vendredi, février 27, 2009

Veinte y siet de febrero de MCCXXIII: "Ludopatía in extremo"

Suavizando un poco el tono del blog (y batiendo un montón de records personales en publicación de entradas por mes)... hablemos un poco de ludopatía. Son las seis de la mañana, acabo de volver de casa del abuelo Fëanor después de batirnos durante largas horas con el felfo, Nando y Clara en una gran batalla por dominar Italia. No había jugado nunca al Machiavelli (de hecho, de los cinco participantes, sólo Fëanor había jugado) y puedo asegurar que hacía la tira que no disfrutaba tanto con un juego de estos "tipo risk". De los muchos tipos de juegos de mapas que circulan, éste es de los que permiten periodo de diplomacia con los demás jugadores. Ya saben: pactos, alianzas, puñaladas traperas... esas cosas. El juego ofrece posibilidades de invasiones, diferentes tipos de ejércitos, guarniciones y perrerías varias a la hora de operar: se puede conspirar y sobornar a los ejércitos del enemigo. Se pueden pedir préstamos a la banca (malditos judíos usureros) y quedar completamente endeudado (y sufrir las consecuencias). Si a esto sumamos que prácticamente no hay tiradas de dados, el juego resulta muy original, porque las alianzas con otros jugadores resultan imprescindibles. Y claro, ningún jugador puede ser fiel a todos sus pactos, jajaja. Eso sí, habré de decir que la más trapera de la noche he sido yo, que he vendido a Clara de la peor de las maneras y encima, por un error de desconocimiento de reglas, me he metido con ella en unas guerras terroríficas que siempre quedaban en tablas, jajajaja. La próxima vez haré la puñeta mejor.

La cosa ha gustado, pese a que el desconocimiento de reglas nos ha llevado a todos a cometer gloriosas meteduras de pata. Sabiendo jugar, tiene que ser impresionante. El caso es que, como el juego ha triunfado, hemos decidido comenzar un
a partida por e-mail. Con juegos tan largos como este, la verdad es que jugar por correo puede ser más que interesante. En modo presencial es realmente chungo terminar sacar tiempo para terminar una partida, porque se pueden eternizar más que mucho. La de hoy ha tenido que ser abortada porque teníamos la cabeza ya espesísima. Nunca he jugado una partida de estrategia por mail, así que a ver si de verdad la llevamos a cabo, que como somos unos merluzos... o nos ponemos ya, mañana mismo o así, o no sé si llegará a buen puerto. ¡Espero que sí!

Como ya dije hace un par de post, últimamente la ludopatía friki puede conmigo. Sola o acompañada, igual da. El finde pasado vinieron Diego y Banune y volvimos a repetir el mismo esquema de siempre: viernes juerga, sábado Ikea por la tarde (¡por la mañana estuve con la guapetonísima de Altáriel!) y noche de juegos que tampoco estuvo nada mal. Aparte de una partida de zombies que no nos hizo mucho chiste a ninguno, el resto de la noche (y gran parte del domingo) fue invertido en jugar a un infierno llamado "Jungle Speed" que trajeron estos. Un maléfico y terriblemente adictivo juego de cartas de estos de velocidad y concentración que casi termina con nosotros. De hecho, juraría que se nos pegaron varios tics, jajaja. Si cae en vuestras manos, os lo recomiendo más que mucho. Nosotros tenemos plan de comprarlo en nada.

Pero como no siempre se disfruta de tan gratas compañías, descargo mis ansias ludópatas por otros lados y ahora mismo el que más tiempo me está haciendo invertir es el "Castlevania: Dawn of Sorrow" de la DS. Menuda gozada. No disfrutaba de un juego de arcade de semejante forma desde que nos hartamos de la Sega y me dediqué completamente a los juegos de aventura gráfica, rol o estrategia. Merece la pena un montón recuperar el género, la verdad, y es que los Castlevanias siempre han sido juegos de calidad asegurada.

