dimanche, juillet 24, 2011

Vint y quatro de julio de MCCXV: "Calma Total"

Esta mañana, después del trote de los últimos días, me he despedido de toda esta gentuza que se larga de camino a la Drachenfest, gruñendo de envidia. Me he perdido muchos vivos a los que he querido ir y me he pegado grandes curradas preparando jornadas o eventos a los que sí he ido pero, por primera vez en mi vida, llevo meses preparando material para un evento en el que no puedo participar... y es como raro. No es que me haya pegado una currada espectacular, pero sí que se ha extendido a lo largo de semanas... A fin de cuentas, los últimos fines de semana han estado bastante ocupados y entre semana tampoco dispongo de mucho tiempo. A lo tonto llevo como un par de meses o más preparando la ropa para Yazston. Al final he conseguido terminarle una camisa con cuello a la valona y una cuera. Me hubiera gustado hacerle otra camisa algo más sencilla y unos pantalones que tampoco habrían supuesto mucho más tiempo en caso de tener otros horarios, pero tendremos que dejarlo para más adelante. Si el año que viene el plan vuelve a ser ir de tercios, supongo que se los haré.

Yazston pertrechado para la batalla. Creo que él estaba convencido de que no le terminaría el traje, pero estaba todo fríamente calculado, jajaja. Como llevo dos semanas diciéndole... "si es que en realidad no queda nada, si podría montártelo hoy si lo necesitaras mañana, pero ya que lo hacemos, lo hacemos bien", jajajaja. Reconozco que si hubiera tenido dos semanas más, habría seguido haciendo apaños y me hubiera quedado más satisfecha, pero estoy bastante contenta con el resultado. La daga y la ropera, del maestro Savo, ése sí que es un grande.

El caso es que no es la primera vez que paso los días previos al evento cosiendo como una descerebrada y ultimando cosas. Esta vez, como no me he cansado de repetir, hace como dos semanas que estaba todo casi acabado. Sólo quedaba poner el cuello a esto... rematar esto otro... llevar todo a remachar... comprar cordoncillo... cosas tontas de todo tipo pero a las que hay que dedicar un poquito de tiempo. Y, entre unas cosas y otras, nunca se lo dedicaba. Tampoco diré que me haya entretenido en unas cosas y otras por obligación, todo sea dicho... acompañar a Rober a los talleres del maestro Savo, echar un cafecillo con Nuria o unas cervezas en la playa mientras íbamos a un concierto que me interesaba un pie han venido estupendamente para relajar el ambiente pero a lo tonto, llevo como dos o tres semanas con la cabeza pendiente de "tengo que hacer esto y esto otro", haciendo planificaciones de tiempo y tareas mientras estoy en el curro y yendo y viniendo de tienda en tienda. Hoy, de repente, me encuentro con que no tengo nada que hacer y eso es lo raro. Lo normal es pasar estos días de saturación (de mucha mayor saturación, todo sea dicho) y luego coger las cosas, marcharme y volver dos días después reventada y viendo la casa hecha un Cristo. Esta vez me encuentro aquí solita en casa y sin nada que hacer por primera vez en semanas. Es tan raro que llevo todo el día pensando "no debería estar aquí tirada, tendría que hacer... ah, nada, no tengo que hacer nada", jajaja. Admito que sí tengo la casa hecha un Cristo, pero hay tiempo para recogerla, ejem.

Fin de semana largo, porque además aquí Santiago es fiesta (primera fiesta en meses, maldita sea). Dos días completos de relax absoluto, dedicados a ver películas, dormitar, leer, rascar las orejas a mis gatas, marujear por internet y vegetar en términos generales. Son fiestas en Rente y estos gañanes de Atlas se lo están pasando en grande preparando chocolate y bebiendo cerveza hasta las mil, pero la verdad es que por pimera vez en semanas tengo la excusa perfecta para pasar el fin de semana completo haciendo el vago en casa en pijama. Además, ahí fuera está cayendo el Apocalipsis y no vean lo bien que acompaña al té casero y al libro y la mantita (esto SÍ es un verano).

