el convenio de tu empresa, qué impuestos tienes que pagar o qué te cubre la Seguridad Social.

En cualquier caso, no se hablaba tan habitualmente como se hace hoy en día y motivos no nos faltan.

Como la mayoría de la gente que usa internet, una es muy dada a utilizar el feisbúc. De vez en cuando me autopropongo un alejamiento pero ¿qué quieren que les diga? antes lo usaba porque me aburría en el trabajo y ahora que paso tantas horas en casita, por socializar un poco, tan malo no será. El caso es que al principio, cuando lo empecé a usar, se veían comentarios sobre política, pero se veían de cuando en cuando. A estas alturas, lo más habitual es que uno de cada tres (si no más) de los comentarios que una se encuentra en su feisbúc se refieren a política. Hoy había centenares de post (vídeos, comentarios indignados o incluso chistes varios) sobre la anormal ésa de la Fabra, la que nos faltaba, el vivo ejemplo de la clase política que nos dirige. Y es que el verdadero drama al que nos enfrentamos no es el de ser gobernados por malnacidos, que también, sino el de estar siendo gobernados por ignorantes, por incultos y por mediocres. La ministra de trabajo no ha trabajado en su vida, el de economía estuvo de por medio en la crisis de Lehman Brothers y el de cultura era un follonero televisivo. ¿Qué podemos esperar de esta gente? Hijos de papá, gente negada que ha crecido entre algodones y en su puñetera vida ha tenido que hacer una entrevista de trabajo, coger un autobús urbano o plantearse si se puede permitir estudiar un curso o sacarse un carnet. Este país está a reventar de gente muy preparada, que se ha dejado los cuernos por estudiar una carrera o un FP, que ha hecho prácticas, que tiene experiencia acumulada durante años y ahora está en el paro, mientras el Gobierno está plagado de mediocres con buenos amigos. Así nos va.

Manifestaciones, escritos, protestas varias, comentarios que saturan las redes sociales no sirven para nada. Tenemos un Gobierno que se ampara en una mayoría absoluta para hacer lo que les da la gana, pasándose por donde les parece todas las promesas electorales. Y mira que estamos acostumbrados a que nos mientan, pero chico, creo que no había visto semejante cambio tan rápido de lo dicho a lo hecho en mi santa vida. Y lo que nos queda por delante. Vivimos gobernados por una panda de ignorantes y malnacidos, la oposición no hace nada que merezca la pena porque a fin de cuentas, también se están beneficiando del sistema y poco mejor podemos decir del resto de los políticos que se supone que nos representan. No hablemos ya de los sindicatos, esa gente que vive cómodamente en sus despachos y que, aparte de ir vestidos "como si fueran obreros o algo" y llenarse la boca de palabras bonitas, no parece que tengan ganas de hacer algo de verdad y de hacerlo, no en el momento adecuado.

El caso es que, de no hablar de política, ahora quien más y quien menos, no calla. Las redes sociales están a reventar, en las cenas con los colegas sale el tema sí o sí y, maldita sea, hasta las señoras que te encuentras en el autobús o en haciendo la compra están escandalizadas de las medidas que se aplican. Antes no se hablaba de política y ahora se habla y cada vez más, y cada vez es menos raro que la gente hable de "al final habrá que hacer algo" o de "cómo estamos consintiendo esto" y se habla de quemar cosas, y de liarla parda, y de "si hacen oídos sordos a las protestas, tendremos que hacer algo para que les quede claro". Hasta se habla de guillotinas y francotiradores. Y lo más seguro es que al final no se haga nada y sigamos subsistiendo como podamos, con nuestros sueldos mermados, nuestro IVA subido y nuestros derechos sociales exterminados. Eso sí, como se haga algo... va a ser gordo. Y no nos apetece a nadie, de verdad... pero ¿que nos queda?

Pues nah, una tiene mucho que coser que nos queda poco más de una semanilla para el Drachen, así que les dejo con un buen té verde tropical con piña y esas cosas que refrescan, que incluso aquí arriba tenemos más calor del que nos tienen acostumbrados. Para escuchar, les recomiendo a Rockell Blake cantando "Tranquile Sommeil" del Persée de Lully. Buena música para tiempos complicados.

mardi, juillet 10, 2012

Dieç de iulio de MCCXXVI: "De los sanfermines y el respeto al prójimo"

Voz destrozada, pies hechos polvo, cansancio generalizado. Es el parte que registra una servidora después de mi breve paso por los Sanfermines 2012. Un año más me he podido asomar por ahí pero no he podido alargar la fiesta tanto como me hubiera gustado. Este año no me puedo quejar de distancia, ni de incompatiblidad laboral, y reconozco que me había planteado bastante quedarme un par de días más. Sin embargo, con el Drachenfest encima y mucho curro por delante, después de una honda reflexión, no me ha quedado otra que asumir que era mejor volver a Donosti para seguir cosiendo. Además, todo sea dicho, hay que tener buen bolsillo para aguantar la fiesta todos los Sanfermines y me gustaría reservar algo para el Drachen y para alguna escapadilla en agosto. También es cierto que cuando se va para todos los días, se suele llevar otro plan... se come más en casa de los padres o en las de colegas, se compran bocatas y bebida en sitios civilizados... esa clase de cosas. Y es que se le queda a uno buena cara de póker cuando va a pagar dos katxis de cerveza y una cocacola y le dicen que "veinte cincuenta".