Por lo demás, no paro
de ver películas últimamente, me estoy poniendo al día con un montón que tenía pendientes. Aunque la verdad es que esta vez mi adicción peliculera viene de la mano de la necesidad (real y psicológica) de hacer punto como una abuela. Por Dios, no hacía punto desde que era criaja. De hecho ni me acordaba de cómo se hacía, pero nada, en un ratillo que me explicó mi madre las cuatro tonterías necesarias en Pamplona, ya me hice mis apaños y una semana después ya tenía terminada mi primera bufanda, jajaja. No veáis qué satisfacción y qué orgullo. Es mullidita, acolchadita y calentita. Me ha quedado majísima, así que la he estrenado y la he llevado unas cuantas veces. Es la mar de "ponible", como dice Sûl, jeje. Por supuesto, no se me habría pasado por la cabeza ponerme al tema de no ser porque necesitaba una bufanda Slytherin para el vivo de Hogwarts (así que sí, lo habéis adivinado, la bufanda es a franjas grises y verdes). Pero oye, resulta que hacer punto es toda una adicción y que por lo visto no se me da nada mal, así que, como he pactado también hacer las bufandas de Diego y Álvaro, tengo trabajo para rato (aunque no por mucho tiempo, la de Diego ya tiene unas cuantas franjas). Cuando termine con esto y con las túnicas que también les dije a Diego y Edurne que les haría (no, no soy tan solidaria, no creáis, a ver si pensáis que me voy a hacer yo la varita y el caldero, jeje), es posible que me plantee sacarle partido a mi recién descubierta habilidad y me plantee hacerme una chaqueta o algo. También es posible que no vuelva a coger unas agujas en la vida, que todos sabemos que vivo en la parra, pero bueno, ahístá la posibilidad.

Y dicho esto, me voy a la camita, que no he puesto la calefacción al llegar y estoy empezando a tener bastante freshko y tal. Y sueño, todo sea dicho. Recomiendo un buen traguillo de aguardiente de hierbas, como el que nos ha ofrecido el patriarca (y vive Dios que ha hecho falta para acompañar ciertos "amargos tragos", ejem) y de música la "Marcia alla turca" de Mozart, que también ha sonado y me he puesto tierna. Buenas noches...

lundi, février 23, 2009

Vint i tres de febbrero de MCCXXIII: "Camino"

Soy una de las muchas personas que no supimos de la película "Camino" cuando fue estrenada en el cine, sino bastante más tarde, con objeto de sus nominaciones -y posteriores premios- en la ceremonia de los Goya. En un principio, todo cuanto había leído acerca de la película era que trataba sobre una niña cuya serenidad frente a su propia muerte impresiona a un centro médico. Me pareció una temática considerablemente atractiva y poco común, así que tenía bastante interés en verla. Poco antes de ir al cine me dijeron que la niña era del opus y tal. No me pareció una cuestión relevante, pensaba que el modo de afrontar la muerte era el tema central de la película, lo que no termina de ser cierto. El tema central es, sin lugar a dudas, el opus dei y sus formas de manipular a sus adeptos. Para quien no haya visto la película, aviso que pienso destripar algunas escenas.


Se ha acusado a la película de malversar y manipular verdades pero qué quieren que les diga, refleja perfectamente la realidad de todas y cada una de las personas pertenecientes al opus que he conocido en mi vida. Desde luego, he intentado en todo momento mantenerme al margen de todo contacto con esa gente, pero haber estudiado y trabajado en instituciones del opus creo que me han dejado las ideas bastante claras. Ese control de la madre de Camino sobre las actividades extraescolares de la niña me recordaron más que demasiado cómo cuando yo era catequista los chavales del opus jamás venían a las convivencias que celebrábamos. Ya no digo apuntarse a grupos de teatro y cosas parecidas (fuente de pecado, ya ven), sino convivencias parroquiales. Recuerdo especialmente cuando la madre de Rosario le prohibió terminantemente venir a la celebración de la Pascua (obligatoria para los chavales de confirmación) porque, según nos dijo a los catequistas "ya sabéis a qué colegio va mi hija, su educación religiosa es más que suficiente y no necesita ir a esos sitios". Por su parte, Rosario se moría de ganas por venir, pero no tenía narices de pedírselo a sus padres. De sobra sabía que no le iba a servir de nada.