Y poco más. Viene a ser un previo al mes de vacaciones que se me viene encima después de cuatro días laborales que pasaremos como podamos y en los que intentaremos no matar al jefe ni quemar la empresa. Y van a ser unas vacaciones merecidísimas porque, con tanto cambio de curro y de ciudad el año pasado, llevo sin tener semejante lujo desde 2009 y para éstas tengo la agenda tan saturada que no sé si voy a tener tiempo de hacer todo lo que pretendo. Se pueden imaginar: papeleos burocráticos, búsqueda de un trabajo con mejor horario, leer, ver alguna serie de mi inmensa lista, ver películas también de otra lista igualmente inmensa, jugar por fin a la Xbox, dormir mucho, volver a hacer ejercicio, pasear por la playa... y hacer un par de escapadas que tenemos planificadas (a Salamanca y a Carcassonne) y que tengo muchas ganas de hacer, a falta de un viaje en condiciones. Tengo que coser, también, porque en octubre nos vamos al vivo de la Leyenda que organiza Colesterrol y al que tengo muchísimas ganas de ir. Como no tengo medida, ya he prometido hacer seis kimonos, que no es ninguna broma, así que no puedo tardar mucho en ponerme manos a la obra. Con tiempo libre, ya será otro tema pero, lo dicho... es un mes, que parece mucho, pero que se pasa rápido y más con todo lo que tengo pendiente.

Dicho esto... vuelvo a donde estaba, a seguir leyendo "El espino de plata", que se está poniendo truculento con ganas y últimamente sólo he podido leer en el trayecto del autobús. Me despido recomendando un Earl Grey con leche y un poquito de canela y una canción que me encanta, el "Stirb Nicht Vor Mir" de Rammstein, con la colaboración de Sharleen Spiteri (la de "Texas"), cantante que siempre me ha gustado mucho no, lo siguiente.

vendredi, juillet 15, 2011

Quinçe de iulio de MCCXV: "Tú, me caes mal"

Las personas, en general, somos una bonita colección de defectos, manías y cosas intolerantes para el resto. Cada cuál arrastra las suyas: uno es molesto porque se pega el día cantando, otro porque no puede parar de hablar sobre sí mismo, ése huele mal, el otro está seriamente convencido en que es el mejor en todo y el de más allá simplemente es pesado. Yo siempre suelo decir que cada cual aguantamos, sobrellevamos o incluso nos la refanfinfla determinado número de manías y defectos del prójimo, pero cada uno aguanta las que aguanta. En mi caso, de las nombradas, no soporto al que está convencido de que es el mejor en todo, al que huele mal y al pesado. El que habla de sí mismo me da igual y al que canta lo ignoro que da gusto (aunque en tiempos quería asesinar a mi hermano porque se tiraba el día haciendo ruidos con todo lo que pillaba).

Por esto, gente que a unos nos cae estupendamente bien no es soportada por otra gente y hay quien, como yo, tenemos un índice de tolerancia bastante reducido. Esta perogrullada es un previo a comentar que una de las cosas que más me hartan y menos aguanto en este bendito mundo es la gente que no sabe ser feliz con lo que tiene y encima consideran que tienen que contarlo a todas horas. Ya saben: son los únicos en este mundo que trabajan, son los únicos que tienen problemas familiares o amorosos (ambos, de hecho), sus enfermedades son las peores, extrañas y más dañinas, se aburren por las tardes y el mundo ha cometido una tremenda injusticia al no considerar su enorme talento (porque, además, siempre son los más trabajadores, los más comprometidos, las mejores personas del mundo... pero sólo les devuelven hostias por ello). Que no digo yo que no pueda uno tener malos días, claro que sí. Y tampoco que no se pueda lamentar uno en soledad y en público. Que yo soy la primera que pongo en el feisbuc o perforo los tímpanos de los que me rodean diciendo que estoy hartita de tener que cogerme las vacaciones que me asigna la empresa, que tengo poco tiempo para hacer lo que me gusta, que me muero de sueño o que me duele el pie pero, maldita sea, no lo hago todos los días, a todas horas y con todo desconocido que engancho por el brazo.

Todo el mundo tiene derecho a pasar una mala racha y lloriquear por ello, pero una cosa es eso y otra muy distinta lloriquear toda una vida porque la suya es la peor que existe. Maldita sea, si no les gustan sus trabajos, sus horarios, sus novios y lo de más allá ¡¡¡que cambien de vida!!!. Joer, que no es tan complicado echar curricula por ahí, viajar, ver mundo, abrirse de mente (que no es lo mismo que ¡abrirse, demente!), aprovechar el tiempo libre, disfrutar de las pequeñas cosas y estar muy, pero muy agradecido a la gente que nos rodea y que hace que nuestra vida sea infinitamente mejor. Y al que no le guste la gente que le rodea, que se rodee de otra y nos deje al resto en paz.