En cualquier caso un año más no me he querido dejar de disfrutar un par de días por ahí. Es un asco ir en fin de semana porque todo está mucho más saturado pero, por otra parte, supone una gozada aprovechar para ver a la gentuza que anda viviendo fuera y a la que es difícil dver durante el año. Son los días de "los exiliados", como dijo aquél. Además, este año ha tocado que el día seis y el siete han sido viernes y sábado, y son los mejores días. El mismo jueves a mediodía llegué a Pamplona y nos volvimos el domingo después de comer, tras un par de días de mucha tralla.

Y es que, como suele suceder, ha habido de todo.

Lo bueno ha sido lo de siempre: por encima de todo, disfrutar de la fiesta con las personas importantes. Siempre queda en el tintero quedar con éste o con éste otro, o se echa de menos a aquél que no ha podido venir, pero este año, en concreto, he tenido la suerte de disfrutar de la compañía de mucha gente que llevaba tiempo sin ver, así como compartir la fiesta con los que sí tengo la suerte de ver habitualmente (a alguno todos los días, jajaja). Muchos nos hemos juntado y nos lo hemos pasado realmente bien: de pintxos, de farra o de desayuno, cualquier opción ha sido buena.

Ha sido tremendo, además, como decía, poder participar en los actos de los días seis y siete, que siempre son los mejores. Desde el almuerzo sanferminero hasta la procesión del día siete, pasando por el txupinazo, las dantzas de la plaza de los Fueros o la farra a la salida de las peñas. A todo trapo aprovechando todo lo que se celebra de día (aunque también hubo farrote nocturno, claro), que es lo que más mola.

Sin embargo y, como digo, desafortunadamente no todo ha sido bueno, aunque dentro de lo que cabe, nos lo hemos tomado con humor y no hemos permitido que nos fastidie la fiesta. El día seis se pretendió, una vez más, recuperar una parte de la fiesta que por desgracia lleva muchos años sin poder llevarse a cabo como debe, que es el Riau Riau. Para los profanos, el Riau Riau viene a ser simplemente el acto de acompañar a la corporación desde el ayuntamiento hasta la iglesia de San Lorenzo, donde van a escuchar la misa de la víspera de San Fermín. Esta tontería tan tremenda pasó, de ser el acto solemne que debió de ser en su día, a la fiesta del milenio, puesto que se les acompaña cantando y bailando, en plena farra total, mientras desfila la banda de música de la Pamplonesa, la comparsa de Gigantes y lo de más allá. Una fiesta bonita en la que van desde el abuelo con el nieto hasta el que lleva empinando el codo desde el almuerzo de por la mañana (a menudo incluso iban juntos los unos con los otros), independientemente de edades, intereses o ideas políticas. Pero hete aquí que por lo visto eso molesta a mucha gente y hace ya varios años que se empezó a suspender por culpa de cuatro imbéciles que impedían la salida de la corporación del ayuntamiento, reventando todo el acto. Dadas las circunstancias, en un momento dado, directamente pasó a ser eliminado del programa. Triste, cuando posiblemente debió de ser uno de los actos más bonitos de las fiestas, pero así de incivilizado es el ser humano.

En los últimos tiempos ha habido varios intentos de recuperación del Riau Riau, primero a cargo de grupos de jubilados y después, además, con la participación de la banda de música en un acto que, se seguía llevando a cabo fuera de programa, por iniciativa popular y sin la participación de la corporación (que iban a la misa en coches y por otro camino). Pues bien, el actual alcalde de Pamplona, el "señor" Maya, dijo ya hace un tiempo que su intención era recuperar el acto. Tristemente, del dicho al hecho...

El seis de julio a las cinco y media de la tarde estaba congregada ahí una cantidad de gente similar a la del txupinazo, con la diferencia de que había un ambiente mucho menos "movidito", hasta el punto de que la gente se animó a ir con abueletes, críos y de todo. La gente estaba cantando como si no hubiera un mañana, había un ambiente impresionante. Cuando salió la banda de la Pamplonesa, la gente cantaba tan fuerte que ni se les oía, así que la banda intentaba seguir la canción cuando la gente la cantaba a su bola. Impresionante, de verdad. Aplausos a la Pamplonesa, muchísimos aplausos a los Gigantes cuando aparecieron... parecía que, a lo mejor, incluso podríamos disfrutar de un acto que hacía mucho que no existía. Pues no, señores, en un momento dado, una panda de imbéciles (porque no se les puede llamar de otra manera), que eran cuatro o cinco, porque no eran más, decidieron arremeter contra el cordón policial que rodeaba a la banda y liarla parda, tirando cosas, a puñetazos y lo de más allá. Y así es como bastan diez minutos para que se vaya todo a tomar vientos. La banda se metió adentro y veinte minutos después, se anunció por megafonía la suspensión del Riau Riau debido a los altercados.

