vendredi, janvier 16, 2009

Diez i seys de januario de mildoscientos vint y tres: "Año Nuevo..."

Que conste en acta que soy antifan del rollo "año nuevo, vida nueva". Resulta poco convincente que la vida de nadie cambie mágicamente por el mero hecho de cambiar de año. Allá cada cual y que el personal se haga sus propósitos todos los años, jaja. En cualquier caso, este año sí hacemos un cambio radical de vida el Elfo, las gatitas y yo, porque hemos cogido nuestros trastos (por Dios, ¡¡¡¿¿¿cómo podemos tener tantísimos trastos???!!!) y nos hemos cambiado de casita. ¿Los motivos? Los normales... mejor calidad/precio: muchos más metros cuadrados por mucho menos dinero. Añádase a esto calefacción (que teníamos en la otra casa, pero no abunda en demasiados pisos de alquiler por estos lares), aire acondicionado y cocina y baño reformados. Además, tiene pocos muebles y de los que tiene, nos han dejado tirar lo que no nos gusta. No es que nosotros tengamos demasiados muebles (aunque, a lo tonto, ya hemos ido juntando cosas), pero sí los justos para hacer nuestras cosas. Si algo tenía de agobiante la casa anterior es que estaba llena de mil cosas que no usábamos y que nos comían el poco espacio que había.

La casita es un chollazo. Las únicas pegas que tiene es que es un cuarto piso sin ascensor (haremos piernas, pero maldita la gracia que nos ha estado haciendo mientras traíamos cosas, brrrr) y que ya no vivimos en una zona tan céntrica como era la Puerta del Carmen. De todas formas, tampoco nos vamos a mal sitio ni nos quedamos aislados, jaja... volvemos a Tenor Fleta, que tiene el punto positivo de que conocemos la zona de sobra, porque tanto el Felfo como yo hemos vivido bien cerquita de aquí. La verdad es que, a lo tonto, he cambiado cuatro veces de casa en Zaragoza y siempre cambio dentro de la misma zona. De hecho, siempre es Tenor Fleta- Goya, más arriba o más abajo. Y es que uno se hace y luego cuesta mucho moverse de lo que conoce.

Todavía no nos hemos terminado de organizar, porque tenemos trabajo por delante... ¡Tenemos cuatro habitaciones para nosotros solitos! hemos pasado de estar justitos en poco espacio a tener una habitación para cada uno, para hacer nuestras cosas. La mía es una biblioteca y la de Marcos es un taller para pintar sus cosas y para jugar a rol y a juegos de mesa, tenemos aparte la habitación para dormir y la que sobra, yo la quería dejar vacía con una jaula de hámsters en el medio, por eso de tener un cuarto de los ratones en toda regla, pero la verdad es que nos venía estupendamente usarla de trastero y despensa.

Pos eso... abreviando... que estamos encantados.
Por lo demás... todo como siempre, con menos tiempo del que nos gustaría y a la vez aprovechando para hacer muchas cosas. Intensas estuvieron las Navidades, por una parte, por la urgencia de quedar con la gente que no es fácil ver durante el año... o durante los años (¡después de siete u ocho años volví a tomar un café con Alberto e Itziar! gracias al feisbúc he podido re-localizarlos, espero que ahora esto se repita muchas veces), por otra parte, no paramos de currar con los trajes de Nochevieja, que ya sabéis que en Pamplona es tradición (a los posibles visitantes cretinos aprendices de psicólogos, que sepan que no estamos perturbados ni tenemos complejo de inferioridad, de verdad, nos disfrazamos porque es divertido) (...). Entre medio, además, tuve que venir a Zaragoza para seguir con la mudanza, así que os podéis imaginar el agobio... y eso que tenemos que agradecer a Arencita la currada que se pegó con los trajes, porque si no hubiera pringado tanto ella, habría sido imposible salir de esta guisa:

Aunque Rous esté empeñada en que siempre vamos disfrazadas de lo mismo... la verdad es que las pintas que llevamos Arien y yo tienen poco que ver con las del año pasado. Salvo por el blanco de la cara y sólo en mi caso.

Ariencita interpretando la sombrilla mientras una irreconocible Nune exhibe sus pequeñas obras de arte.

Tratábamos de hacer el Kaya, pero lo que no se puede, no se puede. Eso sí, hicimos unas risas, que se lo pregunten a mi pobre tía, que nos sacaba las fotos con cara de desconcierto, jaja.

Argh, un mes después de haber escrito esta entrada me percato de que NADIE me ha avisado de que me dejé las recomendaciones. Coñe, que ya sé que no hacéis ni condenado caso, pero es tradición, jajajaja. Bueno, pues hace un mes no podía dejar de escuchar "Jesuschrist" de Hyde y el té más consumido en el elfo hogar fue el blanco con fresas. Hala.