Como ya digo, cada cuál aguanta del prójimo lo que le parece y lo que no, mala suerte. En este caso yo aguanto al que habla de sí mismo o al que canta, pero no al que me pone la cabeza como un bombo cada vez que lo veo asomar porque su vida es la peor del mundo.

Terminaré insistiendo que esto no va en contra de gente que está pasando malas rachas, que sé de un par que seguramente me lean y lo mismo piensan que va por ellos. No es así. Afortunadamente son personas que saben apreciar los buenos momentos y no llevan llorándome desde que los conozco (y va para unos cuantos años). Y no hace falta decir que les agradezco que me lloren todo lo que quieran y necesiten, que para eso sí estamos los amigos.

Pos nada más, que voy con prisa. Recomiendo a David, que es el único que aprecia mis recomendaciones de té, un té rojo rico, rico como el que nos trajeron Raziel y Nuria de Dublin (os lo pongo cuando vengáis, si me lo recuerdas, jaja). Al resto buena música y ya que estamos... seguimos con Amorphis y su nuevo disco. Recomiendo "Battle for Light" porque es un comienzo impresionante.

lundi, juillet 11, 2011

Doçe de julio de MCCXXV: "Viva San Fermín, Gora San Fermín"

Lunes, siete y cuarto de la mañana. Suena el despertador. No me lo puedo creer... ¡acabo de cerrar los ojos!. Sueño, mucho sueño, las miserables horillas que llevo en la cama no han servido de mucho. Sueño, dolor de garganta, afonía, espalda cansada, tripillas algo revueltas. Los Sanfermines han dejado huella . Ya no estamos para estos trotes, dicen... pero mola.

Dicen por ahí que en la adolescencia y post-adolescencia se utiliza toda la semana para reponerse del finde y cuando eres más mayor es al revés, se utiliza el finde para descansar lo de la semana. Ambas deben de ser opciones muy razonables, en serio, pero nosotros últimamente llevamos una espiral de desenfreno que nos impide descansar el finde lo de la semana ni la semana lo del finde. Está muy bien ¿eh? pasárnoslo, nos lo pasamos divinamente. El problema que es que yo, personalmente, ya no puedo ni con mis tabas.

Si en invierno me pasé un poco de hibernación, en verano me está pasando lo contrario. Los últimos findes han tenido de todo y en buena cantidad: cenita-desfase en Pamplona con mi hermano, mis primos, Paula y Marcelo, juerga pre-Sanmarcialera en Irún (algo deslucida por un asunto relacionado con una cena muy mal servida y unas hojas de reclamación), cenita en casa (en teoría para celebrar la vuelta a casa de Raziel y Nuria, aunque también sirvió para celebrar el cumple de Rober y para que el vino, los cócteles y los cubatas corrieran de mala manera) y, finalmente, Sanfermines.


El año pasado me quedé sin pisar Pamplona en fiestas "por problemas estructurales", por así decirlo, y hacía mucho, pero mucho tiempo que no me perdía unos Sanfermines enteros. Este año tampoco he podido coger un sólo día de fiesta en el curro (cosa que me toca la moral infinitamente) pero al menos he podido pisar el territorio patrio el fin de semana. Y es que lo malo ahora ya no es vivir en otra ciudad, porque estoy al lado, sino no poder disponer de días de vacaciones. Peor hubiera sido estar en Pamplona y trabajar, a fin de cuentas. Pero bueno, más vale un finde que lo que padecí el año pasado y la verdad es que le hemos sacado bastante rendimiento. Pena que se me quedó cortita la farra del sábado porque nos dispersamos del grupete de Mikel y luego ya no nos pudimos volver a reunir (ainnns). Eso sí, el domingo nos resarcimos levantándonos prontito para visitar bares de pintxos (Bardet, sé que estás ahí... sí, hay bares de pintxos en Pamplona, he dicho, haz el favor de venir a comprobarlo).