Cosas peores se reflejan en la película, y si bien la historia de Camino es dura, a fin de cuentas es una niña cuyas creencias religiosas la ayudan a afrontar la muerte con mayor serenidad. Habría muerto más feliz con las cartas de su chico y el vestido de tirantes y falda corta, todo sea dicho, pero aparte de la manipulación que lleva a cabo su madre con la adolescente, la chica muere feliz, que tiene su mérito. Más dura se presenta la perspectiva de la madre -sola, al final de la película- y de un modo más duro la hermana mayor, numeraria. Ser numerario viene a ser algo así como dejar de pensar por cuenta propia y ceder la voluntad de uno en manos de un tutor. No lo digo porque salga en la película, lo digo porque lo he visto. Me recuerda en todo momento a Cristinita y a comentarios del tipo de "a mí no me prohíben hacer nada, pero yo sé que hay cosas que no puedo hacer, como por ejemplo mirar a ningún chico, no vaya a ser que me guste alguno". Me pareció especialmente ilustrativa esa conversación entre la hermana y su tutora en la que ésta le advierte seriamente contra su familia y sus amigos, con comentarios del tipo de "el Diablo te tienta con lo que más quieres, con tu propia familia, así que tienes que asumir que tu familia de verdad somos nosotros". Lamentablemente eso también lo he visto: gente que pierde todo contacto con su familia y con la gente que lo quiere por entrar como numerarios. Huelga decir que cuando necesitan de verdad el apoyo de una familia o de seres queridos, digamos que no lo encuentran.

Visto desde fuera, pueden parecer -o se suelen comparar- con conventos o monasterios que viven integrados en el mundo laico. En teoría, con objeto de poder hacer un mayor servicio para la sociedad. Quien haya tenido la suerte de estar en un monasterio y haya conversado con frailes y monjas y luego haya estado en un colegio mayor de numerarias puede dar fe de que poco tiene que ver lo uno con lo otro. En el primer caso se nota una atmósfera de felicidad absoluta, de gente que ha renunciado a un modo de vida para optar por otro de servicio a Dios que no cabe duda de que les satisface y les llena de serenidad. Por contra, un colegio mayor de numerarias (de numerarios no puedo hablar, obviamente, aunque no creo que haya grandes diferencias, salvo que ellos no limpian ni cocinan, eso que se ahorran), es el lugar donde se puede encontrar mayor número de tensiones sin resolver camufladas por sonrisitas ficticias. Hagan la prueba y tiemblen. Desde luego, no resulta nada cómodo estar ahí y creo que lo pensamos todas las personas que estuvimos en Goroabe y lo comentamos después. Desde luego, no creo que nadie volviéramos a pisar ese antro después de cuatro o cinco visitas.

Esas y otras cosas se reflejan en la película de un modo que al menos yo no había visto jamás en el cine, así que agradezco mucho a Fesser haber llevado a cabo semejante peliculón, que además está narrado de una forma más que brillante, muy bien dirigido y muy bien llevado a cabo por un grupo de actores que realizan un trabajo realmente bueno.

Al llegar a casa, un tanto impactada por lo que había visto, eché un vistazo por internet, a ver qué contaban sobre la película en un sitio y en otro. Aparte de los esperados comentarios en las páginas de la cope y del opus dei (no os recomiendo mirar esa página, pero vosotros mismos... a las tantas de la madrugada se hacen cosas muy raras), terminé por llegar a la web de la niña en la que se había inspirado -que no basado- la película, Alexia González Barros. Aparte de una breve historia sobre la niña donde no se cuenta nada especialmente relevante para excusar la causa de su beatificación (no se dedicó a expulsar demonios por ahí, ni se le apareció la Virgen ni se bilocaba ni se realizó ninguna clase de acciones que hacen santo a uno... esa clase de cosas que ilustra pefectamente Santiago de la Vorágine en la "Leyenda Dorada", lo normal), hay un apartado especialmente llamativo donde se pide dinero "para la causa de la beatificación". Curioso. Ahora, para hacer santo a uno, resulta que hay que pagar. Eso justifica muchas cosas, no crean ustedes, vean si no la canonización express del amigo Escrivá de Balaguer. Eso sí, la compra de cuestiones espirituales con bienes materiales es pecado, de simonía concretamente, que ha sido condenado y practicado reiteradamente por la Iglesia a partes iguales. Miren, si no, los Hechos de los Apóstoles, donde hay una frase bastante ilustrativa al respecto. No es otro que San Pedro quien reprende a Simón el Mago (padre de la simonía, como ustedes supondrán): "Vaya tu dinero a la perdición y tú con él, pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero" (Hechos 8, 20).