Y ¿qué quieren que les diga? mi cabreo es, sobre todo, para los anormales que decidieron cargarse la fiesta porque les daba la gana, pero no dejaría fuera de castigo al Ayuntamiento de Pamplona. Una vez que la gentuza fue dispersada no hicieron mayor ademán de salir ni por ver qué pasaba. En tiempos se suspendió varias veces, sí, pero al menos intentaban salir tres o cuatro antes de confirmar que no se podría. Y yo creo que el otro día podía haber salido adelante. Por otra parte, han sido muchas las cartas en los periódicos de gente que no entiende cómo se pueden dispersar broncas mucho más gordas en partidos de fútbol y demases y en cambio cuatro imbéciles se pueden cargar una celebración acordonada por policías. Si queremos pensar bien, podemos hablar de falta de previsión. De fíjate, es que no se les había ocurrido que se podía armar bronca. Claro, se montaba con Chourraut, pero con el señor Maya no se iba a montar. Cabe esperar que, a día de hoy, en plena crisis (no en tiempos de bonanza como antaño), con la gente muy descontenta por la pésima gestión del Ayuntamiento de Pamplona, con UPN gobernando en minoría, resulta que a nadie se le iba a pasar por la cabeza liarla. No justifico a los que la liaron, Dios me libre, pero si los señores de protocolo y el señor Maya tienen dos dedos de frente, se les podía haber ocurrido desarrollar una estrategia que impidiera que se reventara la fiesta. Tristemente, esto nos lleva a pensar (pensando mal, sí) que en cierto modo no les parecía tan mal que se interrumpiera el Riau Riau, para poner de manifiesto que en Pamplona sigue habiendo mucho subnormal suelto y erigirse en salvadores del Reyno y todo eso. Por la noche ya se comentaba eso de "a saber si hay más de un policía infiltrado entre los que reventaron el Riau Riau. Yo he de decir que tristemente conozco de tercer oído a uno de los imbéciles que la liaron y no era precisamente policía, sino que ya arrastra varios juicios por kale borroka, además de ser un anormal reconocido en Pamplona. Pero nada de esto quita que poco empeño puso el Ayuntamiento en prevenir altercados y en intentar continuar con la celebración.

Sin embargo, y por encima de todas las cosas, mi cabreo va por esos subnormales que tardaron unos minutos en mandar a tomar vientos una celebración en la que estábamos participando todos, como antaño, independientemente de ideas políticas, edades o posición social, maldita sea. Dejando de un lado odios y tonterías por el mero hecho de pasarlo bien. Que es un día, malditos sean, un miserable día. Que tienen todo el año para manifestarse, dar alaridos o tirar tres tartas a la Porcina, como hicieron aquéllos que fueron tan aplaudidos (y que ahora parece ser que igual van a la cárcel por tan tremendísimo delito). Que una cosa es que aprovechen para gritar mierda contra el ayuntamiento aprovechando las circunstancias, pero de hacer gritos jocosos a entrar en acciones violentas hay un trecho.

Lo que más me revienta de esta gente es que monten ahí su discurso de libertad. De libertad para los presos, para los navarros, para los oprimidos y todas esas mierdas. Anormal, si no sabes respetar la voluntad de tus conciudadanos, si no sabes respetar que a lo mejor hay gente en el mundo que quiere disfrutar de la fiesta de la que, paradójicamente, es la tierra que tanto dices defender, si tienes que imponer tu opinión a costa de todos los demás (de tus amigos, de tu familia, que quizá estaban ahí metidos, con críos y de todo), plantéate cuál es tu concepto de libertad y no nos toques las narices con toda tu mierda.

Añadiré que no he vuelto a ver las fotos y no me fijé en el momento, pero me dijeron que uno de esos cretinos llevaba un blusón de la peña Alegría. Es MUY gore que ostentes el blusón de una de las peñas de esta ciudad a la hora de reventarnos la fiesta. Oí decir el sábado "ójala lo cojan entre todos los de la peña y le den una somanta de hostias". Y chico, no lo harán porque, a diferencia de ese sujeto, afortunadamente, la mayoría de la gente tiene mucho civismo, pero el muy cerdo casi lo pide a gritos.

Lo dicho... aunque el nivel de cabreo a eso de las seis era supremo, afortunadamente, no le dimos muchas vueltas y hoygan, disfrutamos como enanos el resto del tiempo que estuvimos por esas tierras.

En fin... recomendando una buena cerveza (no paguen 10 euros por ella, hagan el favor) y el vals de Astráin, a ver si hay suerte y algún año llegamos a bailarlo durante cuatro o cinco horas a lo largo de todo el recorrido del Riau Riau, como se hacía antes que, por lo visto, la gente era más civilizada o algo.