Pues eso, poco tiempo pero bien aprovechado. Al menos nos dio tiempo para catar un poquillo de todo... farra noctura, farra del metal en el Atxiki, farra con las peñas a la salida de los toros (incluso se planteó que fuéramos a los toros... cosa que a mí no me interesa lo más mínimo salvo por la juerga que lleva esta panda de desarrapados, que me parece a mí que si no les ponen toros delante ni se enteran), algún cubatilla en casa de Mikel, bocatas por ahí, buena cerveza, mala sidra y peor vino (y muy frío), un concierto de Söber al que yo no habría ido por voluntad propia pero donde me lo pasé realmente bien (hacer el gañán con Rober, Homer y Mikel algo debió de tener que ver), el club de la lucha protagonizado por unos criajos en mitad de la Plaza San Francisco (este espectáculo no estaba en nuestro planning, pero fue, er... "curioso", "curioso" es la palabra), pintxos por Pamplona, un paseo tranquilo por las murallas, una visita al Vienés, ver a "la mejor txaranga del mundo" versionando tremendamente bien canciones de Abba o de Off Spring (o la cancioncilla de la Century Fox, os lo creáis o no)... así, en general, de todo y bien servido. Y sobre todo, como no podía ser menos, en la mejor compañía.

Eso sí, me faltó poder quedar con algún que otro ciudadano patrio... eché de menos echar algún café con Álvaro o con Cecilia, encontrarme por ahí con Fingolion o echarme unas risas con Urko, Manu, Melkia y Xabi (que hace mil y pico que no os veo). También eché de menos ir al encierro de empalmada o a las dianas, o salir de farra con las peñas por la mañana, pero lo dicho... el tiempo dio para lo que dio y me parece a mí que tampoco es para quejarnos.

Sólo espero que el año que viene tenga días de vacaciones de "libre distribución" para poder sacarles un poco más de miga a los Sanfermines. Jos, que tampoco pido los nueve días (aunque no diría que no, faltaría), pero aunque sea poder estirar a cuatro o cinco habría sido una gozada.

Pues eso, fin de semana agotador pero que, contra todo pronóstico, me ha servido para reponer pilas. Y es que he empezado la semana hecha unos zorros y sin condenada gana a trabajar, pero qué queréis que os diga... con una sonrisa de oreja a oreja. Al menos he recargado fuerzas para sobrevivir sin asesinar a nadie durante las tres semanas que me quedan antes de unas merecidísimas vacaciones.

Y dicho esto... me despido tomándome un rooibos struddel y con una recomendación musical. Esta vez no es una canción, sino un disco. Un discazo, mejor dicho. Y no es otro que el último de Amorphis: "The Beginning of Times". Tenía mucho miedo de escuchar algo nuevo de esta gente considerando lo tremendos que son los tres discos anteriores que tienen. O quizá más que miedo, lo que tenía es poca gana, pereza, no sé... quería poner Amorphis y me ponía el "Silent Waters" mucho antes que conocer nada nuevo y que fuera peor, jajaja. Pues bueno, después de no parar de escuchar el último disco en los últimos días... confirmo que está completamente a la altura de los anteriores por difícil que parezca. Así que ya sabéis... aunque ya sé que no me hacéis ningún caso en las recomendaciones, malditos.

mardi, juillet 05, 2011

Çinco de julio de MCCXXV: "Sun always shines on TV"

Últimamente me está molestando que pongan hasta en la sopa a A-ha, concretamente "Take on me" (parece que nunca han hecho otra canción). Me resulta molesto que este grupo haya permanecido en el olvido durante veinti tantos años y ahora lo sacan como si molara escucharlo, maldita sea.

Y es que en su día fueron condenadamente famosos, mucho. Pero "su día" fue allá por 1986, cuando sacaron su primer disco y triunfaron de mala manera con aquel vídeo musical que todos recordamos. No fue entonces cuando me enganché yo al grupete, sino bastante más tarde. No diré que no estuve fascinada como todo hijo de vecino con aquel pedazo de vídeo, con unos efectos dignos de admiración para ser hecho en plenos ochenta. Por aquel entonces, recordemos, la cultura del vídeo no estaba muy desarrollada y en general se veía bastante mierda. Había un programa llamado "Trash" en alguna televisión alemana dedicado en exclusiva a sacar a la luz algunas de estas joyas... pero no nos salgamos del tema. Me encantaba el vídeo cuando era una criaja, a quién no. Creo que me tiré tiempo mirando con suspicacia los cómics de X-Men (entonces "La Patrulla X") a ver si Long Shot también se salía de las viñetas. No lo hizo, por cierto.