Se podría hablar de esto durante bastante más tiempo, pero ya es bastante largo y tampoco es plan de seguir... quien tenga ganas, que se deleite con un "ponche nórdico" del tea shop, que no se merecen la propaganda que les hago. Para escuchar, recomiendo "Scheherezade", de Rimskiy Korsakov. Buenas noches...

mardi, février 17, 2009

Diez y siete de febrero de mildoscientos vint i tres: El amor de nuestros abuelos

Supongo que con este post me voy a ganar unos cuantos antifans, pero bueno, hace tiempo que no lo hago y eso no puede ser. Me estoy volviendo floja o algo con mis comentarios, jajaja. Nadie se los puede tomar mal ni nada, qué asco, dónde vamos a parar, el mundo está desgobernado y tal.

Mi odio de los últimos tiempos va dirigido letalmente contra lo que yo llamo el "amor made in Hollywood". Y si hace muchos años que le tengo una tirria considerable, últimamente me están llegando noticias o comentarios de personas que por uno u otro motivo están siendo víctimas propiciatorias de algo que se está convirtiendo en un mal endémico en esta sociedad.

Cuando hablo del "amor made in Hollywood" me refiero a todas esas historias de "enamoramientos a primera vista" o de "siempre que nos encontramos tengo mariposas en el estómago" (muerte a las mariposas en el estómago). A esas historias y sensaciones que todo el mundo siente al inicio de una relación (o de un calentón de un día) y pueden durar desde un par de horas a cosa de año y pico. No dura más, es lo que hay. Aunque en el cine se molestan en introducir música de violines y a todo el mundo le parece muy bonito y muy mágico, en realidad, debe de ser la parte del amor que menos magia tiene. Es cuestión química y poco más. Finalizado ese plazo es cuando a media humanidad le da por decir eso de "es que ya no siento lo mismo que antes". Nos ha fastidiado, pues claro que no se siente lo mismo que antes. De hecho, yo no siento lo mismo que antes por mi hermano, ni por mis gatas, ni por mis amigos. Las cosas cambian, las experiencias le cambian a uno y cambian sus relaciones con el entorno.

Cuando dos personas deciden estar juntas, se conocen, se respetan y se comprenden, el amor, necesariamente debe ir a más porque aumentan las experiencias juntos y se han compartido muchas más cosas. No digo que por narices tenga que durar siempre, ni muchísimo menos. De hecho, la experiencia dice que en la mayoría de los casos, tarde o temprano, las cosas se van al cuerno. Hay miles de motivos por los que las cosas pueden estropearse: por problemas de convivencia, por desavenencias en las formas de ver el mundo, por proyectos de vida incompatibles (que pueden ser desde que uno quiera tener hijos y al otro no le haga la menor gracia a que uno sienta la necesidad de largarse a vivir a otra parte y al otro no le apetezca y no se vean posibilidades de seguir), por millones de cosas, pero la mayor sandez es dejar a alguien "porque no se sienten las mariposillas del principio". Me parece de un infantilismo salvaje. ¿Que no se sienten las mariposillas? ¿y qué hay de TODO lo demás?

En cierto modo es un error de la sociedad de los últimos decenios. De la seguridad de poder conseguir fácilmente lo que deseamos aquí y ahora. Se aplica a todos los campos. La gente no quiere estudiar, prefiere aprobados fáciles copiando al de al lado. No se quiere adelgazar comiendo sano, sino con dietas express. No se quiere leer para estar informado, para conocer, sino ver de pasada revistas o magazines televisivos de caca. Se quiere máxima satisfacción al mínimo precio. Desgraciadamente, la satisfacción no es nunca equiparable a la que se consigue con trabajo. Lo que hace unas décadas se consideraba normal, ahora se considera un absurdo. Ya se sabe "los abuelos se quieren porque se han tenido que acostumbrar, tantos años viviendo juntos...", pero la gente no se plantea eso de "los abuelos han tenido sus más y sus menos, pero tenían claro que querían estar juntos y afrontaron todos los problemas que se les presentaron por delante, y aprendieron a quererse" (ojo, que nadie se equivoque, que no hablo de TODOS los abuelos ni alabo la ideología de principios de siglo... que también se podría comentar un buen rato, simplemente alabo la vida que han llevado las personas concretas y que la sociedad ha apoyado).