Los conocimos por aquel entonces, pero los redescubrí algunos años después, no sé cuándo, creo que tendría trece o catorce años. Recuerdo cuando sacaron "Crying in the rain" e incluso se escucharon, algo, en la radio. No mucho, desde luego. Son un grupo que han conservado fans durante años, pero que no han vendido como churros ni han recibido una gran promoción. Al menos no en este país, en otros no me he molestado en saber. Recuerdo cuando salió esta canción porque conseguí grabarla en la radio, junto con un fragmento de la siguiente canción del disco, "Early Morning", una de mis favoritas, que se les debió de escapar o algo. Ah, esos tiempos en los que no existía internet y la paga de los domingos no nos daba para comprar todo lo que queríamos... tiempos en los que se guardaban en TDK la música buena y en Maxwell y otras marcas baratas, la menos importante. Recuerdo un día en el que estaba lloviendo de mala manera y nos metimos en el Supermercado del Casette (mítica tienda pamplonica) a refugiarnos. Se me ocurrió preguntar, "por preguntar" si tenían el primer disco de A-Ha y curiosamente lo tenían ahí todo polvoriento en algún armario de estos que tenían en esa tienda, era la última cinta que les quedaba. Llevaban como seis o siete años sin venderla, seguramente.


"Sun always shines on TV" me recuerda al verano, (debe de ser que me puse las botas de escucharla algún verano), a comer helados y a pasar horas escuchándola mientras jugaba al Prince of Persia en el ordenador.

Recuerdo cuando, por una vez en su vida, mis amigas acertaron con el regalo para mi cumpleaños y me regalaron un disco de A-Ha que acababan de sacar, "Memorial Beach" (y que, por cierto, no he vuelto a ver casi, no veáis lo difícil que es encontrar música de este disco por ahí. Recuerdo haber bailado durante horas (porque yo bailaba mucho, pero mucho, debía de parecer que estaba más loca de lo que estoy) "Locust" y "Lamb to the Slaugther", que me encantaban. Recuerdo cantar como una posesa "Cold as Stone", o susurrar por la noche, mientras me conectaba al IRC en el canal #Tierra_media "East of the Sun, West of the Moon", esperando no hacer más ruido de la cuenta por si mi madre me pillaba. Recuerdo, maldita sea, incluso los nombres de los tres componentes del grupo, pese a que rara vez me molesto en aprenderme o recordar los de ningún grupo. Básicamente porque hubo un tiempo, cuando era una criaja, en el que aquello debía de ser importante y Morten Harket era algo así como el hombre de mi vida. Qué majo él y qué voz tan portentosa tiene.

Recuerdo A-Ha a lo largo de toda mi vida, en pequeños fragmentos. Los escucho a temporadas y generalmente no es un grupo del que suela hablar, porque básicamente nadie suele escucharlos. Me sorprendió mucho y gratamente saber que Cipo y a Nienna también eran devotos. Odié a Nienna porque fue a verlos en Barcelona, todo sea dicho, pero la odié desde el respeto, que conste en acta. Quién sabe, quizá algún día vuelvan a pasearse. Ríanse ustedes de estas "giras de despedida". En cualquier caso, hasta la fecha, eran un grupo en general bastante olvidado. Hasta la fecha, hasta que resulta que ahora se ponen de moda y me los ponen en anuncios en la tele y en la emisora de radio que ponen en mi curro. ¿Y saben qué? que me molesta, pero me molesta tremendamente. Y el caso es que lo que me molesta no es que se les haga caso ahora o que gente que no los haya escuchado en su vida decida empezar a hacerlo. En general, eso me la refanfinfla, me da igual, que cada cual escuche en su casa lo que le salga del pie y si es malo, que no le ponga mucho volumen, gracias. No me molesta que cosas que me gustan se pongan de moda. Sin embargo, me he dado cuenta de qué es lo que me molesta de toda esta historia. Me molesta que a fin de cuentas tengo la impresión de haberlos escuchado sólo yo en todos estos años (bueno, y Cipo y Nienna, pero tampoco hemos hablado tanto del tema, jajaja), y los tengo unidos a cientos de miles de recuerdos de mi vida (y soy una friki, sí). Me molesta que me los expongan cuando les da la gana en cualquier circunstancia. ¿Se dan cuenta? Es como si me echaran mis recuerdos, mis pequeños tesoros a la cara, como poner el telediario y ver mi foto de la primera comunión o algo así. Maldita sea, ya sé que es ridículo, pero es condenadamente molesto.

Recomendando un té Earl Grey (sí, Lothi, a mí también me gusta y además tenemos ahora la lata de Kushmi en casa, jajaja) con algo de A-Ha, por supuesto (como ya he dicho, no estoy en contra de que los escuchéis, no me los guardo para mí ni nada parecido, jajajaa), quizá "East of the Sun, West of the Moon", que llevaba mil sin escucharla.