El problema del amor es que cada cuál otorga ese nombre a algo diferente. Hay quien considera que es el calentón del principio. Otros, de los que también se puede hablar largamente, piensan qué clase de pareja quieren y adaptan la suya a sus deseos. O la manipulan, o viven amargados, que también los hay. Yo soy más afín a la teoría antigua de que es algo que debe construirse día a día, que cuesta lo suyo, que el otro no es un ser perfecto al que se deba idolatrar, sino una persona con las mismas virtudes y defectos que cualquier otra, pero que por el motivo que sea se ha elegido para compartir un tiempo de vida, quién sabe si toda.

Recomendando... un té blanco aromatizado como el que me voy a preparar ahora mismo. Para escuchar prueben con la BSO de "la novia cadáver", que también se las trae. Buenas noches...

vendredi, février 13, 2009

Treze de febrero de mildoscientos vint i tres: "Hammmmbre de rol"

Últimamente me veo rodeada de fanatismo friki. De unos meses a esta parte no paran de salirme propuestas para apuntarme a vivos y quedadas para jugar a cartas y juegos de mesa (maldita sea, Nando, Clara, abue... cuando quiera es hora de que nos organicemos, sigh...). La gente que me rodea no para de hablar de rol, de apuntarse a esto y a lo otro y por Dios que de repente tengo unas ganas fanáticas de apuntarme a lo que sea, jajaja. Casi ni hago distinción.

El hambre de rol en vivo se va a ver solucionado dentro de un par de meses con el vivo de Hogwarts. Es el tercer año consecutivo que se organiza y en los dos anteriores he pasado una maldita envidia cochina por no poder asistir. Considerando que buena parte de los masters son amigos míos y más majos que las pesetas, que tengo amigos que también se han apuntado en otras ocasiones (y renuevan) y lo bien que se lo han pasado los jugadores de ediciones anteriores... este año he decidido que se acabó, y ya tengo a mi pequeña Slytherin dando mal. Por cierto, enhorabuena tanto a la organización como a los jugadores por la actividad que hay en las listas de correo. Quedan dos meses para la partida y todo el mundo está ya roleando (a mí ya me han retado a duelo y nos hemos comido una bronca gorda de los profesores por insultarnos en los pasillos...). La lista de correo parece el foro de un instituto de secundaria. Impresionante.


Más complicado se presenta el de rol de mesa. Por unas cosas y por otras (en general, por lo difícil que es quedar con jugadores que tengan la decencia de aparecer el día que se queda o de avisar a tiempo para cambiar la fecha...), hace la tira que no juego a rol de mesa. Tras las últimas intentonas de vampiro y de ánima, hace mucho que no tengo un grupete decente para jugar y me fastidia bastante, la verdad. Eso sí, hace unos meses y gracias a feisbúc (hay que fastidiarse) reencontramos a nuestro primer master, Santi, "el master primigenio" y tanto él como nosotros tenemos bastantes ganas de hacer partida de reencuentro. Por verse está si la partida será en Zaragoza, Pamplona o Barcelona (porque no nos hemos dispersado ni nada, eso sí, yo insisto en que ofrezco casa grandota y estoy en el medio!), pero en cuanto consigamos compatibilizar agendas nos veremos las caras. Se espera un fin de semana de la muerte, jajaa. Por otra parte, el felfo hace tiempo que quiere organizar otra partida con jugadores de otras tierras. La cosa está difícil, pero si conseguimos regularizar las partidas, puede ser chulo. Total, Nune y Diego están aquí como mínimo una vez al mes, jajaja...

A la vista también quedan los rúnicos, que no tengo claro poder ir, pero la verdad es que me apetece bastante. Hace años y años que no voy y esto también se va a acabar. Y pasado abril, si no se me ha calmado un poquito el hambre rolero que llevo en el cuerpo, empezaré a mirar otras partidas en vivo que haga otra gente (o la misma), a ver si podemos coincidir unos cuantos y nos lo pasamos piño. Yo ya estoy desempolvando el neceser de costura para tenerlo preparado cuando haga falta, jajaja. ¿Alguien se apunta?

Recomendando... "Ash" de Gackt, y un buen té verde con aroma de champán con fresas (por Dios, qué descubrimiento). Tanto lo uno como lo otro lo estoy saboreando en estos mismos momentos.